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ENSAYO DE FILOSOFIA


Enviado por   •  22 de Octubre de 2014  •  3.914 Palabras (16 Páginas)  •  129 Visitas

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INTRODUCCION

El presente ensayo recoge mi opinión en relación a como debe ser la educación del ser humano, ya que hemos visto el fracaso de las estrategias educativas implementadas por los diferentes órdenes de gobierno, creo que la educación adolece de un toque de principios morales sustentados por fundamentos religiosos, de ahí el título de que “PERFECTO TODO EN MANOS DEL AUTOR DE LA NATURALEZA...EN MANOS DEL HOMBRE TODO DEGENERA.. Parto de la idea de que si la educación no tiene un sustento religioso, si no que todo parta de la voluntad del ser humano, hay desviaciones y fracasos.

Se trata en el presente trabajo, de dar mi humilde punto de vista de lo antes mencionado, sustentado en las opiniones de metafísicos, religiosos, pedagogos y juristas, mismos que al final los señalo. Para lograrlo y tener un punto de vista propio espero se me respete, aborde diferentes lecturas con profundidad de temas de personajes como los que señalaré. Este trabajo está estructurado con dos subtemas, el primero denominado; LA NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN DIVINA, donde argumento por que es necesaria en el sistema educativo y sus efectos logrados y donde falta ésta los efectos negativos. Posteriormente el subtema de: LA EDUCACIÓN DE LOS SERES HUMANOS donde desarrollo las desviaciones que encontramos en el aula de clases y que afectan el sistema de enseñanza-aprendizaje, pero también, encontramos algunas técnicas que propician una mejor comunicación interpersonal como el dialogo académico, mesa redonda, taller académico, asesoría académica y dinámica de grupos, donde sin embargo sigo convencido de que si esto último no está acompañado por una influencia religioso no se tiene éxito. y por ultimo una conclusión muy sintetizada que marca la esencia del tema abordado.

LA NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN DIVINA

En la vida terrenal antes de emprender cualquier oficio, profesión o actividad, la persona que lo va a desempeñar recibe instrucciones o estudia la técnica del oficio a emprender para no fallar y tener éxito. El único que para vivir emprende su cometido totalmente a ciegas, es el ser humano, se lanza a la difícil tarea de vivir, sin brújula y sin conocer las elementales reglas de la vida, solo equipado con el material secundario y sin nociones de preparación básica es lanzado al laberinto que representa la vida.

Hay vidas que transcurren entre la opulencia y las satisfacciones. Otras transcurren en la miseria. Las hay que se inician con todas las ventajas de la educación, la ciencia, la medicina, la religión, y todas las previsiones que pueda idear el efecto y la fortuna y las persigue un atajo de calamidades.

En el laberinto de la vida encontramos dos tipos de personas, que ambas aspiran a la felicidad; sin embargo, unas logran ser felices enfocando su actividad sin importar perjudicar a los demás viendo sólo por su interés estrictamente personal, otras son felices cuidando siempre no perjudicar a los demás, viendo por el interés colectivo.

Cuando el pobre ser humano se ve envuelto en los efectos de su ignorancia; cuando ha producido alguna calamidad que lo tortura, se vuelve hacia dios y le suplica que lo libre del sufrimiento. La experiencia diaria nos comprueba que a veces dios atiende, pero otras veces no. Cuando dios no atiende, el pobre ser humano es consolado por sus familiares y amigos con las siguientes palabras:” hay que resignarse ante la voluntad de dios “. Como si la voluntad de dios fuera mala! El mismo Jesús dijo: “paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.

Las enseñanzas bíblicas, sin duda nos dejan un cúmulo de experiencias que bien valen la pena que el ser humano las retome, en ella encontramos reglas que si se cumplieran no serían necesarias las leyes que emanan de los poderes legislativos, en los diferentes ámbitos de competencia, para tener una sociedad armónica y de progreso.

Independientemente de que haya personas que crean en un poder superior (dios) los fundamentos que sostienen a la teología, comprobados están que conducen a formar personas con principios morales sólidos, de respeto, de amor al prójimo.

Cristo fue educado y formado en los templos de adoración a dios y resulto uno de los principales exponentes del amor a lo sociedad y al prójimo, abordo y fortaleció instituciones como la familia el matrimonio y sobre todo el respeto a los mandatos de su padre divino, con la seguridad de que era el camino correcto que garantizaba la paz entre las naciones.

Si las familias actuales tuvieran como base de su conformación principios cristianos o religiosos, la educación que brinda el estado fuera más fructífera, sin egoísmos, sin violencia, sin necesidad de tener leyes coercitivas.

La familia como institución creada por el amor y protegida por el matrimonio, mismo que queda regulado por la sociedad y el derecho, a través del matrimonio civil y por la religión, por medio de la unión eclesiástica.

La familia es el pilar de la sociedad. De la amor que exista en ella, dependerá el bienestar de una nación, porque si queremos buenos gobernantes, hemos de procurar buenas familias. La regulación que dé la religión a la familia, se reflejará en el esplendor de una buena sociedad.

Hay que mantener a la familia dentro del fuego de un constante amor, mismo que nos ayudará a una mejor comprensión con nuestros semejantes.

Al unirse un hombre y una mujer, deben hacerlo pensando en la gran responsabilidad que adquieren. Porque no sólo son él o ella, si no que son, él y ella, seres que emprenderán una nueva vida, llena de ilusiones y de amor. Esto debe ayudarles para que al formar una familia, piensen que no solamente son ellos la parte fuerte de la misma, si no que todo queda dentro de su hogar. Deben pensar en el futuro de las naciones, en que si ellos llevan una vida recta y llena de amor, sus descendientes crecerán en ese ejemplo, y cuando sean adultos podrán aportar grandes beneficios a la patria, misma que está tan necesitada de amor.

Desafortunadamente, en la actualidad nos hemos materializado a tal grado que el amor hacia los demás lo hemos descuidado. Es por ello por lo que no hay comprensión entre los seres humanos; porque todos egoístamente pensamos en el yo, y alejamos de nuestra mente todo lo que nos rodea. Debemos meditar que no se trata de formar una familia, creamos o no, debemos cimentarla en los principios del amor a dios, con la finalidad de estructurar una familia espléndida, recta y moral, para bien propio y de la sociedad.

Los desordenes de la sociedad son producto de los de la familia: hay muy pocos padres con fundamentos cristianos. El

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