DESARROLLO DEL METODO CIENTIFICO
lixetitz18 de Agosto de 2014
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Desarrollo del pensamiento científico.
La ciencia es un conjunto de conocimiento comprobados y sistematizados, obtenidos mediante el concurso de métodos lógicos, rigurosamente aplicados. Estos conocimientos, después de estar sujetos a la crítica y a la comprobación, se presentan organizados y distribuidos en las diversas ramas del saber.
Desde que el hombre empezó a tratar de comprender el mundo que lo rodea, la ciencia comenzó a gestarse. El conjunto de aprehensiones por medio de los sentidos, el discurrir rudimentario, la búsqueda de satisfactores a sus necesidades, el instinto de supervivencia, la curiosidad, fueron, entre otros, los factores que encaminaron al hombre a la ciencia.
En la prehistoria, el hombre asimilaba sus experiencias según su particular concepción de la naturaleza; las que estaban más allá de su explicación eran relegadas al campo del misterio, atribuido a manifestaciones mágicas de quienes más tarde habrían de ser reconocidos como deidades. El hombre apoyó su ignorancia en la existencia de entes sobrenaturales, que se encargarían de ayudarlo o castigarlo, según las condiciones en que el fenómeno natural ocurría. A pesar de esta cómoda actitud, que consistía en relegar la necesidad de comprender, al capricho de los dioses, el hombre siguió aplicando el discernimiento a su experiencia diaria: utilizó en la observación la curiosidad y el deseo de saber hasta llegar al análisis y el raciocinio en la experimentación, y a la sistematización de los conocimientos que gradualmente adquiría. Todo este saber, disperso geográfica y epistemológicamente, fue recogido por los griegos, quienes lo ordenaron y pretendieron darle una forma más precisa.
Allí, donde el hombre comienza a actuar - consciente o inconscientemente - con la idea elaborada de la causalidad, es precisamente donde se da la ciencia y su primer método. La metodización comienza allí donde a través de la observación se llega en la práctica a la concepción de que, dados ciertos fenómenos o circunstancias, se producen en sucesión temporal otros que aparecen condicionados por los que les anteceden; en términos más precisos: donde se descubre la relación de que unos fenómenos son causa y otros efecto. Esta primera intuición de la causalidad, alcanzada de manera empírica (no está teorizada, sino sencillamente realizada), es el primer método científico. Este primer método, punto de partida de la ciencia, carece, en esta etapa, de un objeto en particular al cual se le aplique. Es un método general que explica los efectos más diversos y relaciona objetos o fenómenos muchas veces muy lejanos unos de otros. El progreso del pensamiento científico se efectuará en la medida que el hombre depure los fenómenos antecedentes, concomitantes y consecuentes y escoja uno o algunos de ellos sin los cuales no se producirán los efectos observados. A estos fenómenos - primero o primeros - se les llama causa.
El pensamiento indiferenciado es el que aborda la realidad; que es geométrico, por ejemplo, si su finalidad práctica consiste en determinar la extensión de un área de terreno y sus delimitación; que es aritmético cuando se hace necesario censar o contar un rebaño. La geometría y la aritmética, así como la medicina, son quehaceres prácticos que hallarán su teorización algunos siglos más tarde. La medicina lo tendrá en el corpus hipocrático. La aritmética y la geometría, en Pitágoras y en los Elementos de Euclides. El trayecto de las ciencias empíricas es un poco más largo y difícil que el de la aritmética y la geometría, en cuanto a que aquellas tratan de encontrar un cuerpo teórico debido a la necesidad de acumular datos, hechos y experiencias que sirvan de contenido para la abstracción generalizadora y derivadora de leyes que establezcan las relaciones causales que permitan hacer predicciones exactas. El camino pasa por el "método" de ensayos y errores, que es quizás el primero en desbrozar el terreno de la ciencia primitiva. Sus logros y desaciertos se transmiten por tradición oral en forma de preceptos plagados de supersticiones y mitos.
El método causal, íntimamente vinculado al hombre como sistema de referencia, acuña el sesgo antropomórfico y animista en el análisis de la realidad. Las propiedades humanas y las cualidades humanas son atribuidas a las cosas o también las de la naturaleza orgánica a la inorgánica y viceversa.
El método comparativo, en su búsqueda de semejanzas y diferencias entre las cosas, hace posible una confusión en la cual el hombre, aún no totalmente enajenado de la naturaleza, no se concibe a sí mismo como algo distinto. Este método comparativo los vemos ejemplificado en el símil, la metáfora, la analogía, formas que sirven para calificar más cercanamente los objetos mediante su semejanza o diferencia con uno o varios objetos. Las cualidades no han sido, en esta etapa, abstraídas de los objetos a los cuales pertenecen. Al mencionar el objeto se menciona también su cualidad fundamental, sin haber sido concebida ésta, todavía, como un concepto aparte.
El proceso de salida de este primer estado del pensamiento será lento. En dicho proceso se adecuarán los métodos a sus objetos de investigación. Este desarrollo se efectuará en el decurso histórico de la cultura griega. En ésta, se irá deslindando el pensamiento científico de las otras formas sobrenaturales y míticas, se intentará explicar la naturaleza por sí misma. En tal proceso, el lenguaje jugará un papel fundamental. En el caso de los griegos crecerá la capacidad de sustantivación, tanto de verbos como de adjetivos, por medio del uso del artículo. Este perfeccionamiento del lenguaje hará posible el desarrollo de la lógica.
En todos los filósofos griegos existirá como característica predominante la observación natural, aunque no se puede descartar que ocasionalmente hayan efectuado algún tipo de experimentación muy simple.
Los griegos, por no haber avanzado todavía hasta el análisis y la desintegración de la naturaleza, la enfocan como un todo, en sus rasgos generales. La trabazón general de los fenómenos naturales aún no se indaga en detalle, sino que es el resultado de la intuición directa. En esto estriba precisamente la falla de la filosofía griega, la que más tarde la obligaría a ceder el paso a otros métodos.
En los primeros presocráticos de la escuela naturalista de Jonia, pueden señalarse caracteres muy determinados: la observación cuidadosa de la naturaleza, el uso de la razón para explicarla, la búsqueda de una sustancia universal o primera, de la cual están compuestos todos los cuerpos del universo. Con esta actitud metódica es que Tales (624 - 547 AC) establece su idea de que el agua es la sustancia primera, como principio de la unidad material del mundo. De ese principio surge todo, es decir, el movimiento y la vida, concebidos de un modo general. Sobre los supuestos que establece, elabora inferencias como la existencia de un polo Antártico no perceptible directamente por los sentidos. También en esta forma supone que a todo fenómeno sucede uno que le es contrario cualitativamente, lo cual le lleva a establecer como contrarios: agua - fuego, húmedo - seco, verano - invierno. Esta paridad simétrica de la naturaleza, que implica una concepción de cadenas causales, se desarrollará en el pensamiento griego posterior.
Anaximandro (610 - 546 AC) sustituye el principio del agua por el ápeiron, para explicar la unidad material del mundo. Se trata ya de un principio más sutil, que es al mismo tiempo el fin de las cosas y que se mueve conforme a leyes.
Pitágoras (575 . 500 AC): en la escuela pitagórica se va al análisis de un objeto sólido cualquiera. Este objeto está compuesto por partes (un cubo, por ejemplo), pero estas partes pueden corresponderse o no de manera simétrica, y ésta es representable en una relación matemática que conserve esa simetría. Desmenuzando analíticamente el cuadrado, éste está compuesto primeramente de planos de superficie, de líneas, y estas líneas, de puntos; estos elementos están en una relación precisa que es la que constituye todas las formas semejantes a él.
Zenón (495 - 430 AC) continúa, en esencia, el pensamiento de Parménides (515 - ? AC). En su primera "aporía de la medida", Zenón demuestra lo absurdo de la tesis según la cual las magnitudes constan de una infinidad de puntos discontinuos, ya que en este caso "su suma debe ser inevitablemente tan pequeña... que no exista magnitud alguna". La segunda "aporía de la medida" se basa en la suposición de que las magnitudes constan de un número infinito de puntos continuos, que tienen una magnitud todo lo pequeña que se quiera. En este caso, la suma de estos puntos puede ser infinitamente grande.
Heráclito (535 - 465 AC) considera el movimiento como movimiento del Ser que afecta su propia esencia y no como movimiento en el Ser, puesto que aquél es su desenvolvimiento. El movimiento del cosmos, como flujo continuo, no es matematizable, ya que es considerado como movimiento vivo de generación y corrupción. Está sujeto a periodicidades calculables matemáticamente. Todo fenómeno tiene su contrario y ambos se presuponen mutuamente. Es como si la naturaleza se desarrollase conforme a una paridad simétrica y el movimiento fuese de uno al otro polo guardando el equilibrio o la armonía.
Demócrito (460 - 370 AC) sostiene que el Ser es la sustancia material concreta y el no ser el espacio vacío en el cual la sustancia se mueve, tan necesario el uno como el otro. El
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