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EL ESPÍRITU ABSOLUTO Y SUS MANIFESTACIONES EN LA FILOSOFÍA DE G. W. F. HEGEL


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2018  •  Ensayos  •  1.794 Palabras (8 Páginas)  •  227 Visitas

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Luis Jesús Villagrana Vázquez

EL ESPÍRITU ABSOLUTO Y SUS MANIFESTACIONES EN LA FILOSOFÍA DE G. W. F. HEGEL

Hegel nació en Stuttgart en 1770, y murió en Berlín, en 1831. Entre sus principales obras se encuentran Fenomenología del espíritu, La ciencia de la lógica, Enciclopedia de las ciencias filosóficas y Filosofía del derecho[1].

Hegel es uno de los representantes del idealismo, conocido por la cierta complejidad en sus escritos de estilo abstracto, de las que se han desprendido corrientes filosóficas como el marxismo, que es la más difundida hasta nuestros días. Comenzaremos por hablar desde la cima donde el mismo Hegel se ve, para tratar de entender su pensamiento. Hegel afirma que cualquier ente individual que captemos, ya sea de forma sensible o intelectual es una fase de la evolución del Absoluto, ya que lo finito solamente puede tener sentido inmerso en la infinito[2]. Por lo tanto, todo cuanto existe es constituyente de lo Absoluto, dejando de ser algo trascendente o separado para presentarse como la totalidad o síntesis de todos los entes.

Por lo tanto, el Absoluto no está terminado, sino que está en un proceso de evolución, como lo están las cosas mismas. La naturaleza misma de este Absoluto es la Idea, o mejor conocida como Espíritu. Todo comienza con la evolución o desarrollo de la Idea, y así es como se produce el mundo material, donde el producto supremo de esta evolución es el hombre, que toma conciencia de sí misma la Idea que evoluciona[3]. De esta posición es donde surge la calificación de panteísta, debido a que afirma que todo queda asimilado en el Absoluto, del cual se origina todo, y panlogista, debido a la identificación del ser con la idea o razón.

Hegel desarrolla toda una teoría de la dialéctica, como una ley universal del devenir o cambio, aplicado a todo ente, sea espiritual o material, donde afirma que nuestro pensar es dialectico, así como también la historia del pensamiento y, con mucha más razón los cuerpos físicos. Debemos entender que, la importancia de esta evolución no reside en dejar atrás el pasado, sino como una ascensión en donde el pasado toma parte, pero en un nivel superior. Hegel trata de tomar en serio toda la realidad, de forma que las fases superiores del conocimiento no rechazan las inferiores, sino que pasan a un tipo refinamiento.

Me es preciso repetir que la dialéctica se aplica a todo ente finito, y Hegel utiliza una triada, donde la idea  o ser en sí (que es la tesis), deviene en naturaleza (antítesis), y ésta, al tomar conciencia de sí misma, se constituye en Idea absoluta (llamada síntesis). Con esto Hegel no niega el principio de contradicción, sino lo contrario; las contradicciones se convierten en un motor del devenir, hasta llegar a la superación de la tercera etapa o síntesis, la cual vuelve a ser tesis de un nuevo proceso.

La idea como absoluto

Hegel critica a Kant, Fichte y Schelling debido a que postulan que la realidad es incognoscible, y rechaza principalmente la distinción que hace Kant entre fenómeno y noúmeno, la solución de Fichte de fundir todo con el concepto del yo, y de Schelling , cuyo Absoluto lo encuentra vago e impreciso[4].

Hegel postula la idea como Absoluto, y trata de explicar la naturaleza de la realidad. Postula una realidad última y suprema, la cual denomina Absoluto, Idea, Espíritu, muy diferentes a los términos tradicionales. Es aquí donde la sustancia primera, el origen de todo, sea la racionalidad, por lo que todo está hecho de idea o pensamiento.

Hegel trata de explicar que el Absoluto evoluciona en todas las cosas. Primero se proyecta a sí mismo, y se conoce a sí mismo, conocido como espíritu subjetivo. Este espíritu progresa a través de la conciencia sensible, entendimiento, conciencia de sí mismo y la razón. Siguiente a esta está el espíritu objetivo, que se manifiesta en la comunidad humana, más palpable en las leyes y principios que aseguran su existencia y estabilidad. Aquí Hegel habla sobre la moralidad y el Estado. Por último el Absoluto que lo es todo, o la totalidad de toda la existencia, al exteriorizarse o proyectarse fuera de sí llega a ser naturaleza.

El Espíritu y sus tres momentos

El Espíritu es «la idea que vuelve a sí misma desde su alteridad»[5]. La filosofía del espíritu, al igual que toda la filosofía hegeliana, está estructurada de forma triádica, como lo vimos un párrafo atrás, y hablaremos a profundidad del espíritu absoluto, que se autoconoce plenamente y se sabe principio y verdad de todo, y es igual que Dios en su plenitud de vida y de conocimiento[6].  

El Espíritu absoluto: arte, religión y filosofía

Después de que el espíritu se realizara en la historia como libertad, la idea concluye en la «vuelta a sí misma» en el autoconocerse absoluto. Este autoconocimiento es el autoconocimiento de Dios, en el cual el hombre desempeña un papel esencial. Hegel decide rebajar a Dios hasta el hombre, y decide elevar al hombre a Dios, de este modo Hegel cree reconciliar el problema entre lo finito y la infinito.

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