ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

EL HOMBRE MEDIOCRE


Enviado por   •  22 de Agosto de 2014  •  3.170 Palabras (13 Páginas)  •  259 Visitas

Página 1 de 13

CAPITULO V

LA PASION DE LOS MEDIOCRES

El que la envidia se rebaja sin saberlo se confiesa subalterno; esta pasion es el estigma psicologico de una humillante inferioridad, sentida, reconocida no basta ser inferior para envidiar pues todo hombre lo es de alguien en algun sentido; es necesario sufrir del bien ajeno, de la dicha ajena, de cualquier culminacion ajena.

Es pasion traidora y propiciadora a las hipocresías. es al odio como la ganzúa a la espalda; la emplean los que no pueden competir con los envidiados. en los ímpetus del odio puede palpitar el gesto de la garra que en un desesperado estremecimiento destroza y aniquila. la envidia alcanza a los hombres mas famosos por su carácter y por su virtud. el odio no es desarmado por la buena o la mala fortuna; la envidia si, un sol que ilumina perpendicularmente desde el mas alto punto en los cielos reduce a nada o a muy poco la sombra de los objetos que estan debajo. la emulación es siempre noble el odio mismo puede serlo algunas veces. la envidia es una cobardia propia de los debiles, un odio impotente, una incapacidad manifiesta de competir o de odiar.

El que escucha ecos de voces profeticas al leer los escritos de los grandes pensadores; el que siente grabarse en su corazon, con caracteres profundos como cicatrizes, su clamor visionario y divino; el que se extasia contemplando las supremas creaciones plasticas y se entrega a la vida que palpita en ellas.

LA PSICOLOGIA DE LOS ENVIDIOSOS

El envidioso pertenece a una especie de moral raquitica, mezquina,digna de compasión o de desprecio. sin coraje para ser asesino se resigna a ser vil. rebaja a los otros desesperado de la propia elevación.

El envidioso activo posee una elocuencia intrepida, disimulando con niagaras de palabras su estupidez de ideas pretende sondar los abismos del espiritu ajeno sin haber podido nunca desenredar el propio. parece tener mil lenguas, como el clasico monstruo rabelasiano. la ineptitud para satisfacer un deseo o hartar un apetito determina esta pasion que hace sufrir del bien ajeno. La envidia femenina suele ser afiligranada y perversa, la mujer da un arañazo con una afilada y lustroza, muerde con dientecillos orificados, estruja con dedos palidos y finos. toda maledicencia le parece escasa para traducir su despecho; en ella debio pensar apeles cuando represento a la envidia guiando con la mano felina a la calumnia. La dicha de los fecundos martiriza a los eunucos vertiendo en su corazon gotas de hielque los amargan por toda la existencia; este dolor es la gloria involuntaria de los otros, la sancion mas indestructible de su talento en la accion o el pensar.

LOS ROEDORES DE LA GLORIA

El que tiene meritos, sabe lo que le cuestan y los respeta, estima en los demas lo que desearia que se le estimara en si mismo, el mediocre ignora esta admiración abierta muchas veces se resigna a aceptar el triunfo que desborda las restricciones de su envidia. pero aceptar no es amar.

Saben que cada paso hacia la gloria ha costado trabajos, vigilias, meditaciones y comprenden que acaso han consumido su organismo. Todo escritor mediocre es candidato a citicastro la incapacidad de crear le empuja a destruir. Su falta de inspiración le induce a rumiar el talento ajeno, empañandolo con especiosidades que denuncian su irreparable ultimidad. La obra es una ocacion para exhibir las ideas propias. el verdadero critico enriquece las obras que estudia y en todo lo que toca deja un rastro de su personalidad. Las mujeres feas demostraran que la belleza es

repulsiva y las viejas sostendran que la juventud es insensata; vengaran su desgracia en el amor diciendo que la castidad es suprema entre todas las virtudes, cuando ya en vano se harian viltroteras para favorecer la propia a los transeúntes.El silencio del autor mata al postulante; su indifrencia lo asfixia. algunas veces supone que le han tomado en cuenta y que se advierte su presencia: sueña que le han nombrado, aludido, refutado, injuriado.

Los hombres superiores pueden inmortalizar con una palabra a sus lacayos o a sus sicarios. hay que evitar esa palabra; de algunos criticasgos solo tenemos noticias porque algun genio los honro con su puntapié.

UNA ESCENA DANTESCA: SU CASTIGO

El castigo de los envidiosos estaría en cubrirlos de favores para hacerles sentir que su envidia es recibida como un homenaje y no como un estiletazo. la enfermedad es una enfermadas y nada hay mas respetable que el derecho de lamentarse cuando se padecen congestiones de la vanidad. Dante considero a los envidiosos indignos del infierno en la sabia distribución de penas y castigos los distribuyo por el purgatorio lo que se aviene a su condición de mediocre. El sol les niega su luz; tienen los ojos cosidos con alambres porque nunca pudieron ver el bien del prójimo. Los únicos gananciosos son los envidiados. Es grato sentirse adorar de rodillas. La mayor satisfacción del hombre es despertar la envidia estimulándola con sus propios meritos.

LA VEJES NIVELADORA

CAPITULO VI

LAS CANAS

Las canas son un mensaje de la naturaleza que nos advierte la proximidad del crepúsculo, las canas visibles corresponden a otras mas graves que no vemos el cerebro y el corazón, todo el espíritu y toda la ternura encanecen al mismo tiempo que la cabellera. la máxima desdicha de un hombre superior es sobrevivirse a si mismo nivelándose con los demás cuantos se suicidarían si pudieran advertir ese pasaje terrible del hombre que piensa al hombre que vegeta del que empuja al que es arrastrado del que ara surcos nuevos al que se esclaviza en las huellas de la rutina, vejez y mediocridad suelen ser desdichas paralelas.

ETAPAS DE LA DECADENCIA

Las funciones del organismo empiezan a decaer a cierta edad esas declinaciones corresponden a inevitables procesos de regresión organica. las funciones mentales lo mismo que las otras decaen cuando comienzan a enmohecerse los engranajes celulares de nuestros centros nerviosos. La longevidad mental es un accidente no una regla. El anciano se interioriza, es decir vuelve poco a poco a su primitiva mentalidad infantil, conservando las adquisiciones mas antiguas de su personalidad que son por ende las mejor consolidadas es notorio que la infancia y la senectud se tocan todos los idiomas consagran esta observación en refranes harto conocidos.

La mejor prueba de esto es que los ignorantes suelen dictar contra la ciencia la encontramos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (19 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com