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Cuento filosófico Aurora


Enviado por   •  6 de Abril de 2018  •  Trabajos  •  4.366 Palabras (18 Páginas)  •  73 Visitas

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AURORA

Siendo las 12:34 del mediodía, de aquel jueves de otoño, nació Aurora, hija de Ignacio y María Francisca, un par de filósofos que con dos formas diferentes de captar al mundo y aceptar la verdad, se vieron unidos por el amor y el respeto que se tenían, desde un principio, el uno por el otro.

Aurora nació fuerte y saludable, con un par de ojos azules que llenaban el lugar de amor y dulzura. Su piel era blanca como la leche, su nariz pequeña y respingada, su boca parecía el pétalo de una rosa y su pelo, negro azabache, la hacían ser él bebe más lindo que había nacido en el hospital.

Desde pequeña, Aurora buscaba el “¿por qué?” de su entorno y cada una de las cosas que pertenecían a él. Caminó por primera vez el día de su primer cumpleaños y empezó a hablar a los dos años y medio. Creció como una niña común y corriente, rodeada de su familia, de amor, de bendiciones y de ilusiones. El paso de los años fue más rápido que nunca, cuando menos se dieron, Aurora ya tenía diez años y empezaba a preguntarse qué era lo que les interesaba a sus padres de la filosofía. Siempre les había oído hablar de esta teoría y la otra, del mundo, de la realidad, las ideas innatas, la experiencia, de la dualidad de los mundos, del conocimiento; pero nunca, hasta ese momento, le había despertado interés algo de lo que hablaban sus padres. Ese momento llegó mientras la familia, padres e hija, comían; los padres hablaban de la existencia de un mundo independiente de la mente, es decir, de la dualidad del mundo. Su madre, una empirista de tiempo completo afirmaba que este mundo, independiente a la mente, existía; mientras el padre, racionalista, lo rechazaba de manera rotunda. Ambos hablaban de cómo se llega a tener conocimiento. Mientras María Francisca, la madre afirmaba que el conocimiento se adquiría, que era por medio de la experiencia que la persona llegaba a saber las cosas, el padre, Ignacio afirmaba que el conocimiento se recordaba, que uno tiene desde un principio el conocimiento en el cerebro y lo único que hace es recordarlo y volver a tenerlo presente y manejarlo, el afirmaba que todo el conocimiento viene de la razón y se solo esta sabe que es verdadero y que no. Esta conversación despertó el interés de Aurora, poco a poco empezó a oír lo que decían sus padres durante las comidas.

En otra de las cenas, una de las más impactantes para ella, sus padres hablaban del conocimiento verdadero; mientras su Madre afirmaba que le conocimiento era verdadero cuando correspondía a la realidad, su padre decía que la verdad se logra por un sistema de creencias que tenga coherencia. Sin embargo, fue poco lo que logro entender de esa conversación puesto que sus padres hablaban de tal manera en la que ella poco lograba captar. Aun entendiendo poco ese momento despertó el interés en ella, puesto que sus padres tenían ideas totalmente contrarias y tenía que haber alguna razón para ello.

Luego de esas dos conversaciones durante las comidas Aurora quedó muy intrigada de que era lo que realmente existía detrás de cada una de las posiciones y formas de ver la vida de sus padres.

En ese momento preguntó:

o ¿Mamá, y el mundo que es independiente a la mente lo podría ver?

Para lo que la madre respondió:

o No, o sea, si, hija, cuando estés más grande te explicaré todo bien.

Desde entonces a Aurora le asaltaba la duda de cómo era que su madre podría afirmar algo de una manera tan segura, si no lo podía ver ni comprobar.

Cuando Aurora cumplió 16 años y tuvo su primera clase de filosofía, al final de esta, le pregunto a su maestro que era lo que realmente significaba la existencia de un mundo independiente de la mente, puesto que su madre lo defendía con vehemencia mientras que su padre negaba la existencia de este. El profesor sin entrar mucho en detalle le dijo que el mundo independiente de la mente era aquel que se podía tomar como mundo “real”, aquel que no es verdadero ni falso, pero al que no podemos tener acceso en su totalidad y de una manera totalmente objetiva, un mundo que no se puede ver en sí. A esto agregó el maestro que le preguntara a su madre a que se refería ella con el mundo independiente a la mente.

Al llegar a casa encontró a su madre y le dijo:

o Mamá, cuando yo tenía 11 años no me quisiste contestar si era posible ver el mundo independiente de la mente, hoy tuve mi primera clase de filosofía y le pregunté al maestro que era lo que significaba la existencia del mundo independiente de la mente, pero él no me quiso decir nada en concreto. ¿Qué es ese mundo mamá? ¿Lo puedo ver? ¿Se puede comprobar? ¿Qué significa?

La madre le contesto:

o Hija, es muy sencillo, el mundo independiente es lo que podemos llamar mundo “real”, lo que se percibe. Es a lo que corresponde mi conocimiento de algo. Pero lo malo de ese mundo es que no lo podemos ver como es en realidad, pero si lo percibimos, a cada instante de la vida lo que nosotros sentimos es ese mundo real, pero puede cambiar de percepción en percepción. No lo sabemos, ese es el escepticismo; pero dado que cada persona se halla limitado por su propia experiencia, cada cual poseerá sus propios conocimientos. Lo que nos lleva a aceptar el relativismo y eso es que no haya, verdades universales e intemporales, válidas para todas las personas, cada persona posee su propia verdad, sin que pueda llegar a descubrir la verdad objetiva de las cosas.

o Entonces, es un mundo que cambia que en un momento es verde y al siguiente naranja.

o No se podría decir que cambia de esa manera. Es un poco más complicado, porque es un mundo que se percibe desde cada punto diferente y que cada persona tiene la posibilidad de verlo distinto, lo que sí es claro es que no podemos llegar a adquirir más conocimiento del que nos es dado por la experiencia, no se puede ir más allá.

o ¿Entonces, el mundo cambia dependiendo de la persona?

o No hija, tampoco lo podríamos decir así. Pero eso es lo que quiero que logres descubrir tú. La forma de comprobar que ese mundo, externo de la mente, existe y que podemos llegar a el de una forma verdadera, así como la manera más verificable de la verdad es por correspondencia, sin embargo, quiero que tu logres encontrar por ti la veracidad del conocimiento. Aun así, quiero que sepas que, por medio de la verdad por correspondencia, se demuestra que el mundo que nosotros representamos en nuestro cerebro y en el que nos basamos para todo, existe y es el mundo independiente de la mente.

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