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¿Cómo aplicar la Filosofía en las Clases?


Enviado por   •  20 de Diciembre de 2019  •  Apuntes  •  781 Palabras (4 Páginas)  •  138 Visitas

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¿Cómo aplicar la Filosofía en las Clases?

         La aplicación de las Corrientes Filosóficas se considera como un arte de preguntar de cuestionarse de manera fundamental, de realizar las preguntas correctamente e intentar responderlas mediante razonamientos. Por ello la filosofía no caduca, porque mantiene viva la inquietud del ser humano por lo que no sabe.

         Por lo tanto, es importante que las Corrientes Filosóficas sean aplicados a la educación, ya que permite al maestro obtener los conocimientos teóricos, fundamentales para su desempeño docente, en la enseñanza de principios y nociones rectamente sustentados y jerarquizados.

         Un buen maestro debe tener todo este conocimiento teórico, para poder formar de manera adecuada a sus alumnos, desde el preescolar, primaria hasta llegar a la educación superior, pues es desde las bases que se comienza a forjar hombres y mujeres con capacidad pensante, de tomar sus propias decisiones no infundadas por los medios de comunicación masivos que están cada día enfrascando a los niños, jóvenes y adultos.

         Cabe mencionar que al tener conocimiento de lo importante que son las Corrientes Filosóficas, es fácil la enseñanza a los alumnos, ya que la niñez es la edad de los por qué, de las preguntas radicales, genuinas y existenciales; es la edad del asombro, la curiosidad y el deseo de saber. Y la ausencia de esta arcaica disciplina en los planes de estudio de la educación básica y los primeros años de la educación media pareciera confirmar ese supuesto. Tal vez esto haya sido la consecuencia principal en donde se considera necesaria para el ejercicio del filosofar cierta madurez intelectual que permita alcanzar el estado del pensamiento lógico formal como condición del filosofar.

         En la actualidad se tiene ese reto, en donde los alumnos, obtengan, a través de la filosofía, el fortalecimiento de un pensamiento crítico y autónomo. Lo cierto es que la filosofía es algo que los niños pueden practicar; es el tiempo de la actividad lúdica, del juego con otros en el que anida la capacidad de imaginar otros mundos y de crear alternativas que habilitan la superación de dado, aceptando que lo conocido puede ser visto de otro modo. Pareciera entonces que la niñez no debería llevarse mal con la filosofía y que su conjunción no nos debe resultar absurda. Urge entonces a la escuela la necesidad de recrear espacios que promuevan experiencias de pensamiento filosófico con los niños que preparen para un pensar diferente. Así mismo las experiencias que van teniendo los alumnos con el tiempo, promueven su pensamiento como un movimiento del pensar que atraviese la vida de quienes la practican, hasta volverse acontecimiento y dejar huella. Experiencia que se vuelve existencial en la medida en que hacer filosofía en la escuela y con los niños habilite un modo de pensarse a sí mismos y a los otros, con los otros; que promueva otras formas de pensar y a pensarse de nuevo. Pero aún más, hacer filosofía con niños, exige al maestro filosofar con ellos, aceptando revisar sus saberes y experiencias educativas. Son los docentes que se entusiasman con un genuino interrogar crítico y que aceptan el desafío los que pueden propiciar el encuentro entre la filosofía y la niñez a través de las prácticas cotidianas. Dicho desafío surge de un movimiento crítico de los saberes y las prácticas que circulan en la escuela y de la necesidad de volver a pensarlos nuevamente.

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