Depende de la persona

Alba Jin 1º Bat A

“Depende de la persona”

A lo largo de la historia, los seres humanos han optado diferentes maneras de obtener información y conocimientos, por lo tanto, también se podría decir que la forma de interpretar el conocimiento ha cambiado, dejando a la humanidad en un estado de duda e inseguridad sobre cómo identificar aquello que sí es conocimiento y qué no; de aquello que es verdad y aquello que no lo es; de aquello que es información que nos servirá y qué no. Y es que, si se vuelve a la antigua Grecia, la verdad tenía una definición completamente diferente a la de ahora, denominándose Aletheia, la cual explica que las verdades se encuentran en el objeto en sí, o más bien, la esencia de dicho objeto, siendo un hecho absoluto y universal, algo permanente; sin embargo, este paradigma cambió cuando el individuo decidió que la verdad dependía de la exactitud con la que se decía de las cosas, como afirma en los apuntes, dejando así, un enlace entre lenguaje y la verdad, denominada Veritas.

No obstante, a pesar de haber cambiado de ideologías, este sigue sin resolver el dilema principal, cómo diferenciar aquellos hechos verdaderos de los falsos para, así, obtener conocimiento.

        Si se le pregunta a un individuo que no tiene ni idea de epistemología o incluso filosofía sobre qué es la verdad, además de ignorar por completo la pregunta e irse, respondería con un “depende de la persona” y es que, por simple que parezca, la solución es esta, la tesis es esta y mediante los escritos siguientes, se podrá ver por qué la verdad “depende de la persona”.

Según el nuevo paradigma que se le propone al concepto de la verdad, se puede sacar dos tipos de verdades, ambas explicando la manera de cómo obtenemos los conocimientos. No obstante, estas dos verdades tienen importancias diferentes y la razón de este fenómeno es el hecho de que existen dos grandes movimientos que definen la manera que obtenemos el conocimiento: el racionalismo y empirismo, de aquí, aparece el debate de qué clase de verdad es más relevante. Con Leibniz en el bando racionalista y Hume en el empirista, ambos proponen sus tesis argumentadas.

Leibniz defiende que los conocimientos obtenidos por la razón son más importantes que por los sentidos, ya que siempre serán correctas y poniendo a los conocimientos empíricos en segundo lugar, proponiendo que estos no siempre son correctas, dando lugar a  que se les debería prestar menos atención. Sin embargo, Hume debate de vuelta con que, aunque los conocimientos empíricos no siempre sean ciertos, estos nos aportan una información nueva y útil en cuando a que las otras, por más ciertas que sean, nunca nos aportarán nada nuevo, porque justamente, son siempre ciertas, de allí, una incapacidad de cambiar.

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