ENSAYO DE LA REPUBLICA

ENSAYO DE LA REPUBLICA

Sócrates y Glaucon, El diálogo se desarrolla luego con la objeción de que la mayoría de los que se llaman filósofos no son capaces de gobernar ni aptos para ello. La culpa no está en la filosofía. Muchas son sus virtudes, pero también se halla expuesta a múltiples tentaciones: la riqueza, la belleza, etc., o el halago de la multitud. Cualquiera persona que carece de razón, que no posee conocimiento, que se niega a prepararse culturalmente se dice que son ciegos, que no ven más allá de su poca razón.

Hay que conocer la raíz o sea la naturaleza de cada sentir del filósofo o de aquel que no lo es. Deben amar a la ciencia ya que es, lo único que revela luz a las cosas y odian las mentiras porque la ciencia busca la verdad.

Este dialogo se afianza en “La Razón”, ya que Sócrates deduce que la justicia es solo útil a los que ejercen el poder, muestra que la justicia es el bien de los gobernantes. La razón es inmutable y se refiere a los sentidos, es eterna porque está en los sentidos.

La República esta basada en una sociedad perfecta, en la cual fundamenta la idea del bien y de justicia. Para dirigir una nación se necesita tener educación y ella conduce a la verdad y el bien. Solo cuando logramos una educación autentica, alcanzamos el poder y el éxito en la sociedad descrita en la República, por eso cuando logramos el conocimiento de los auténticos valores, se obtiene la virtud.

Sócrates le expone ha Adimanto que existen varias razones, que hacen alejarse de la filosofía, la más importante, es la mala educación y Adimanto hermano mayor de Platón, considera que los filósofos son extraños, malvados e inútiles para la sociedad. Sócrates le manifiesta que esa imagen es `fruto del maltrato que dentro del Estado sufren los hombres más razonables. Para defenderlos Sócrates compara el funcionamiento de la sociedad ateniense con una nave en la que en lugar de gobernar el piloto lo hacen los marineros aun sin tener conocimiento del arte de la navegación. Estos marineros defienden, además, que ese arte no es enseñable y se pasan la vida buscando la manera de persuadir al piloto para dirigir el barco donde les plazca. No se dan cuenta de que para navegar hay que conocer bien los astros y los vientos. En una nave tal qué otra cosa dirán del verdadero piloto sino que es un “observador de las cosas que están en lo alto”, “charlatán” e “inútil”. Esos marineros corruptos no son otros que los políticos atenienses.

Sócrates sigue analizando las cualidades de los Filósofos quienes tienen buena memoria, facilidad para aprender, valor y grandeza de alma. Pero las almas mejor nacidas, se convierten en las peores con una mala educación. Sólo a ellos, mejorados por la educación y la experiencia, se debe entregar el gobierno del Estado.

El ideal de Sócrates es que

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