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El Hombre En Busca De Sentido


Enviado por   •  17 de Abril de 2015  •  1.859 Palabras (8 Páginas)  •  242 Visitas

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EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

INTRODUCCIÓN

El hombre en busca de sentido es un libro bastante interesante, ya que Viktor, por medio de un análisis profundo, hacia prisioneros del campo de concentración Auschwitz, da a conocer comportamientos que son dignos de recordar y admirar. Frankl y su testimonio hacen de la lectura interesante. La lectura me deja algo muy importante; libertad interna.

Decidir en situaciones de total dificultad, Frankl describe a dos tipos de personas, las que se dejan tratar por la terrible tiranía para degradarse aún más y las que optaban por ser libres internamente; tomar una actitud optimista y no rendirse jamás.

DESARROLLO

Pone como centro de la narración la pregunta ¿cómo incidía la vida diaria de un campo de concentración en la mente del prisionero medio? pues los sucesos citados en el campo de concentración hacían de la mente de los reclusos una absoluta y completa paranoia, debido a la violencia con que los capos sometían a los reclusos.

En esta parte del texto se relata otro hecho brutal y cruel, que era la selección de prisioneros para trasladarlos a otro centro, el cual no era nada más que otra vil mentira y esta serbia de excusa para deshacerse de los prisioneros enfermos y/o viejos los cuales ya no hacían muy bien sus servicios. El problema, en este caso, era que para salvarse uno mismo de morir en una cámara de gas era que se tenía que competir con sus propios compañeros y amigos; así que lo difícil de esta situación era que por cada amigo o compañero salvado había otro prisionero destinado a la cámara de gas, se debía a veces recurrir a la violencia y crueldad entre ellos mismos para salvarse de no morir en tal fatídico destino.

(Es por eso que el autor dice que ´los mejores de entre nosotros no regresaron.)

Las personas que no resistían este clima morían, era común saber que la persona con la que habían hablado ayer, hoy había muerto de frío, nadie hacia nada al respecto, la gente muerta quedaba en el suelo, lo cual provocó una serie de enfermedades que acabaron con otro tanto de los prisioneros, en cuanto a lo que pensaba un prisionero para aguantar en el campo tenía que alcanzar un objetivo, adquirir una gran fortaleza interior, establecerse una meta, una esperanza y un motivo para seguir viviendo.

Para cambiar el ánimo de estas personas era necesario que se plantearan que aunque fuera muy difícil sobrevivir en un campo de concentración todavía había la posibilidad de sobrevivir; Habían de adquirir una esperanza de vida. A veces este intento por tratar de mejorar el humor de estas personas era en vano. Esta búsqueda de significado puede conducir igualmente a resultados indeseados, como los celos enfermizos, la fobia racista o la obsesión por la ética y la moral.

Explicaré a continuación cómo es el proceso que según él explica los hombres siguen durante este periodo extremo, procuraré que el resumen esté más por el cual pasaban las personas, que a la vivencia personal. Dicho proceso se divide en tres fases, en las que la persona sufre cambios radicales y hasta cierto punto comprensibles.

La primera fase implica el internamiento en el campo, la característica principal aquí es el shock que presenta el individuo. La persona no sabe a dónde se dirige ni las circunstancias por las que tendrá que pasar. En un principio hay un estado de “ilusión del indulto” donde el prisionero imagina que por obra de magia o algún milagro todo esto pasará, se desvanecerá y él saldrá invicto. Los hombres pasaban por una primera examinación donde un capo de la SS o les permitía seguir viviendo o los mandaba directamente a la muerte. Dicho procedimiento se hacía en base a las características físicas del examinado. Los pocos que lograban superar esa etapa debían de despojarse de todas sus pertenencias, rasurarse todo el cuerpo y pasar a una sala de desinfección. De todo lo mencionado parecía que lo que más daño generaba en la persona era la pérdida de aquellas cosas materiales que implicaban un valor sentimental. Sin duda, a partir de ese momento los hombres dejaban su identidad atrás para convertirse en un número más de un amplia lista.

Las ilusiones que aún algunos de los prisioneros albergaban se iban debilitando conforme su persona perdía individualidad y su vida sentido. Por supuesto que los hombres en este estado primero cobraron un humor macabro y hasta sádico, pero posteriormente se vieron invadidos por un sentimiento de curiosidad, un tanto morbosa. El hecho más difícil de enfrentar era el contacto directo con la muerte y su posible aparición en la vida de cada uno de ellos. Lo cual, sin duda, comenzó a despertar la desesperación y la contemplación de una idea suicida. Esto lo justifica Frankl diciendo “Ante una situación anormal, la reacción anormal constituye una conducta normal.”

La segunda fase es la vida en el campo, que por supuesto se caracteriza por la apatía. El hombre que vive con el sufrimiento tan de cerca y a flor de piel no puede más que volverse indiferente ante las circunstancias. Los hombres se encargaban de ponerse una coraza que les impidiese desarrollar un sentimentalismo. Tal era la única vía de sobrevivir a las crueldades de las que eran testigos. Lo que más dañaba al hombre en dichas circunstancias no eran los golpes que le proferían, sino el insulto de no ser más que un número, de haber dejado de ser una persona con dignidad a ser ahora un animal más en un rebaño que no merecía ninguna clase de consideración. Existían algunas vías mediante las cueles algunos hombres fuertes de espíritu

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