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Concepción Humanista Del Hombre


Enviado por   •  18 de Octubre de 2011  •  2.192 Palabras (9 Páginas)  •  4.925 Visitas

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Muchos siglos antes de que comenzara la era actual, un salmista se había preguntado: ¿qué es el hombre? Aún hoy día estamos tratando de buscar una respuesta adecuada a esta urgente interrogante.

La filosofía griega creó una imagen del hombre centrada en la virtud y la razón: el hombre alcanzaba la virtud a través del uso de la razón y siguiendo sus demandas. El pensamiento cristiano le añadió los conceptos amor y pecado. El Renacimiento introdujo los aspectos de poder y voluntad, plasmando la imagen política del hombre. Los siglos XVIII y XIX racionalizaron el interés de los hombres por la propiedad, las cosas y el dinero. La imagen freudiana de la primera mitad del siglo XX enfatizó el aspecto impulsivo, irracional e inconsciente del ser humano, y la psicología conductista puso el acento en la presión que ejercen los factores ambientales.

El estudio del hombre puede ser realizado desde muy diferentes ángulos y perspectivas complementarios entre sí. Su riqueza resulta siempre inagotable y desafiante. Nuestro enfoque es uno, el psicológico, que tratará de incluir todo lo que es humano, pero haciendo énfasis en aquellas dotes y características que mejor distinguen al hombre.

La psicología del siglo XX ha seguido, básicamente, tres orientaciones: la psicoanalítica, la conductista y, más recientemente, la humanista. Señalaremos la génesis de las dos primeras y trataremos de presentar una caracterización más detallada de la tercera, con el fin de esclarecer la naturaleza del objeto que estudia la psicología y sentar, con ello, la base para poder examinar, más adelante, el nivel de adecuación de la metodología, los procedimientos y las técnicas utilizadas para ello.

El hablar de una concepción "humanista del hombre" no es una tautología, pues hay en circulación concepciones del hombre que no son humanistas y, ni siquiera humanas, sino más bien robóticas, zoológicas y hasta ratomórficas, ya que ésos han sido los modelos descriptivos referenciales, reduciendo lo humano a algo que es inhumano.

Concepción newtoniana del hombre

Al hablar de la concepción newtoniana, como más adelante, de la darwiniana, es necesario aclarar que Newton y Darwin se convirtieron, a través de la historia, en simples epónimos; pues así como Marx, al oír hablar a los marxistas, dijo que él no era marxista, y muchos han dicho, con razón, que Cristo no era cristiano ni Gotama budista, igualmente resulta cierto que Newton no tenía una concepción "newtoniana" del hombre.

En su concepción del hombre, Newton era, muy probablemente, un escolástico. En sus escritos sobre teología Newton acepta dos mundos: el natural y el sobrenatural; el natural está regido por leyes físicas y el sobrenatural, al cual pertenece el hombre, está gobernado por un cuerpo diferente de leyes. Pero los discípulos de Newton redujeron ambos mundos a uno. Quizá, el esfuerzo más clásico haya sido la admirable obra de La Mettrie, L'homme machine (1748), que intenta reducir los fenómenos psíquicos a los fenómenos concomitantes de las leyes físico-químicas que rigen en el organismo.

Sin embargo, quien tendió el puente entre el mundo físico newtoniano y las ciencias humanas fue John Locke, que fue un gran admirador de Newton. Efectivamente, Newton publicó su obra más famosa, Principia Mathematica, en 1687. En ella reduce la naturaleza física a cinco categorías fundamentales: partículas materiales, existentes en un espacio y tiempo absolutos, puestas en movimiento por una fuerza determinada. En 1690 –tres años más tarde–, Locke publica su Essay Concerning Human Understanding, en el cual trata de hacer con la mente humana lo que Newton había hecho con el mundo físico: Locke concibe la mente humana como una realidad compuesta de partículas (las ideas) que existen en un espacio y tiempo determinados y que se funden, amalgaman o cambian por la acción de fuerzas exteriores a ellas mismas.

De acuerdo con las ideas de Locke, podemos tener una ciencia de la mente humana análoga a la ciencia de la naturaleza física. Esto implica el presupuesto de que los elementos mentales son análogos a las partículas físicas y el presupuesto de que explicar toda realidad compleja consiste en descomponerla en sus elementos simples.

La concepción "newtoniana" de la mente fue elaborada en el siglo XVIII por Condillac, quien ambicionaba ser "el Newton de la psicología", y, en el siglo XIX, por los asociacionistas ingleses James Mill y John S. Mill, Alexander Bain y otros, en Alemania por Wundt y Helmholtz, en Rusia por los pavlovianos y, más tarde, en Norteamérica por Watson y sus seguidores. Aunque posteriormente se comenzó a hablar más de conducta que de mente, la concepción básica, positivista, del hombre y de la ciencia permaneció inalterada. La ciencia explica reduciendo todo a elementos y a las leyes de la interacción de éstos, y el hombre ha de explicarse por medio de la reducción a sus elementos mentales o conductuales y a las leyes de su asociación. El representante contemporáneo más conocido de la doctrina "newtoniana" sobre el hombre y de las "formas lockianas de psicología", como las llama Allport, es B. F. Skinner, quien no hablaba de ideas sino en sus conversaciones privadas, pero cuyo sistema teórico de base pertenece decididamente al siglo al XIX.

Creemos de gran importancia hacer notar el hecho de que tanto tiempo después de que las ciencias físicas –aguijoneadas por Einstein, Planck y Heisenberg–, dejaron de lado la explicación elementalista de la naturaleza física y rechazaron los "absolutos" newtonianos, haya psicólogos que insisten en que una explicación psicológica adecuada del hombre consiste en reducir lo complejo a lo simple; y que lo que ya no es válido para explicar los cuerpos estáticos e inermes de la física, lo sea para dar razón plena de la vida y conciencia de los seres humanos. También es muy sugerente el hecho de que Wertheimer y Köhler, fundadores de la escuela de la Gestalt, diametralmente opuesta a esta concepción, hayan sido, el primero, gran amigo de Einstein y, el segundo, discípulo de Max Planck.

Hay que hacer notar también que el conductismo actual no ha permanecido estático, sino que se ha ido alejando bastante de las posiciones rígidas que mantuvo en los primeros tiempos. Sigmund Koch –quien ha sido considerado el organizador del estudio más comprehensivo de la psicología del siglo XX (1959, 1963)–, "no dudó en predecir la muerte del conductismo clásico como estrategia viable para la investigación sobre la conducta humana" (Tageson, 1982, pp. 6-7). El conductismo clásico ha

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