ENSAYO SOBRE LA VERDAD

INTRODUCCIÓN

MICHEL FOUCAULT

Filósofo, psicólogo e historiador de las ideas francés, nacido en Poitiers. Estudia en la Escuela Normal Superior, obtiene la licenciatura en psicología, en 1949 y, tras enseñar en Túnez y otras universidades, es nombrado profesor de Historia y sistemas del pensamiento en el Colegio de Francia, en 1971. En su pensamiento confluyen influencias del positivismo francés y, sobre todo, del espíritu de crítica radical de Nietzsche a la cultura europea, pero él dice de sí mismo: “Yo soy simplemente nietzscheano”. Se da a conocer con Historia de la locura (1961), su tesis de Estado, obra en que indaga la naturaleza de la racionalidad moderna a través del análisis de la locura, esto es, del modo como concibe y experimenta la sociedad la locura, a partir del s. XVI: de la práctica, de la que surgirá la correspondiente teoría, de tratar al loco como un enfermo mental, que es excluido de la sociedad, encerrado, clasificado y analizado como un objeto, símbolo de la voluntad de dominio, faceta consustancial a la racionalidad moderna.

Su segunda obra de envergadura, Las palabras y las cosas (1966), que lleva como subtítulo, Una arqueología de las ciencias humanas, lo eleva al rango de filósofo importante y lo alinea aparentemente en las filas del estructuralismo, filosofía entonces en boga en Francia (Lacan, Lévi-Strauss), y de la que él se desmarca conscientemente. Con esta obra inicia un método de investigación nuevo, el “análisis arqueológico”, de gran parecido con el método genealógico de Nietzsche. Esta arqueología va dirigida a conocer la naturaleza del hombre partiendo del supuesto de que lo que el hombre es lo explicitan las ciencias humanas (etnología, lingüística y psicoanálisis, principalmente). Éste es un saber reciente, del que apenas sabe nada la cultura de los siglos XVI-XVIII. A través de la filología, la biología y la economía, ciencias que aparecen a fines del s. XVIII y durante el s. XIX, se formula una nueva concepción del hombre entendido como “ser vivo, trabajador y parlante”, y a partir de este momento el hombre se convierte en sujeto y objeto de conocimiento (de las ciencias humanas).

FOUCAULT estudia al hombre desde la Arqueología, que su naturaleza se puede estudiar a partir de las ciencias humanas.

Que las practicas discursivas usadas desde épocas pasadas, sirven para conocer su esencia, argumentando que lo puede descubrir a partir del uso de poder que ha hecho el hombre para controlar la Sociedad, así mismo, cuando se refieren a la sexualidad, la usa para poder dominar al hombre desde ese aspecto.

En cambio para Nietzsche, el conocimiento del hombre lo hace a partir los conceptos, entendido como la descripción del hombre de manera que con ello pueda concluir la figura del hombre, pero que en esta descripción olvida el modelo original creado.

Para él la verdad es simplemente una serie de conceptos acomodados de acuerdo a las circunstancias y conveniencias utilizadas para su utilidad y para conservar su existencia, así no se llegue a una verdad.

Según NIETZSCHE, dice Que los individuos se crean de unos conceptos, pero son creados de manera tan torpe que no se logra llegar a obtener una idéntico al arquetipo primigenio, o sea el modelo original.

Afirma que sobre las cualidades esenciales como la honestidad, no se puede identificar, sino que más bien se describen como una serie de acciones individuales olvidando las desemejanzas existentes entre ellas, esto hace que se denomine acciones honestas, solo por el mero hecho de ser semejantes entonces así la llamamos honestidad.

Al referirse a la verdad dice que es algo relativo, o más precisamente, una suma de relaciones humanas que se realzan, extrapolan y adornan poética y retóricamente, y que luego de un uso prolongado son consideradas firmes, canónicas y vinculantes; son un conjunto de metáforas, metonimias y antropomorfismos en movimiento, metáforas de la que se ha olvidado que lo son.

Esto hace que afirme que las verdades son ilusiones que se vuelven metáforas gastadas y sin fuerza sensible, igual a monedas que pierden su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal sin valor.

El movimiento moral hacia la verdad nace, del sentimiento, del compromiso de nombrar las cosas según convengan; y también por el contraste con el mentiroso, de excluirlo, para demostrar lo fiable y provechoso de la verdad, busca la verdad no por puro amor a la misma verdad, sino porque le es útil para su existencia.

Friedrich Nietzsche.

Hemos señalado ya, que “Sobre Verdad y Mentira en Sentido Extramoral”, nos presenta una meditación

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