Conductismo
MTO210915 de Diciembre de 2013
6.404 Palabras (26 Páginas)330 Visitas
Realizar una investigación documental la cual estará en función de dar una definición, una caracterización y una descripción sobre cómo se conciben – desde cada paradigma de aprendizaje-, los siguientes elementos:
• Profesor.
• Alumno.
• Enseñanza.
• Aprendizaje.
• Estrategias y técnicas de enseñanza.
• Evaluación.
Introducción
El presente trabajo es una investigación documental, sobre los fundamentos, implicaciones y características de los paradigmas psicopedagógicos: conductista, humanista, cognitivo, psicogenético y sociocultural.
Objetivo general
Realizar una investigación documental de los diferentes paradigmas psicopedagógicos, con la finalidad de conocerlos y analizarlos, para que en futuro cercano, aplicarlos -según sea el caso- en el actuar docente de cada uno de los participantes.
Objetivos particulares
Investigar la definición, caracterización y descripción de cada uno de los paradigmas psicopedagógicos seleccionados.
Elaborar una tabla comparativa que permita contrastar los diferentes paradigmas psicopedagógicos, con la finalidad de tomar decisiones adecuadas al momento aplicar alguno de ellos.
Conceptos básicos a utilizar en este trabajo.
Paradigma psicopedagógico: representa una postura sustenta por una comunidad científica que caracteríza de manera similar, un objeto de estudio, fundamentos epistemológicos en los que se sustenta, concepción de la enseñanza, concepción del aprendizaje, entre otros. ¿En quién se basan, autor? no hay referencia.
Justificación
Investigar los diferentes paradigmas psicopedagógicos como el conductista, humanista, cognitivo, psicogenético y sociocultural, nos brinda la oportunidad de conocer las diferentes formas en que puede llevarse a cabo el proceso de enseñanza – aprendizaje; de igual manera cómo se interrelacionan los diversos elementos que intervienen.
Los profesores que participamos en esta investigación nos veremos beneficiados con el conocimiento entre todos conjuntado, para mejorar nuestro actuar docente. Nos permitirá analizar de manera introspectiva lo que hemos hecho bien y lo que no; y cómo podemos mejorarlos aplicando algún paradigma psicopedagógico de los aquí analizados.
Desarrollo
El presente desarrollo pretende cumplir con el objetivo: “Investigar la definición, caracterización y descripción de cada uno de los paradigmas psicopedagógicos seleccionados”.
A continuación se expone cada uno de estos paradigmas psicopedagógicos. En cada uno de ellos se explorarán los siguientes rubros característicos: definición, conceptualización del trabajo del profesor y del estudiante, forma de llevar a cabo el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación, así como sus respectivas estratégias y técnicas para llevar a cabo lo anterior.
Paradigma conductista y sus aplicaciones educativas.
Dentro de los paradigmas vigentes, el que se ha mantenido durante años y tiene mayor tradición dentro de la disciplina educativa, es el denominado CONDUCTISTA. Este paradigma es uno de los que más proyecciones ha tenido en la Psicología de la Educación. Las dimensiones de la disciplina más desarrolladas son la técnico-práctica.
Forma en que el conductismo conceptualiza al profesor
En el paradigma conductista que se originó en las primeras décadas del siglo XX, específicamente el conductismo operante de Skinner, considera que el profesor es “considerado como una persona dotada de competencias aprendidas, que transmite conforme a una planificación realizada en función de objetivos específicos” (Hernández Rojas, 2010, p. 114). La corriente conductista no permite que profesor innove o cree, se debe de sujetar a obejtivos previamente establecidos, los cuales serán desarrollados en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Se dice que el profesor “se desarrolla como un ingeniero instruccional, que debe de crear las condiciones para el logro de la máxima eficiencia de la enseñanza a través del uso pertinente de principios, procedimientos y programas conductuales” (Lizano, Rojas y Campos, 2002, p. 492). Al momento de desarrollar los objetivos planteados inicialmente, el profesor recrea un escenario propicio para que el estudiante pueda llegar a alcanzarlos, haciendo uso precisamente de programas conductiales.
El trabajo del profesor es: determinar cuales son aquellas ‘pistas’ que pueden lograr la respuesta deseada; organizar situaciones de práctica en las cuales la conjunción de estímulos, logren un ambiente ‘natural’ de desempeño; adicionalmente “organizar condiciones ambientales de tal forma que los estudiantes puedan dar las respuestas correctas en la presencia de los estímulos correspondientes y recibir refuerzos por las respuestas correspondientes” Ertmer, P. y Newby. T. (1993).
Contexto en el cual se desarrolla un estudiante bajo el enfoque del conductismo
A pesar de enfatizar en el conductismo que el estudiante es un alumno activo, de acuerdo como se plantea el concepto de instrucción, es evidente que su nivel de actividad se ve fuertemente restringida por los arreglos realizados por el profesor-programador, que se establecen incluso antes de conocerlo. La participación del alumno, por tanto está condicionada por las características prefijadas del programa por donde tiene que transitar para aprender. Un alumno “es considerado como un receptor de las informaciones, su misión es aprenderse lo que se le enseña” (Hernández Rojas, 2010, p. 114). Para el conductismo el estudiante es definido como un receptor pasivo en un mundo activo que escribe sus mensajes. Una característica primordial del estudiante es ser una persona cuyo desempeño y aprendizaje escolar puede ser modificado o influido desde el exterior. Este enfoque cree que el alumno es un ser autómata al cual se le suministra información y produce un resultado determinado.
Manera de llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje
Otra característica propia de este enfoque, es el supuesto de que la enseñanza consiste en proporcionar contenidos o información, es decir, depositar información (con excesivo y pormenorizado arreglo instruccional) sobre el alumno, la cual tendrá que ser adquirida por él. El profesor, estructura los cursos y hace los arreglos de reforzamiento, está interesado en perfeccionar la forma más adecuada de enseñar conocimientos y habilidades (contenidos) que el alumno se supone habrá de aprender. “El modelo de enseñanza subyacente es un modelo que al condicionar facilita el aprendizaje” (Hernández Rojas, 2010, p. 114). Lo anterior expresa que mediante éste método conductual, el proceso de enseñanza funciona a base de estímulos y refuerzos (ya sean estos, positivos o negativos). Recalcando aún más, el objetivo es “lograr del estudiante la respuesta deseada cuando se le presenta un estímulo. Para obtener esto, el alumno debe saber como ejecutar la respuesta apropiada, así como también las condiciones bajo las cuales tal respuesta debe hacerse” (Ertmer, P. y Newby, T., 1993, p.9).
Se describe a la enseñanza bajo el paradigma conductista como “un énfasis en producir resultados observables y mensurables en los estudiantes, mediante la evaluación previa de los estudiantes para determinar dónde debe comenzar la instrucción” (Ertmer, P. y Newby, T., 1993, p.10). Es primordial el conocer la base fundamental de conocimientos que tiene el alumno con la finalidad de conocer, que objetivos ha cumplido y cuáles no. Se utilizan refuerzos para impactar al desempeño, reconociendo el logro mediante el uso de premios tangibles (puntos a calificaciones) o bien retroalimentación informativa que permita un mejor entendimiento de la situación. El profesor usa ‘pistas’ para que el alumno obtenga una fuerte asociación entre el estímulo y la respuesta, utilizada para el logro de los objetivos.
El aprendizaje en el paradigma conductista es aquel que “constituye un cambio en la conducta” (Hernández Rojas, 2010, p. 18). Éste cambio se expresa en forma de objetivos específicos que vienen manifestados en función de estímulos y de respuestas (Cambio = Estímulo + Respuesta). Lo verdaderamente necesario y casi siempre suficiente, es identificar adecuadamente lo que determina la conducta que se desea enseñar, el uso eficaz de técnicas o procedimientos y la programación anticipada de situaciones que conduzcan al objetivo final.
Para el enfoque conductista, el aprendizaje “es la manifestación externa de una conducta sin importar los procesos internos que se dan en la mente del sujeto, objeto del mismo” (Román, M y Diez, E., 1989, p.37). Lo anterior indica que no se contemplan aspectos cognitivos, ni humanistas, ni socioculturales en éste proceso. Otros autores indican que la enseñanza se convierte en una manera de adiestrar-condicionar para así aprender-almacenar y consideran que “el aprendizaje es algo externo al sujeto y se deriva de la interacción mecánica con el medio (familia, escuela)” (Hernández Rojas, 2010, p. 114). Como se mencionó anteriormente, se concibe al alumno por un ser pasivo fácilmente influenciable por el medio que lo rodea, por consecuencia su aprendizaje no está influido por el acontecer en el aula. Otras definiciones dicen que el aprendizaje es “cualquier conducta que puede ser aprendida, ya que considera la influencia del nivel de desarrollo psicológico y de las diferencias individuales” (Pozo, 1989, P. 57). Esta corriente expresa que cuando se logra efectivamente la enseñanza, es cuándo el profesor logra un cambio en la conducta del estudiante.
Estrategías y técnicas
...