Carta sobre la tolerancia - Jonh Locke

Carta sobre la tolerancia de John Locke[pic 1]

La tolerancia es lo fundamental que caracteriza a una verdadera iglesia, dentro de la misma, los que no porten caridad, humanidad, altruismo y buena voluntad no serán verdaderos cristianos. La religión no se creó con el objetivo de ser ostentosa, ni para fines de dominio tanto en la sociedad como en el ejército, sino para el bienestar del hombre, otorgando ciertas reglas basadas en la virtud y la piedad, de esta manera es sumamente imposible convertir a otra gente en cristianos, para aquellos que no son devotos sinceros y entusiastas, por la carencia de fe que actúa como el amor.  

Cuando la persona es privada de sus bienes, es mutilada, padece de hambre y son atormentados con el objetivo de cristianizarlos y salvarlos (dentro de la misma religión), sufre una gran contradicción, debido que a su vez se tolera la prostitución, el fraude, la malicia, entre otros tantos horrores, se está actuando en contra de la gloria de dios, la pureza de la iglesia y la debida salvación de las almas.

Aunque las divisiones entre las sectas son permitidas, jamás deberán obstruir la salvación de las almas, si alguien sostiene que los hombres deben ser obligados  a profesar ciertas doctrinas y actuar algún culto, sin respeto por su morales, tal persona solo desea reunir una asamblea numerosa; esto da mucho que pensar sobre aquellos que hace uso de armas para luchar en nombre de la religión cuando deberían seguir el camino establecido por la misma doctrina. Aquí entra en escena la interpretación personal de la religión, junto con su manipulación.

Algunos disfrazan su espíritu de persecución y crueldad poco cristiana con el pretexto del bienestar público y de la aplicación de las leyes. Mientras que otros pretenden que con la excusa de la región queden impunes su libertinaje y ofensas, nadie debe engañar o engañarse que en nombre de la lealtad, por lo cual es necesario distinguir entre el ámbito del gobierno civil a la de la religión y establecer límites exactos entre las dos.

Es deber de todo gobernante garantizar todos en general junto a la posesión justa que pertenecen a cada vida, si alguno pretende violar las leyes deberá ser detenido con el uso de castigos que afecten la privación de esos derechos civiles, por lo que el magistrado es quien castiga estos agresores. “Bajo las siguientes consideraciones la jurisdicción del gobernante alcanza solo aspectos civiles:

1. El cuidado de las almas no está asignado al gobernante, como tampoco lo está a otros hombres.
2. El cuidado de las almas no puede pertenecer al magistrado civil, ya que su poder consiste solo en su fuerza externa. Así que solo la luz y la evidencia pueden producir un cambio en las opiniones de los hombres; y esa luz puede provenir en manera alguna de los sufrimientos corporales o cualquier otra forma externa de sanciones.

3. Aunque el rigor de las leyes y los castigos sean capaces de convencer no ayudara en nada a la salvación de las lamas.”(1)

Esto es suficiente para concluir que todo el poder del gobierno esta solo relacionado a los intereses civiles de los hombres, y ahora veamos lo que es una iglesia, esta “es una sociedad voluntaria de hombres que se reúnen de mutuo acuerdo para rendir culto público a Dios en la forma que ellos juzguen aceptable y eficiente para la salvación de sus almas. Ninguna iglesia o compañía puede subsistir si no está reglamentada por algunas leyes y sus miembros están de acuerdo con ellas”.(2) “Las armas para hacer cumplir sus deberes a los miembros de esta sociedad son la exhortación, la admonición y el consejo” (3), y si no funcionan ya nada se puede hacer más que expulsarlos para que dejen de pertenecer a la iglesia, esto no quiere decir que se prive  a la persona de los bienes que poseía anteriormente.

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