ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  2.187 Palabras (9 Páginas)  •  140 Visitas

Página 1 de 9

RESUMEN DEL LIBRO “EN BUSCA DE SENTIDO”

AUTOR: VICTOR FRANK

JEYSSON MILCIADES RODRIGUEZ AVILA

COD. 2191915

Trabajo de Filosofía Institucional

UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

FACULTAD DE INGENIERIA CIVIL

TUNJA

2015


RESUMEN DEL LIBRO EN BUSCA DE SENTIDO DE VICTOR FRANK

La historia comienza hablándonos sobre un campo de concentración donde se llevaban a muchos hombres, todos ellos eran simplemente prisioneros, no eran llamados por sus nombres si no que cada uno tenía un número es sus prendas de vestir o tatuado; en este lugar la mayoría de los prisioneros no salían con vida pero su gran motivación para poder ser liberados de ese horrible lugar era su familia, amigos y allegados. En este sitio uno de los encarcelados decide contar sus experiencia como prisionero, narraba que son obligados a realizar múltiples trabajos sin remuneración alguna, eran tratados como esclavos y en ocasiones les pagaban con unos bonos que equivalían a 6 cigarrillos o que podían ser cambiados por 6 platos de sopa, ellos decidían si fumarse estos cigarrillos o si preferían comer. Se dice que los hombres que decidían fumar antes de comer eran porque ya habían perdido toda la fe de permanecer con vida y todas sus esperanzas de algún día poder salir de allí.

Una gran parte de prisioneros había sido subido a un tren para ser llevados a otro campo de concentración, a medida que el tren iba avanzando se preguntaban a sí mismos a donde irían y la angustia crecía cada vez más. Después de varios días de viaje empezaron a escuchar gritos que decían “llegamos a Auschwitz”, era una estación donde se escuchaban gritos de desesperación, como si se tratase de múltiples torturas, en este lugar había hornos crematorios, cámaras de gas y demasiadas  matanzas. Cuando llegaron, los hombres estaban sorprendidos, decían que a los demás prisioneros que estaban en este lugar se les veía bien, no estaban tan flacos y ellos pensaban que aunque se les maltrataba quizás los alimentaban bien, pero no, sus pensamientos eran errados. Después de su llegada, fueron enviados a unos cuartos donde les tocaba dormir o descansar, supuestamente, pero no podían hacerlo ya que esta habitación estaba hecha para por lo menos unas 200 personas pero alojaban a unas 1.500, tenían que permanecer de pie porque al ser tan estrecho el lugar no podían ni sentarse; su alimentación era peor, se les proveía unas migajas de pan que equivalían a unos 150 gramos algunos, algunos prisioneros tenían el privilegio de tomarse algunas copas de aguardiente porque eran trabajadores de los crematorios, ellos veían como se torturaban a sus demás compañeros pero aun así sabían que ellos en algún momento tenían que ser reemplazados y próximamente asesinados.

Todos ellos tenían uniformes de rayas y su cabeza afeitada, eran presentados ante un hombre que aparentemente era un doctor, él los miraba de arriba hacia abajo y los señalaba con su dedo hacia la izquierda o hacia la derecha, e preguntaban que hace con el dedo pero simplemente él detallaba a los prisioneros y quienes estaban bien de salud los enviaba a la derecha; allí eran sometidos a trabajos forzosos pero aun así no perdían su esperanza de salir algún día y a los que se encontraban enfermos los mandaba a la izquierda donde serían llevados al crematorio para ser incinerados

Los recluidos eran obligados a desnudarse, a entregar absolutamente todas sus pertenencias, a depilarse totalmente sus cuerpos, luego se bañaban y posteriormente eran castigados y azotados.

Eran constantemente amenazados; se les decía que siempre tenían que gozar de salud, caminar rectos y andar todo el tiempo rasurados, así tuviesen que hacerlo con un vidrio o por el contrario sería llevados a la cámara de gas, todo aquel que ya fuera anciano o que estuviese enfermo era considerado como un flojo, alguien que no podía cumplir con sus obligaciones, entonces no servía para nada y seria asesinado.

A los pocos días los prisioneros ya empezaban su segunda etapa en el campo de concentración, donde se decía que era como llegar a una muerte emocional, las torturas y los trabajos se les hacían más duraderos y peores, una de las practicas más feas de tortura que se practicaba era la de los excrementos, los hacían meterse en un hueco lleno de barro y de excrementos donde los hombres tenían que hacerlo sin asco o si no serían severamente golpeados con los látigos de los “capos”. En esta segunda fase ya se veían más muertes y aquellos que iban a enfermería eran azotados. Cuando alguno moría, los demás reclutados lo despojaban de sus pertenencias y los cuerpos eran arrastrados por los pasillos del campo.

Lo que más les hacía daño no eran simplemente todos los castigos que recibían, sino tantas injusticias que habían, ya que por insignificantes que fueran las faltas serian mortificados, por ejemplo, los prisioneros cuando estaban trabajando no podían descansar o se atendrían a las consecuencias.

Las humillaciones continuaban y en una ocasión después de estar el hombre cansado del duro trabajo decide bajar el ritmo, a lo que lo hace, uno de los capataces se da cuenta del mal desempeño y le dice, tendrás que cavar ese hueco con los dientes, vas a morir angustiado; lo dijo con palabras grotescas, precedía que la muerte y sus fines por esta lucha de seguir con vida y liberarse terminarían, afortunadamente, le agradaba a uno de los capos, ya que siempre escuchaba sus historias de amoríos, entonces el capo se acercó al capataz y le comento que era un excelente trabajador y que le perdonara la vida. Uno de los capataces menciona que un trabajador normal, produce 7 horas continuas y con más eficacia que ellos, él le responde  que ninguno labora de esa forma, con 300g de pan diarios y finalmente el capataz decide exonerarlo de la muerte.

Al terminar de cada día, los prisioneros sentían un gran alivio porque tendrían un día más para seguir luchando por salir y esto era su motivación. Los sueños de los encarcelados eran de mantenerse con vida, aunque uno de ellos solía tener pesadillas y tener actuaciones raras mientras dormía, se decía que ninguna pesadilla aunque tan terrible que fuera era peor a la del tormento que estaban viviendo en la realidad.

La alimentación algunos días cambiaba, pero aun así, se hacía muy notable el grado de desnutrición de los prisioneros, sin embargo, ellos hablaban entre sí de que cuando fueran libres consumirían todos los alimentos que pudiesen y así trabajaban una psicología en sus mentes que probablemente hacia que el hambre  no los destrozara. Su ración diaria era un plato de sopa muy aguada y su trozo de pan que  lo guardaban para de vez en cuando arrancar una migaja y llevarla a su boca para mascarla en sus 10 horas de trabajo pesado, lo único que podían consumir eran trozos de pan pero sus entrañas consumían todas las calorías de su cuerpo como si en su interior comiesen todo el ultimo musculo de sus cuerpos, parecían esqueletos abrigados en pequeñas cantidades de piel  y al llegar a sus alojamientos algunos con múltiples quejidos parecían rendirse; solo dormían unas cuantas horas y era un tormento escuchar esos silbidos que anunciaban que ya era hora de empezar una nueva rutina de trabajo, este sufrimiento se daba porqué ni siquiera podían colocarse sus zapatos, ni amarrarse los alambres que tenían por cordones ya que con sus manos casi congelados era imposible realizar esta acción; en ocasiones ni siquiera los usaban porque como permanecían mojados se iban encogiendo y por sus pies hinchados era imposible, por lo tanto, salían con sus pies desnudos a pisar la nieve y aguantar la frías temperaturas a las que estaban sometidos.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13.5 Kb)   pdf (323.9 Kb)   docx (333.7 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com