Dialogo de la metamorfosis Franz Kafka

En esta ocasión representaremos una obra de Franz Kafka titulada “La metamorfosis”. Franz Kafka nació en 1883 en Praga, actual República Checa.

Gregorio Samsa protagonista de nuestra historia era un viajero comerciante de tela, que debía viajar grandes distancias diariamente, raras eran las ocasiones en las que se podía quedar a dormir en su hogar pues estaba sometido a pasar las noches en las frías habitaciones de los hoteles.

Esta noche era una excepción, Gregorio pudo pasar la noche en su cálido hogar, lo cual lo puso a reflexionar.

Gregorio: Que profesión más dura he elegido, estar al pendiente de los empalmes del tren, la comida es mala y en ocasiones putrefacta. No hay espacio para las relaciones cordiales y ni para los sentimientos… ¡Estoy harto!

Gregorio se fue a la cama entre estrés y tristeza, para quedar dormido y suspendido entre sueños intranquilos, tenía que descansar para tomar el tren de la 5 am.

Después de varias abrió los ojos con lentitud, no se sentía bien, algo no andaba bien.

Gregorio se alarmo estrepitosamente al ver en el monstro en que se había convertido.

Gregorio no era más un ser humano, era un insecto de tamaño colosal, que por su aspecto causaba repugnancia con el simple hecho de su presencia. Su cuerpo era duro, rugoso y verdaderamente asqueroso, le daba vuelta su cabeza al ver como se movían sus patas.

Gregorio: PERO QUE ME HA PASADO!! Seguramente sigo soñando.

En la puerta de la habitación se escucharon unos golpes cautelosos, se trataba de la madre de Gregorio.

Madre de Gregorio: (Toca la puerta) Gregorio, ¿no te tenías que ir ya?

Gregorio: Sí, sí, ya me levanto.

A causa de la breve conversación los demás miembros de la familia se habían dado cuenta que Gregorio aún estaba en casa.

Papá de Gregorio: Veré que es lo que sucede. (Toca la puerta) Gregorio, ¿Qué pasa?

Gregorio: Ya estoy listo.

Hermana de Gregorio: (Toca la puerta) Gregorio, ¿qué sucede? ¿Por qué no quieres abrir la puerta? (Vuelve a tocar) Gregorio te lo suplico.

Gregorio convencido que alguien del trabajo vendría a buscarlo sino se presentaba pronto a trabajar, siguió intentando salir de la cama.

Cuando Gregorio estaba con la mitad del cuerpo fuera de la cama se escucharon unos golpes de la puerta de la casa. (Tocaban la puerta principal).

Papá de Gregorio: Este es alguien del trabajo.

Hermana de Gregorio: ¡El procurado!

Procurador: Buenos días señores, permítanme presentarme, yo soy el procurador, vengo enviado por parte del jefe del señor Samsa, necesito saber la razón por cual no se presentó a la hora debida.

Papá de Gregorio: Venga conmigo por favor, veremos qué pasa. (Van con el procurador hacia la habitación de Gregorio) (Toca la puerta) Gregorio, ha venido el señor procurador a preguntar por qué no has salido en el tren de la madrugada, no sabemos que responderle. También desea hablar personalmente contigo, por favor abre la puerta.

Procurado: (Toca la puerta) Buenos días señor Samsa.

Mamá de Gregorio: (Hacia el procurador) Es que de verdad no se siente bien, señor procurado, sino como Gregorio sería capaz de perder un tren, el chico no tiene otra cosa en la cabeza que no sea el trabajo.

Procurador: Aun así quiero que me lo explique de otra manera, Madam, aunque la verdad que entiendo que nosotros los hombres de negocios debemos sobreponernos al interés de la empresa, ante una ligera indisposición.

Gregorio: Bueno ya puede entrar el señor Procurador… NO

Hermana de Gregorio: Gregorio abre.

Procurador: Señor Samsa, ¿Qué es lo que sucede? Usted solo se limita a dar respuestas vagas, preocupa a su familia, y además de paso desatiende sus relaciones laborales de una manera muy inaudita, exijo una explicación en este momento

Gregorio: señor procurador téngame un poco de paciencia, no me encontraba muy bien pero ya estoy mejor, debí avisar a la oficina pero uno piensa siempre que puede recuperarse sin necesidad de salir de casa, no se demore más luego saldré en seguida.

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