La filosofía de Hegel
alejandro25cesarTutorial24 de Octubre de 2012
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Aproximación a
la filosofía de Hegel
Luis Armando González
Introducción
Con Hegel, el idealismo alemán adquiere su máxima expresión y desarrollo y abre un horizonte de reflexión filosófica que, con su perspectiva y problemática, se arraigó profundamente en el pensamiento filosófico posthegeliano. Indudablemente, Hegel expresa la síntesis última y plena realización conceptual de ese movimiento filosófico que tiene sus raíces en Kant y que continúa ulteriormente en Fichte y Schelling. Esto se puede constatar —sin profundizar desde luego en la cuestión— al analizar los temas mejor logrados en la filosofía hegeliana —una concepción clara de la dialéctica de lo real y una concepción totalizadora del proceso histórico— que, de algún modo, ya se venían prefigurando en la problemática pre-hegeliana, especialmente en los autores mencionados. Como escribe E. Terrón, en el “Prólogo” a la Introducción a la Historia de la filosofía de Hegel: “la filosofía de Hegel es la última gran filosofía especulativa. En ella finalizan y se articulan todos los movimientos del pensamiento del pasado. La filosofía de Hegel contiene todos lo momentos del desarrollo del pensamiento… pero superados y unificados”(1).
Con todo, la importancia de Hegel no se agota ni por expresar el punto más alto de la reflexión idealista alemana ni por estar operante en el pensar filosófico moderno, sino por otros motivos, entre los que sobresalen los siguientes: en primer lugar, con Hegel la sociedad burguesa cobra, en tanto que sociedad burguesa, la más alta comprensión de sí misma; o, mejor aún, en el pensamiento hegeliano se expresa —como quizá en ningún otro pensador anterior o posterior— la visión más elaborada que la modernidad burguesa puede lograr de sí misma. Y, en segundo lugar, el pensamiento teológico hegeliano desarrolla una serie de supuestos que serán claves en la reflexión teológica del XX.
Pasemos, entonces, a la exposición de las tesis básicas de la metafísica hegeliana, haciendo énfasis en sus momentos y aspectos centrales.
1. La metafísica hegeliana
En general, pueden distinguirse tres grandes planos de la reflexión metafísica de Hegel. En primer lugar, está el plano en el que se describe la totalidad de lo real tal como aparece; pero como aparece en y por el hombre. Este es el plano fenomenológico de la metafísica hegeliana. “La phänomenología —dice A. Kojeve— es la ‘Ciencia de las apariciones del espíritu’, es decir, de la totalidad del ser real que se revela a sí mismo por el discurso del hombre que el Ser implica”(2); y que, en tanto que ser real, envuelve como uno de sus momentos básicos al hombre mismo y su praxis.
Pero, en segundo lugar, a Hegel le parece que no basta con la mera descripción fenomenológica de las “apariciones del espíritu” para dar cuenta científica y concretamente de la esencia de lo real. Según él, el filósofo debe preguntarse por cuál deba ser la Realidad-objetiva que últimamente haga posible la aparición de ella misma en tanto que “fenómeno”. Como escribe Kojeve: “el Filósofo todavía se pregunta cuál debe ser la realidad objetiva (...), es decir el mundo real [natural y humano], para poder ‘aparecer’ de la misma manera como ‘parece’ efectivamente en tanto que ‘fenómeno’”. La respuesta a esta pregunta está dada por la metafísica a la cual Hegel llama “Philosophie der natur y Philosophie der Geistes”(3).
En tercer lugar, según Hegel, el nivel de reflexión filosófica anterior es todavía insuficiente —por no transcender hacia la mismidad del ser— para dar cuenta cabal de la esencia de la realidad. esto no puede menos que forzar al filósofo, cree Hegel, hacia un nivel de reflexión en el que la pregunta sea por la índole del propio ser; esto es, a un nivel de reflexión de carácter ontológico.
Como escribe Kojeve: “[superando el plano de la descripción metafísica] el filósofo se eleva al plano ontológico, para responder al interrogante de saber cuál debe ser el propio ser, tomado en tanto que ser, para que pueda realizarse o existir como ese Mundo natural y humano descrito en la metafísica, de la manera descrito en la fenomenología. Y esa descripción de la estructura del Ser en tanto que tal se efectúa en la ontología que Hegel llama Logik”(4).
Por tanto, en la reflexión metafísica hegeliana se encuentran presentes distintos niveles de reflexión sobre la realidad o sobre el ser, los cuales, fundándose uno sobre otro, dan cuenta de la estructura fenomenológica, metafísica y ontológica de lo real. Tomando como punto de partida el esbozo que hemos hecho de esta filosofía podemos intentar exponer más detalladamente los aspectos señalados. En lo que sigue expondremos a grosso modo la lógica de Hegel, la cual trata de ese ser que se realiza y existe como mundo natural y humano, y que, asimismo, cobra consciencia de sí mismo como espíritu.
1.1. La lógica (Ontología)
Ya dijimos que en su reflexión ontológica Hegel pretende dar cuenta de la índole misma de ese ser que se realiza como mundo natural y humano y que, asimismo, cobra consciencia progresiva de sí en el devenir de la historia. Es decir, lo que le interesa es determinar cuál debe ser —como dice Kojeve— el propio ser: el ser que se despliega como naturaleza y como historia. Hegel desarrolla su estudio de la lógica siguiendo un esquema de tríada básico: a) categorías fundamentales del ser; b) categorías fundamentales de la esencia; y c) categorías fundamentales del concepto. Antes de examinar esos temas, hagamos una reflexión previa sobre la lógica, el método y la dialéctica en Hegel.
Lo primero que hay que decir es que la Logik no es para Hegel lo que corrientemente se entiendo por lógica; esto es, no se trata de un problema de las “reglas” del razonamiento verdadero o algo semejante, sino que, en rigor, la lógica es la ciencia del Ser, ciencia que tiene por finalidad revelar su esencia. “La Logik de Hegel —escribe Kojeve— no es una lógica en el sentido corriente del término, ni una gnoseología, sino una ontología o ciencia del ser, tomado en tanto que ser”(4). Lo cual no quiere decir que la “Logik”, como ciencia del ser, no envuelva, de algún modo, un momento discursivo o epistemológico. Por supuesto que sí. Pero este discurso (logos) no tiene en la perspectiva hegeliana por sí mismo importancia; la tiene, sí, en cuanto manifiesta la estructura ontológica del Ser. En este sentido, cuando Hegel escribe en la Enciclopedia de las ciencias filosóficas que “el hecho lógico presenta, considerado en su forma, tres conceptos: a) el abstracto racional; b) el dialéctico o negativo-racional; c) el especulativo o positivo-racional”(5), se refiere a lo lógico no como el pensamiento lógico considerado en sí mismo, sino más bien al “ser (Sein) revelado (correctamente) en y por el pensamiento o el discurso (Logos). Los tres aspectos de la cuestión son ante todo aspectos del propio Ser: son categorías ontológicas y no lógicas o gnoseológicas y tampoco por cierto simples artificios del método de investigación o de exposición” (6). Por tanto, comprender mediante la Lógica hegeliana implica comprender el carácter de sus tres momentos constitutivos: el aspecto abstracto, el aspecto dialéctico y el aspecto especulativo; que son —como dice Hegel— “elementos- constitutivos (Momente) de toda entidad Lógico-Real, es decir, de todo concepto o de todo lo-que-es-verdad (…) en general”(7).
Por ser lo que son, los momentos de la lógica tienen que ser expresados o expuestos por el logos humano, que precisamente lo único que hace es revelar la estructura ontológica del Ser, de la que es componente esencial. Aquí —antes de proseguir— es preciso detenerse y decir dos palabras sobre la idea que del Método hay en Hegel y sobre el papel que éste le asigna a la dialéctica. Obviamente, son dos cuestiones que, además de estar estrechamente ligadas, son sumamente problemáticas. Pero, por ello, son tema obligado para el propósito de este trabajo. Posteriormente, retomaremos la reflexión sobre los momentos constitutivos del ser.
1.2. Método y dialéctica
En primer lugar, el problema del método. De entrada digamos que en Hegel no hay, en sentido estricto, un método de investigación de lo real; es decir, no hay un sistema, ya sea conceptual o instrumental, de referencia preconcebido, mediante el cual se pretenda reflexionar sobre la realidad desde una posición de independencia con respecto a ella. Esto, para Hegel, es un absurdo que lo único que hace es deformar lo real y dificultar el despliegue de su movimiento propio. “El hombre ingenuo, el sabio vulgar, el filósofo no hegeliano se oponen cada uno a su manera a lo real y lo deforman oponiéndole medios de acción o métodos de pensamiento que les son propios”(8). Y ello, como de suyo es claro para Hegel, además de ser un modo superficial de investigación, es una forma inadecuada de investigación. Lo que se tiene que hacer es acercarse sin ningún tipo de presupuesto a lo real, y convertir así al propio discurso en un fiel reflejo de su estructura; es decir, que lo que se tiene que hacer es describir el ser propio de las cosas.
En opinión de Kojeve, el sabio, el que tiene la capacidad suficiente para indagar sobre el ser, no tiene otra alternativa que confiar enteramente en lo real, sin oponer resistencias de ninguna índole a sus manifestaciones.
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