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Apologia De Socrates


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2014  •  1.976 Palabras (8 Páginas)  •  207 Visitas

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Sócrates llega hasta el centro de los tribunales atenienses preparándose para su autodefensa contra las acusaciones que le han hecho los atenienses, Meleto, Anito y Licon diciendo "¡Ciudadanos atenienses!, Ignoro qué impresión habrán despertado en vosotros las palabras de mis acusadores". Constituyendo su filosofía ”solo sé que no se nada” y pide al jurado que no sea juzgado por sus las habilidades oratorias que tiene sino que lo vean como alguien común y solo se juzgue si en justo o no y asegura no usar frases que ya estén preparadas para convencerlos y les asegura decirles lo primero que el crea o piense respecto a las preguntas o afirmaciones pero el jurado cree que con eso está demostrando lo contrario, les hace saber lo que le causan las acusaciones que presenta, él sabe el peso específico que cada uno de sus acusadores tiene y le teme más a los atenienses que a los tres jóvenes y de los cuales desconoce su identidad y empieza probando su inocencia de la primera acusación Sócrates es un impío, por una curiosidad criminal quiere penetrar lo que pasa en los cielos y en la tierra, convierte en buena una mala causa y enseña a los demás sus doctrinas esta acusación pertenece a Melito,

Sócrates niega y critica mostrando una técnica de acusar al que acusa diciendo Meleto, cuyo nombre significa "aquel al que le importa", de no importarle las cosas que dice le importan y les explica que Cherefón, un amigo de la infancia, un día fue a Delfos, preguntó al oráculo si había en el mundo un hombre más sabio que Sócrates y respondió que no, busca a hombres sabios: poetas, políticos, oradores y artífices para corroborar que si existen hombres más sabios que él, pero se da cuenta de que, a los ojos de casi todos, estos pasaban por sabios sin serlo. Intentó convencerlos del error que cometía Meleto y esto le generó el odio de muchos pues eso era de lo que lo acusaban de creerse superior a los demás aunque el no lo notaba.

Concluye reafirmando “Por esto es por lo que se me odia, por decir la verdad” y da su interpretación del oráculo pero no puede solucionar el odio que le tienen con esos argumentos pues también les causa desagrado su filosofía de no saber nada.

Sócrates comienza a defenderse de los cargos formales de corrupción de los jóvenes y ateísmo, "Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no creer en los dioses en los cuales cree la ciudad y de sustituirlos por divinidades nuevas" acusa a Melito de mentiroso y de insolente lo confronta tendiéndole una trampa hasta que éste se contradice diciendo que Sócrates es un ateo y que cree en semidioses y espíritus.

A lo que el reacciona humillando a Meleto preguntando a la corte si éste ha pasado algún test que muestre si sabe identificar contradicciones lógicas Le refuta sus alegatos y los aniquila con sus preguntas. Primeramente le cuestiona ¿quién es la persona capaz de hacer mejores a los jóvenes? A lo que Melito contesta, las leyes. Le vuelve a plantear la pregunta y contesta Los Jueces.

Socrates afirma que su misión en la vida como la prueba de que la verdadera sabiduría pertenece exclusivamente a los dioses, y que la sabiduría humana tiene poco o ningún valor

Al final, la pregunta de Sócrates termina interpretándose como: ¿Quién es la única persona capaz de hacer peor a los jóvenes? Y para Melito sólo tiene una respuesta: Sócrates.

Sócrates descalifica la respuesta de Melito, pero por supuesto, termina con ello de echar unas gotas más de cicuta a la copa que tendrá que beber.

En vista que está siendo acusado de corromper a los jóvenes, pregunta: ¿Qué cosa es mejor para ti, vivir entre gentes de bien o entre malvados? ¿No es verdad que los malos hacen siempre mal a los que están cerca de ellos y los buenos hacen siempre algún bien a los que con ellos viven? ¿Habrá, pues alguien que quiera recibir algún daño de aquellos con quienes trata, más bien que ser favorecido? ¿Cuándo me acusas de corromper a la juventud y de volverla peor, dices que la corrompo intencionalmente o sin quererlo? Melito responde: intencionalmente.

Ahora Sócrates, descarga su furia contra Melito, haciendo ver que si él corrompiera a la juventud, de manera intencional, se estaría exponiendo a que ellos mismos lo dañaran luego y por lo tanto, se estaría dañando a sí mismo, también cuestiona el ateísmo del que se le juzga.

"¿Es que, según tu, no reconozco tan siquiera como Dioses al sol y a la luna, en quien todos creen? –No jueces, no los reconoce como tales. Afirma que el sol es una piedra y que la luna es un pedazo de tierra únicamente.- ¡Pero es Anaxágoras a quien estás acusando mi querido Meletos! –. (…) ¿Pues que es sino una burla empezar afirmando que no creo en los dioses para enseguida sostener lo contrario desde el momento que convencido estás de que creo en los demonios?".

"Por ello mi única y exclusiva misión ha sido en efecto el ir por esas calles persuadiéndoos jóvenes o viejos de que no os preocupaseis de vuestro cuerpo ni de vuestra fortuna con el interés con que debéis hacerlo de vuestra alma con objeto de volverla tan buena como sea posible. Si, mi misión es, deciros que la fortuna no da la virtud, sino que al contrario, de la virtud proviene la fortuna cuanto es beneficioso sea a nosotros, sea al Estado."

Para la acusación de ser un sofista dice que no ha habido mayor bien para Atenas que su preocupación por sus compañeros ciudadanos, que la riqueza es una consecuencia de la bondad, y que los dioses no permiten que un hombre bueno sea dañado por uno peor que él.

El efecto de la cantidad de engaño presente aquí es que Sócrates comprueba que nunca se ha interesado por

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