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EL CUIDADO A UNA PERSONA INTEGRAL DESDE OTRA PERSONA DISTINTA


Enviado por   •  3 de Octubre de 2018  •  Ensayos  •  2.576 Palabras (11 Páginas)  •  122 Visitas

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Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia[pic 1][pic 2]

SUAyED

Alumna: Gabriela

Materia: filosofía y enfermería

Unidad 6

Antropología filosófica del cuidado

Grupo: 9513

Profesora: Lic. Sandra Peña Martínez

Fecha de entrega 2 diciembre  2017

EL CUIDADO A UNA PERSONA INTEGRAL DESDE OTRA PERSONA DISTINTA

Diálogo:

Llega un paciente a la unidad de emergencia del hospital en que trabajo. Se queja de dolor agudo en un costado y de estar mareado. A primera vista se nota que es un anciano debilitado por alguna enfermedad hepática pues su conjuntiva se ve amarillenta.

YO:                 Buenas tardes, ¿Cuál es su nombre?

JUAN:         Me llamo Juan X Y.

YO:                 Le voy a tomar algunos datos.

JUAN:         ¿No me podrías dar algo para el dolor? Me duele mucho.

YO:                 Primero tenemos que determinar por qué le duele.

JUAN:         ¿Por qué? Si yo vine porque me duele.

YO:                 Porque el dolor nos indica qué le pasa a usted. Si le damos algo para el dolor                 el médico no va a saber qué tiene usted. Déjenos saber que le pasa y luego lo                 atendemos.

        Le digo esto para informarle cómo es el protocolo y hacerlo sentir que no es un procedimiento deshumanizado sino que tomo en cuenta sus intereses reales. Quiero que él esté de acuerdo con lo que le estoy haciendo. Juan me mira con desconfianza

YO:                 Es que si no, capaz que lo atendemos de algo que no es y hasta puede salir                 peor.

JUAN:         Bueno, me aguanto. Pero apúrale.

YO:                ¿Dónde le duele?
JUAN:                La barriga, pero como que de lado.

        Trato de mostrarle con ademanes apresurados que me apresuro a tomar los datos biométricos que requiere el doctor: la presión, la temperatura, la saturación de oxígeno. Comprendo que son signos útiles pero quiero mostrarle que me preocupa su sufrimiento de modo que le tomo los signos con rapidez y tratando de hacerlo sentir que entiendo que necesita que me apresure.

        El médico lo ausculta, lo palpa, firma la orden de internamiento y pide que le hagamos pruebas de laboratorio para determinar si tiene afectada la función hepática. Le pregunto si le puedo administrar un analgésico porque el paciente tiene un dolor agudo. El médico receta un analgésico. Le pongo una venoclisis para pasarle los medicamentos y el analgésico

YO:                 Ahora sí le vamos a quitar ese dolor.

JUAN:         A ver si es cierto.
YO:                 Le voy a sacar sangre para hacerle unos análisis.

JUAN:         Ya no tiene caso, mi hija.

YO:                 ¿Cómo que no tiene caso? Si no, ¿cómo vamos a saber que tiene?

JUAN:         Porque yo te voy a decir. Tengo fregado el hígado, y ya no me queda mucho                 tiempo. Ya me lo habían dicho unos doctores que vi hace un mes, y uno sabe                 cuándo ya se le viene el final.
YO:                 No diga eso, vamos a atenderlo aquí.

        Eso lo digo como reflejo pero me preocupa que tal vez tenga razón. Pienso que no quiero que me vea como una más del personal de salud que le ha prometido curarlo sin resultados.

YO:                 Y si tiene razón, a todos nos toca tarde o temprano, pero no lo vamos a                         abandonar.

JUAN:         Ya me abandonaron todos. Mi esposa murió hace ocho años y mis hijossi no                 me enfermo ni se acuerdan que yo no me he muerto. Y tú al rato sales y te                 olvidas de mí.

YO:                 Ya me tengo que ir, eso sí, pero regreso mañana, y no me olvido de usted.

        Al día siguiente pregunto por el paciente y me informan que lo pasaron a piso pero que el médico determinó que sólo se le den paliativos pues le queda poco tiempo de vida porque no es candidato a un transplante. No ha llegado nadie a urgencias así que subo a verlo.

YO:                 Buenos días, ¿cómo está?

JUAN:         ¿Ya viste que tenía yo razón? Ya me dijo el doctor que no me voy a curar.                 Ya lo sabía, pero se siente feo que se lo digan a uno.

YO:                ¿Le duele algo?

JUAN:                Duele poquito, me tienen bien atarantado, no puedo ni levantarme.

YO:                Hay algo que pueda hacer por usted?

JUAN:                Siéntate.

        Una pausa larga

JUAN:                ¿A dónde crees que vamos cuando nos morimos?

YO:                No sé. ¿Usted qué cree?
JUAN:         Dicen que nos vamos al cielo. Pero yo digo que si la gente se fuera al cielo                 cuando se muere, ya haría sombra tanta gente que se ha muerto ¿no crees?

        No sé qué decir, ni si debo sonreír.

JUAN:                ¿Será que nos volvemos como pajaritos? Pero luego esos se mueren también                 ¿y qué         les pasa después?

YO:                Nadie sabe qué pasa después.

JUAN:                No, ¿pero sabes qué es lo malo de morirse? El miedo que da. Ya está uno                 viejo, ya no tiene nada que hacer aquí, y de todos modos da miedo

YO:                ¿Le gustaría volar como pajarito?

        Se me queda viendo y luego le da risa.

...

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