Dialogos De Seneca, Ensayo
MayizJanette30 de Agosto de 2012
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Mayra Janette Tiscareño Ortega
1er semestre
Facultad de Derecho
Universidad Panamericana
16 – Agosto- 2012
¿Bendición o desdicha?
Los fenómenos que parecen confusos e imprecisos suceden porque si, o tienen alguna causa; esta obra comienza con una pregunta que el algún momento muchos nos hemos cuestionado…
¿Por qué suceden tantas desgracias a los hombres buenos? Nos describe y habla de un Dios que se interesa por nosotros, y una fuerza que preside el universo llamada providencia, pues bien creyentes o no, nos hemos llegado a preguntar, ¿Qué hay más allá del bien y del mal? ¿De la vida y de la muerte?
Esta lectura más que nada esta enfocada a la cuestión del bien, del mal y de nuestra búsqueda continúa del bienestar.
Me llamo mucho la atención; la forma en como le da sentido al sentir, una de las frases que más me gusto fue esta: Dios no tiene al hombre bueno en la molicie, si no que lo pone a prueba lo endurece, lo prepara para sí.
Los valientes existen, porque alzan la voz y las armas en contra de las injusticias, maldades, represión y pruebas mandadas por Dios, el destino o simplemente la vida. Pero si no supiéramos distinguir el bien del mal, si siempre gozáramos del placer no tendría sentido seguir viviendo, si todo se nos diera en la mano no habría necesidad ni razón de luchar, de superarse, porque todo estuviera pronosticado y nuestra vida se volvería simplemente monótona, miserable y mediocre.
La injusticia, la maldad, la represión y tantas pruebas no tendrían campo, pues no las supiéramos diferenciar porque o bien viviríamos hundidos en ellas o sin ellas.
La naturaleza no tolera que lo bueno perjudique a lo bueno… a un hombre bueno ningún mal puede sucederle: no se mezclan los contrarios. Del mismo modo nos lleva a una reflexión que si tantos ríos, tantas lluvias, no cambian el sabor del mar ni siquiera lo mitigan, así como a los hombres fuertes de espíritu y convicción pareciera no importarles o dolerles el ataque de las contrariedades e injusticias en sus vidas, pues estas no trastornan el espíritu de su alma; son capaces hasta luchar de rodillas; se mantiene en su posición y cuanto le sucede lo acomodan a su estilo de vida, como si lo incorporara; como una energía que le da el coraje para renacer y no me refiero a que no las sienten, si no que las transforman y vencen.
No necesitar la dicha es su dicha; ya que por el contrario existen entre nosotros seres de espíritu mas débil, a los cuales poco a poco nos comienza a causar placer lo que comenzó como una necesidad hasta llegar dicho objeto o acción a ser utilizado en desmedida llegaando al punto de la gula, lujuria y de la avaricia… de sentirnos incompletos por el simple hecho de no tener a nuestro lado aparatos y artículos que ya consideramos indispensables.
Pero no se le quita nada a nadie, sino al que pretende conservar algo, el hombre entre menos tiene más libre es, si pones por delante las cuestiones materiales satisfaces solo tus deseos mas vánales de forma desmedida se quita la ilusión por la vida y de una u otra manera pierden la esencia y el gusto por cosas tan hermosas que luego dejan de notar como un atardecer en el horizonte, el canto de los pájaros o las risas de un niño. Estas mismas apariencias nos van alejando de Dios y comenzamos a maldecir y a sentir como un castigo cuando las cosas no pasan como queremos o las teníamos planeadas y ese es nuestro mayor error; Dios no castiga a sus hijos, solo nos pone pruebas; estos altibajos nos enseñan la razón de seguir adelante pero somos tan despistados y vivimos en automático, que no apreciamos las maravillas que día a día tenemos en nuestra frente.
Nos volvemos tan egoístas que solo pensamos en el tengo hambre, tengo frío, tengo sed, tengo sueño, quiero esto, necesito lo otro y solo nos acercamos con ese Dios
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