EL PEDAGOGO, UN INTELECTUAL. Su experiencia, su práctica al servicio de la educación pública
a1l2c3d4e5s6Ensayo24 de Febrero de 2018
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EL PEDAGOGO, UN INTELECTUAL. SU EXPERIENCA SU PRÁCTICA AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
RESÚMEN
La presenta ponencia es una reflexión acerca el compromiso que tiene el maestro de hoy como formador de futuros ciertos. Se inicia caracterizando la sociedad actual postmoderna o hypermoderna como sociedad de control que en su complejidad implica nuevos conceptos y promueve nuevos lenguajes que traen como consecuencias nuevas formas de educar y de pedagogizar los saberes derivándose así, nuevos compromisos del maestro como un intelectual. Finalmente, ubica al maestro como un profesional cuya experiencia y práctica está comprometida con la calidad de la educación.
Palabras claves: Maestro, Sociedad de control, Experiencia, Práctica pedagógica.
EL PEDAGOGO, UN INTELECTUAL. SU EXPERIENCA SU PRÁCTICA AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Alcides Rafael Mendoza Castillo[1]
Liris Múnera Cavadias[2]
A MANERA DE ENTRADA
El quehacer diario del maestro es el mundo escolar y en ese mundo, los saberes escolares y la organización escolar, he allí su naturaleza: formar a los ciudadanos que luego van a dirigir nuestro país. Esta sentencia implica una gran responsabilidad social. Por ello el ser maestra o maestro tiene la implicación de ser sujetos reflexivos, analíticos, interpretativos de la realidad que vive, de la complejidad del mundo de hoy, de esta sociedad, como la definió Jean-François Lyotard, postmoderna o hypermoderna, , caracterizada por sujetos cuyo cuerpo “es un continente habitado por la tecnología”.
Esto hace que hoy haya una nueva forma de comprender al hombre… aparecen otras manifestaciones del ser: espacio, cuerpo, tiempo. Antes el cuerpo era algo sagrado (vestidos, caminar, vivir)… hoy se da una desacralización del cuerpo (silicona, mamografías, abdominoplastias, tatuajes, tribus Urbanas), hoy todo es breve, todo es velocidad (la virtualidad) tal como lo expresa Pual Virilio: el ser humano controlado por la velocidad, por esto hoy todo es controlado, uno vive controlado por Ej. El celular…la internet… el transporte (transmilenio, transcribe, transmetro, mío…) Es decir, “la sociedad de velocidad es altamente tecnológica y promueve nuevos conceptos: flexibilidad, aprendizaje a lo largo de la vida, competencias, incertidumbre, adaptabilidad, eficacia, eficiencia, proyecto, etc”.[3]
Esto toca a las Instituciones Educativas, y trae consigo nuevos lenguajes. La vida es asediada por la información. Hoy hay tanta información que ya el maestro no lee… todo lo tiene… no narra… ni se narra… todo esto va configurando el pensar, el decir y el hacer. Entonces, aprender en la modernidad era olvidar… ir despejando al Espíritu de dudas… hoy en la posmodernidad – hipermodernidad, aprender es acumular. La hipermodernidad, nos ubica en nuevos lenguajes, nuevos conceptos que son configurados en el denominado “Lenguaje mosaico”.
Es esta sociedad, caracterizada fuertemente por la apertura de mercados (TLC), la minimización del estado y el dominio fuerte de la tecnología, nos marca, nos modela y nos encausa nuevas formas de vida y de experiencias cotidianas que se configura en la “sociedad de control”, donde la escuela es una empresa, los estudiantes son los usuarios del servicio y los maestros meros funcionarios cuya mercancía a vender son los conocimientos, encausados y organizados por políticas prescriptivas lo que implica cambios en la naturaleza e identidad del maestro como formador por una persona instructora y entrenadora de individuos “competentes”. Es decir, la escuela como ese lugar o ese espacio de entrenamiento para personas cuya función principal es la de ser competentes, exitosos, e individualistas en detrimento de un lugar en busca de la simbiosofía o para la vida feliz.
Nos preguntaríamos ¿qué es ser maestro hoy? Dese esta perspectiva, el maestro es un apersona cuya práctica se reduce a enseñarle a estudiantes como aprender para ser exitosos, competentes y de alto desempeño supeditado a los estándares internacionales quebrantando su identidad como formador, como un docente culto, literato y forjador de futuros ciertos. Es decir, un maestro cuya práctica se inmola y se emascula para ejecutar solo el ejercicio empírico de aprendizaje de competencias, estándares de competencias y el de ser emprendedores “desarrollando su actividad académica…fortaleciendo las competencias en matemáticas, lenguaje y Ciencias”[4].
En consecuencia, el maestro en la sociedad hypermoderna sufre cambios que tienen sus raíces en la sociedad de control donde su práctica se ve supeditada al “formato” impuesto por los canones internacionales. Por el modelo Económico – ideológico imperante que es concordante con la sociedad de control donde prevalece el “lenguaje” de la calidad, la eficacia, la eficiencia, los productos, la individualidad, la competencia ,y el ser exitoso aparentando bondad, buenas intenciones y felicidad. Situación ésta que ha llevado al maestro a una gran encrucijada en su práctica. Por un lado el maestro en la práctica de la enseñabilidad y la educabilidad, elementos éticos de su quehacer como aspectos claves en el crecimiento y la condición humana de sus estudiantes (saber convivir con el otro para cuidarlo y protegerlo para hacer del futuro un mundo feliz, no un mundo de tristeza y la tierra un planeta desierto), y en la otra orilla, y tal vez con mayor fuerza, los mensajes de la sociedad, de los medios de comunicación, el mercado, el consumismo y la apariencia. Sin embargo, el maestro y la escuela son para mirar al mundo con esperanza… y un maestro que resista… pero que añore lo mejor. Que contribuya a construir una sociedad plural, incluyente, justa y dispuesta a vivir en paz.
¿Qué es lo que queremos que sea un maestro hoy? Un maestro es aquel que enseña lo que sabe (es reflexionar lo que conoce), aprende enseñando a aprender, un sujeto que al enseñar se acuerda que tanto le costó aprender, un sujeto que trabaja la transmisión de un pasado para que el futuro sea mejor…es decir enseña la experiencia de su aprendizaje
El Maestro: Un Intelectual en defensa de su Profesión
¿Cuáles son los elementos que caracterizan un maestro con este tipo de formación?
Entendiendo así los conceptos de Formación y de maestro, estos identifican y lo especifican como un sujeto comprometido con altos niveles de profesionalidad, es decir que implique ser reconocido como un profesional. Por esto, para reconocerlo como tal, es importante que en él se conjuguen tres elementos mínimos: a.-“Un determinado cuerpo de conocimientos y saberes (el subrayado es mío) avalados por el titulo correspondiente, b.- reconocida autonomía en el trabajo y c.- valoración social de la profesión”[5].
Lo anterior, ubica al profesional de la educación como un sujeto comprometido con la calidad de la educación. Esta relación entre educación y calidad, nos lleva a preguntarnos. ¿Cuál es el rol del maestro como un profesional moderno? ¿Cuál es el tipo de maestro que se quiere formar? ¿Cuál es el tipo de maestro que requiere Colombia?¿ Cuál es el tipo de sociedad que se pretende construir?
Responder estos interrogantes, implica el compromiso por la defensa de una educación de alta calidad y esta debe ser garantizada por el estado. Esos son aspectos que están íntimamente ligados con el proyecto de la modernización de la educación y del carácter profesional del educador. En concordancia con esto, el primer elemento de la modernidad es el concepto de soberanía nacional. Es de gran importancia formar a los nuevos maestros bajo el compromiso de comprender esta situación que lleva implícito otro elemento importante de la modernidad, el carácter público de la educación, oponiéndose a la privatización, a la colonización del espíritu, a las concesiones de las Instituciones Educativas a la Empresa Privada, al subsidio a la demanda y la distribución de los recursos por capitación.
Además, otra implicación es el carácter esencial de la relación del maestro, a.- con la pedagogía, los aprendizajes y la enseñanza, b.- con el conocimiento, los saberes y la cultura. C.- reconocimiento del maestro como sujeto de saber. D.- Con la finalidad de transformar cada día más la educación a partir de los fines y objetivos establecidos en la Ley General de Educación. Lo anterior con el propósito de formar a un maestro con la capacidad para comprender e interpretar el afán del neoliberalismo de desvertebrar y privatizar la educación pública, de desorientar al magisterio y a la comunidad educativa en general con el discurso teórico- conceptual, retórico, meloso e ideológico de ser exitosos, de las competencias, y los estándares.
De allí la importancia del compromiso del profesional de la educación, del maestro como intelectual de hacer la defensa y recuperación de la Ley general de educación en lo referente a la definición de los fines y objetivos de la educación, el gobierno escolar, la dirección colegiada de la educación, el preescolar completo de tres años, la libertad de cátedra, la autonomía escolar como la conquista, tal vez más importante en la historia moderna de la educación colombiana ya que suprimió el currículo único, obligatorio y uniforme dando a las Instituciones la oportunidad de organizar su currículo desde sus necesidades, igualmente acabar con la imposición de enfoques y metodologías.
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