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EL ARTE DE LA GUERR

JESSED17 de Mayo de 2013

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Capítulo I

PRIMERAS ESTIMACIONES

El arte de la Estrategia es de vital importancia para un país. Donde la guerra debe planearse tomando en consideración cinco factores, que deben ser expuestos en las deliberaciones, para el análisis cuidadoso de las condiciones favorables o desfavorables.

El primero es Tao.

El segundo, el Cielo.

El tercero, la Tierra.

El cuarto, el General.

El quinto, el Método.

El Tao consigue que el pueblo este por completo de acuerdo con su gobernante. Si se trata a la gente con benevolencia, justicia y orden y se confía en ella, el ejército no se disgrega y servirá con alegría. El Cielo significa la naturaleza, la noche y el día calor en el verano y frio en el invierno. La Tierra comprende distancias grandes y pequeñas; peligro y seguridad en los caminos; La figura del General abarca las virtudes de mando, de sabiduría, sinceridad, humanidad, coraje. Hacen que la tropa lo llame el respetable. El Método comprende el ordenamiento del ejército.

Estos cinco tópicos deben ser muy conocidos por cada general: quien tiene el acierto de aplicarlos, obtendrá el triunfo; quien los conoce, sin duda, no fallará, pero el que no los domine, será derrotado.

En toda actividad competitiva, la adecuada y cuidadosa planificación de la estrategia, nos va a conducir con seguridad al éxito más resonante. El primero es el factor moral o anímico debe ser transmitido a cada uno de nuestros subordinados. Factores que hacen posible el desarrollo de todo proyecto como son los costos operativos.

La estrategia consiste en el Tao de las Paradojas o de la simulación. Por lo tanto, cuando se está en condiciones de atacar, se debe parecer, a los ojos del enemigo, del todo inofensivo. Cuando se movilizan las fuerzas, se debe parecer inactivo e inmóvil. Cuando se está cerca, se debe parecer lejos. Cuando se está lejos, el enemigo debe creer que se está cerca. Se muestran carnadas para incitar al enemigo Finge desorden y aplasta.

Lo más importante para vencer en la guerra es la velocidad, una bien planificada Estrategia Militar lleva a la victoria. Nadie la debe conocer antes del combate, no se puede divulgar de antemano.

Nos garantizamos el éxito de un proyecto en razón directa al tiempo y el esfuerzo que invirtamos en la planificación de una adecuada estrategia, no debe demorar tanto en la espera, porque se pueden perder oportunidades de oro.

CAPITULO II

LA FUERZA GUERRERA

Cuando se combate en la lucha real, si la victoria tarda en llegar las armas de los hombres perderán filo. . .

La enseñanza e esta sección. Antes de emprender un proyecto, es necesario saber si se cuenta los recuerdos necesarios para sostener la campaña. El dinero es el lubricante que hace funcionar los mecanismos.

A un ataque podrá escasearle el ingenio, pero puede conseguir resultados por su velocidad. Es por eso que un general con sabiduría se ocupa de abastecerse con los recursos capturados de los almacenes del enemigo.

Si nos ponemos en campaña, es atendible el consejo de aprovechar de las facilidades que podemos obtener de factores externos y que pueden ayudarnos al ahorro de nuestras fuerzas, como el auspicio de algún benefactor. Haga funcionar la creatividad de los intelectuales de su grupo para ahorrar costos innecesarios.

Es importante la motivación del personal, y esto se logra comprometiéndolo con los objetivos y haciéndolos participar con equidad de los beneficios. A veces, una muestra de justo reconocimiento con quienes realizan una labor sacrificada, puede redundar en incalculables beneficios posteriores para la empresa. Si bien un hombre estudioso y experimento puede tener ideas claras respecto al método adecuado, precisa de temperamento y fortaleza anímica para la aplicación sostenida del esfuerzo. De muy poco sirve el ingenio si no va acompañado de la capacidad de trabajo.

CAPITULO III

ESTRATEGIA OFENSIVA

La excelencia consiste en vencer sin luchar.

Alcanzar cien victorias en cien batallas no es la mejor ni la más grande de las habilidades. La excelencia suprema consiste en vencer al enemigo sin luchar. Entonces, la capacidad más alta del general es frustrar los planes objetivos del enemigo.

Es importante, si la guerra es inevitable, atacar al ejército del enemigo en su propio campo. Por lo tanto, el líder hábil en estrategia somete las fuerzas del enemigo sin llegar a la lucha directa.

Sabias consideraciones del filósofo chino: Que ningún triunfo vale la pena si el costo es demasiado alto.

El Método de la mejor Estrategia es:

Si nuestras fuerzas son diez por uno del enemigo, hay que rodearlo. Si son de cinco a uno, lo atacamos. Hay que estudiar la manera de fortalecer nuestras debilidades, o de causar resquebrajaduras en la armadura del adversario, hasta sentirnos realmente capaces de superarlo.

Un gobernante es el protector del estado, si su protección puede abarcarlo todo el país será, sin duda prospero y poderoso; pero si su protección no es total el país será ruinoso y débil.

El éxito o el fracaso dependen, en mucho de la buena elección de los colaboradores. La eficacia debe estar por encima de la simpatía personal.

Pues bien, hay tres formas en las que el gobernante puede causarle perjuicios a su propio ejército:

Cuando ignorante que es inadecuada avanzar, ordena el avance o, cuando ignorante que debe mantenerse en su lugar ordena retirada. Con eso pone ataduras en las manos de su ejército.

Si nos involucramos en un proyecto, debemos empaparnos de sus aspectos y detalles para poder emitir disposiciones coherentes y oportunas.

No pongamos al timón a quien no sabe conducir. Si queremos que una maquinaria funcione, debemos colocarle las piezas más adecuadas.

Vencerá aquel que sepa cuando luchar y cuando no luchar. Vencerá quien sepa cómo manejar tanto las fuerzas grandes como las pequeñas. Vencerá quien estando el mismo preparado, espera con prudencia para sorprender cuando el enemigo cometa un desatino.

Cinco actitudes que deben tomarse en cuenta para alcanzar el triunfo. La primera, tener el acierto para decidir en el momento oportuno para ejecutar nuestro proyecto, tomando en cuenta las circunstancias favorables y desfavorables. Segundo no mal gastar los recursos arriesgando grandes cantidades donde el beneficio es escaso; El tercero transmitir a nuestros colaboradores el impulso espiritual y anímico que permita afrontar las responsabilidades. El cuarto insiste en los beneficios de la observación y la ventaja que puede darnos está. El último consejo advierte sobre la interferencia de aquellos que no saben, sobre los subordinados que están realizando bien su trabajo.

CAPITULO IV

LA POSICION ESTRATÉGICA

Ser invencibles depende de nosotros.

Ser invencible depende de nosotros, pero la vulnerabilidad del enemigo depende de él mismo. Si no se puede vencer, se debe defender; si se puede vencer, se debe atacar. Defender cuando la fuerza es insuficiente; atacar cuando la fuerza es abundante.

La Posición del No- error

EL no cometer errores establece la certidumbre de la victoria; significa conquistar a un enemigo que ya esta previamente derrotado. Un ejército victorioso alcanza sus triunfos antes de buscar combate; un ejército condenado ya a la derrota pelea desesperado, solo por salvar su vida.

<<Los supremos requisitos del don del mando son: pensamiento claro, armonía de los huestes, estudiada estrategia destinada a planes de largo alcance, compresión de las condiciones climáticas y habilidad para examinar los factores. >>

Quienes tienen la misión de dirigir un proyecto, deben prepararse ópticamente en todo los aspectos. Error es aceptar un encargo cuando no se está en perfectas condiciones para llevarlo a cabo exitosamente y hasta el final.

La vida es una interminable sucesión de riesgos. Por lo que debemos observar y estudiar cuidadosamente todas las variables en espera del momento oportuno para lanzar el contundente ataque que garantice nuestros triunfos.

CAPITULO V

LA FUERZA ESTRATEGICA

‘’…el buen combatiente será aterrorizador en su embestida veloz en su decisión. ’’

El control de una fuerza numerosa es lo mismo que el control de unos pocos hombres. Es cuestión de dividir sus números y organizarse.

En todo proyecto en el que participa una numerosa cantidad de personas, es muchas veces necesario establecer una cadena de mando. Si bien es permisible y hasta aconsejable, la confianza y familiaridad entre jefes y subordinados.

Dirigir un gran ejército es lo mismo que controlar uno pequeño. Es cuestión de instituir un sistema de signos y señales.

No existen límites para la imaginación y la creatividad. La historia universal está repleta de logros de gente ingeniosa que supo aprovechar unos pocos recursos para alcanzar éxitos sorprendentes, venciendo aun a oponentes mejor datos en lo físico o en lo económico.

La oportunidad puede presentarse solo una vez; el buen estratega mantiene los ojos bien abiertos para aprovechar el momento más favorable y cuando esa circunstancia llega, lanza su ataque veloz y decidido. E n medio del aparente desorden, el jefe óptico sabe conversar la integridad de sus fuerzas.

En verdad, en toda actividad competitiva y siempre que no se incumpla las leyes, es posible utilizar la astucia, de manera que se logre que el adversario realice movimientos que lo dejen vulnerable, o en situación inestable, o que evidencia un error de su política.

Cada persona es dueña de singulares habilidades que deben ser debidamente aprovechadas en

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