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EL VITALISMO


Enviado por   •  29 de Mayo de 2014  •  Tesis  •  3.261 Palabras (14 Páginas)  •  257 Visitas

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INTRODUCCIÓN: EL VITALISMO

Es vitalista toda teoría filosófica para la que la vida es irreductible a cualquier categoría extraña a ella misma. Esta doctrina tuvo éxito en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX y se desenvuelve en dos principales corrientes, en función de su idea de vida: la vida en el sentido biológico (Nietzsche) y la vida en el sentido biográfico e histórico (Ortega y Gasset). Para Nietzsche. la vida no tiene un fundamento exterior a ella, tiene valor en sí misma; y la vida entendida en su dimensión biológica, instintiva, irracional, como creación y destrucción, como ámbito de la alegría y el dolor. Por esta razón, Nietzsche creyó posible medir el valor de la metafísica, la epistemología y la ética a partir de su negación o afirmación de la vida.

A. LA CRITICA DE NIETZSCHE A LA CULTURA OCCIDENTAL

A. I. LA CONCEPCIÓN DIONISÍACA Y APOLÍNEA DE LA VIDA EN EL MUNDO GRIEGO ANTIGUO

La interpretación tradicional consideraba que la Grecia clásica era el momento de esplendor de la cultura griega, y Sócrates y Platón los iniciadores de lo mejor de la tradición occidental, la racionalidad. Frente a esta valoración, Nietzsche da más importancia a la Grecia arcaica, y pone en el siglo V a. C. el inicio de la crisis del espíritu griego. El pueblo griego antiguo aceptó las dos dimensiones básicas de la realidad, y las expresó con el culto a Apolo y a Dionisos, representando Apolo la individuación, la forma, el mundo como una totalidad ordenada y racional, y Dionisos la vida en sus aspectos oscuros, instintivos, irracionales, biológicos. Para la interpretación tradicional, toda la cultura griega era apolínea, y el pueblo griego el primero en ofrecer una visión luminosa, bella y racional de la realidad. Nietzsche consideró válida esta interpretación para el mundo griego a partir de Sócrates, pero no para el mundo griego anterior. La grandeza del mundo griego arcaico estribaba en armonizar ambos principios, considerando incluso que lo dionisíaco era la auténtica verdad. Sólo con el inicio de la decadencia occidental, con Sócrates y Platón, los griegos ocultan esta faceta inventándose un mundo de legalidad y racionalidad, el desprecio al mundo de lo corporal y la fe en la razón, identificando lo dionisíaco con el no ser y la irrealidad. La degeneración de la cultura por la filosofía griega triunfó en la cultura occidental con el ascenso de la moral judeocristiana y el monoteísmo, pervirtiendo de raíz el mundo occidental. Así, la crítica de Nietzsche a la cultura occidental se refiere a todos los ámbitos: la filosofía por inventar un mundo racional, la religión un mundo religioso y la moral un mundo moral; la decadencia del espíritu griego antiguo supuso el triunfo de lo apolíneo sobre lo único real, según Nietzsche, lo dionisíaco.

A. II. LAS CRÍTICAS DE NIETZSCHE A LA CULTURA OCCIDENTAL

A la idea del conocimiento. Al afirmar la existencia de dos formas de ser, la esencia o propiedades básicas, y los rasgos accidentales que dan lugar a las diferencias entre individuos, la filosofía pudo creer que con los conceptos cabe reflejar correctamente la realidad. Pero, para Nietzsche, en el mundo no existen esencias, ni los objetos como realidades substanciales y permanentes. Por este motivo, para él, la metáfora y el arte son más adecuados para captar y expresar la realidad que el concepto preciso y la filosofía. Nietzsche rechaza la objetividad de la lógica y de la razón: la filosofía tradicional consideraba que las leyes de la razón (la lógica) son también leyes del mundo y sus principios los principios básicos de la realidad. Frente a ello, Nietzsche afirma el carácter irracional del mundo: la lógica, la razón son invenciones humanas, las cosas no se someten a regularidad alguna, el mundo es la totalidad de realidades cambiantes, esencialmente distintas unas a otras, y acogen en su interior la contradicción. La filosofía tradicional creyó posible utilizar la razón desprendida de cualquier elemento subjetivo que pudiera afectar a su imparcialidad, creyó en el conocimiento objetivo del mundo, válido para todos. Nietzsche considera que esta creencia descansa en otra más básica, la creencia en algún tipo de realidad absoluta (el Mundo de las Ideas de Platón o el Dios cristiano); sin embargo si esta realidad absoluta es una fantasía humana, dicha confianza carece de sentido. Aún podemos hablar de conocimiento, concluye Nietzsche, pero aceptando su carácter relativo, subjetivo; dependiente de la perspectiva vital en la que se encuentra el individuo que lo crea; Nietzsche defiende el perspectivismo.

Nietzsche criticó también las concepciones básicas de la ciencia: las leyes científicas son invenciones humanas pues no existen regularidades ni necesidad en el mundo y los hechos que lo pueblan, no hay leyes de la Naturaleza. La razón no se puede justificar a sí misma: la razón es una dimensión de la vida humana, pero junto con ella encontramos otras más básicas (imaginación, sentimientos, instinto...) y todas ellas pueden motivar nuestras creencias. Para la ciencia actual la matemática puede expresar con precisión el comportamiento de las cosas, para Nietzsche esta forma de entender el mundo es errónea pues las matemáticas no describen nada real, son invenciones humanas; en el mundo no existe ninguna de las perfectas figuras de la geometría, ni números, ni unidades. Las matemáticas prescinden de la dimensión cualitativa del mundo, de su riqueza y pluralidad.

A la metafísica. La filosofía presenta una idea del mundo totalmente inadecuada pues considera al mundo como un cosmos y cree en la racionalidad intrínseca de la realidad. La invención del Mundo Racional trae consigo la invención de los conceptos básicos de toda la metafísica tradicional (esencia, substancia, unidad, alma, Dios, permanencia...). Dado que el mundo que percibimos presenta características contrarias (corporeidad, cambio, multiplicidad, nacimiento y muerte), los filósofos acaban postulando el “platonismo”, teoría que escinde la realidad en dos mundos: un mundo verdadero, dado a la razón, inmutable y objetivo, y un mundo aparente, dado a los sentidos, cambiante y subjetivo. Platón defendió esta tesis básica del pensamiento occidental, y, gracias al cristianismo, se ha instalado en la cultura, siendo la actitud básica de nuestra civilización. Una consecuencia de la invención del Mundo Verdadero es la valoración positiva del mundo del espíritu y negativa de la corporeidad. Encuentra Nietzsche un origen psicológico de la metafísica y del platonismo: la metafísica es un signo de tendencias antivitales, guiadas por un instinto

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