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ENSAYO POLÍTICA ARISTÓTELES


Enviado por   •  31 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  1.254 Palabras (6 Páginas)  •  371 Visitas

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HERNÁNDEZ, JORGE

Tanto Platón como Aristóteles ven al hombre como un ser que por sí sólo no es capaz de subsistir, y necesariamente requiere la ayuda de otros. Así es como se forma el Estado a nivel general, pero ambos autores divergen en varios puntos detallados a continuación.

En primer lugar, para Aristóteles el concepto de Estado será la suma de los fines de cada uno y de cada asociación en una asociación mayor; para Platón, en cambio, será la búsqueda de un bien común y una perfección análoga a la del individuo.  En la línea aristotélica, el Estado no es más que una asociación máxima superior a otras, con un fin particular que engloba a la vez los fines de varias comunidades, familias e individuos. Diferente es el Estado ideal de Platón, este es bastante puro o idealista, en el sentido de buscar la esencia de las cosas, su ser en sí, para él la justicia y el bien supremo no eran inventos sociales sino metas alcanzables a toda costa ya sea para los hombres como para la ciudad misma: en La República se describe como un buen gobierno para dirigir al Estado necesita guiarse por estos principios, todo debe estar subordinado a estos valores absolutos, aunque sólo los trabaje y conozca una minoría. Esta minoría ilustrada será la única capaz de conducir a la ciudad estado y a sus individuos hacia el camino de la perfección. Para Platón el Estado ideal es el que está siempre unido en este camino de perfección universal, dejando de lado características individuales que definen a los pueblos y a las asociaciones tal como se hace en la Política. A ejemplo de esto, vemos como apoyaba la idea de la “comunidad de mujeres”, en donde para una mejor preparación al servicio de la ciudad se trataba de aglutinar a muchos jóvenes y a separados de sus padres, para así trabajar y educarse en nombre del Estado y para el Estado, y no desviarse hacia intereses particulares. Para Sócrates, el Estado debe ser siempre pleno, completo, unificado, todos trabajando por el bien mayor ya sean filósofos, guerreros o artesanos. Productores, guardianes y gobernantes. Siempre mandatados por los primeros. Porque estos serán los únicos aptos para tomar decisiones políticas en cuanto a la ciudad ya que serán los que podrán comprender y aprehender estos valores de justicia y bien supremo.

En cambio, Aristóteles nos presenta una concepción distinta de Estado y Soberanía, una donde ve al hombre y la formación de la ciudad como una asociación práctica entre estos al darse cuenta de que no pueden subsistir por sí mismos, es instintivo que el hombre busque asociarse políticamente puesto que en la naturaleza de cada uno se pretende alcanzar un bien mayor que muchas veces solos no podemos. La ciudad también es concebida como un grado superior y voluntario de organización el cual es factible una vez que podamos abastecernos de manera autosuficiente. Aunque Aristóteles también justifica cierto tipo de dominio basado en una especie de ley natural en donde los hombres más sabios y aptos según cierta función estarían capacitados para dominar a otros en pos de un fin, al igual que el hombre es capaz de manejar los recursos naturales con un objetivo, la justicia para Aristóteles más que un ideal se convierte en una necesidad social comunitaria para llegar a un objetivo común.

La soberanía también es concebida de distinta manera: en La República esta recae en los filósofos, en los gobernantes miembros de un selecto grupo de hombres poseedores de ciertas virtudes e instruidos en una educación especial. Sólo estos tendrán el poder legislador. Además, para este autor la potestad deberá ser permanente en ciertos hombres, así como los otros oficios deberán serlo en cada uno. Todos cumpliendo con su función, atendiendo al hecho de que existen distintos tipos de almas: oro, plata, hierro y bronce, cada una con su esencia inamovible y su potencia predeterminada. En cambio, Aristóteles plantea que todos los hombres son iguales y estos deben compartir el poder, por lo tanto, este debe alternarse y no permanecer siempre en un grupo determinado como en la aristocracia platónica. Eso sí, según el autor de la Política, sólo entre los ciudadanos se da esta igualdad, es decir, hombres poseedores de ciertas virtudes, ya que los hombres quienes no las posean deberán obedecer a aquellos.

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