Ensayo La Verdad Y Las Formas
ryan_isroga8 de Junio de 2014
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En la primera conferencia el autor explica el propósito y la temática de las conferencias que impartió, establece que la investigación es estrictamente histórica, y explica cómo se formaron dominios de saber a partir de las prácticas sociales, cómo pueden llegar a engendrar dominios de saber que no sólo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos y técnicas, sino que hacen crean además formas totalmente nuevas de sujetos y del conocimiento. El mismo sujeto de conocimiento posee una historia, la relación del sujeto con el objeto, o más claramente, la verdad misma que tiene una historia.
Asimismo el autor pretende mostrar tres temas:
PRIMERO: este consiste en cómo puede formarse, un cierto saber del hombre, en base a la individualidad, de cada persona tanto normal o anormal, dentro o fuera de la regla; saber éste que. en verdad, nació de las prácticas sociales de control y vigilancia. Y como, de alguna manera, este saber no se le impuso a un sujeto de conocimiento, no se le propuso ni se le imprimió, sino que hizo nacer un tipo absolutamente nuevo de sujeto de conocimiento.
SEGUNDO: El apunta que el tema de investigación es metodológico, un tema que podríamos llamar análisis de los discursos. Habla que en ese país existe ya, coincidente con una tradición reciente aunque aceptada en las universidades europeas, una tendencia a tratar el discurso como un conjunto de hechos lingüísticos ligados entre sí por reglas sintácticas de construcción.
TERCERO: El tema de investigación que propone y que define, por su encuentro con los dos primeros, el punto de convergencia en que se sitúa, consistiría en una reelaboración de la teoría del sujeto. Esta teoría fue profundamente modificada y renovada en los últimos años por unas teorías o, aún más seriamente, unas prácticas entre las que cabe destacar con toda claridad el psicoanálisis que se coloca en un primer plano. El psicoanálisis fue ciertamente la práctica y la teoría que replanteó de la manera más fundamental la prioridad conferida al sujeto, que se estableció en el pensamiento occidental a partir de Descartes, según como lo determina.
También menciona que a través de los textos de Nietzsche, podemos establecer no una teoría general del conocimiento, sino un modelo que permite abordar el objeto de estas conferencias: como es el problema de la formación de ciertos y determinados dominios de saber, a partir de relaciones de fuerza y relaciones políticas en la sociedad.
Confirma que en cierta concepción del Marxismo muy difundida en los medios universitarios, o bien, en una cierta concepción del marxismo que se impone en la Universidad, se expone siempre como fundamento de análisis la idea de que las relaciones de fuerza, las condiciones económicas, las relaciones sociales, les son dadas previamente a los individuos, aunque al mismo tiempo se imponen a un sujeto de conocimiento que permanece idéntico, salvo en relación con las ideologías tomadas como errores. Llegando así a una noción muy importante, y al mismo tiempo muy embarazosa de ideología, En los análisis marxistas tradicionales, la ideología es presentada como una especie de elemento negativo, a través del cual, se traduce el hecho de que la relación del sujeto con la verdad, o simplemente la relación de conocimiento, es perturbada, oscurecida, velada por las condiciones de existencia, por relaciones sociales o formas políticas impuestas, desde el exterior, al sujeto del conocimiento. La ideología es la marca, el estigma de estas relaciones políticas o económicas de existencia aplicado a un sujeto de conocimiento que, por derecho, debería estar abierto a la verdad.
El propósito del autor, es demostrar en estas conferencias cómo, de hecho, las condiciones políticas y económicas de existencia no son un velo o un obstáculo para el sujeto de conocimiento, sino aquello a través de lo cual se forman los sujetos de conocimiento y, en consecuencia, las relaciones de verdad.
Sólo puede haber ciertos tipos de sujetos de conocimiento, órdenes de verdad, dominios de saber, a partir de condiciones políticas, que son como el suelo en que se forman el sujeto, los dominios de saber y las relaciones con la verdad. Una historia de la verdad será posible para el autor, sólo si nos desvinculamos de estos grandes temas del sujeto de conocimiento, al mismo tiempo originario y absoluto, utilizando eventualmente el modelo nietzscheano.
El propio expositor presenta algunos esbozos de esta historia, a partir de las prácticas judiciales, que dieron nacimiento a los modelos de verdad, que todavía están vigentes en nuestra sociedad, aun se imponen a ella y valen no sólo en el dominio de la política, en el dominio de! comportamiento cotidiano, sino también en el orden de la ciencia. Aun en la ciencia encontramos modelos de verdad, cuya formación es el producto de las estructuras políticas, que no se imponen desde el exterior al sujeto de conocimiento, sino que son ellas mismas, constitutivas de éste.
En la segunda conferencia el autor no dice lo siguiente:
El expositor en esta conferencia hablar de la historia de Edipo, establece que a partir de Freud la historia de Edipo, se consideraba como la narración de la fábula más antigua de nuestro deseo y nuestro inconsciente. Sin embargo, a partir del libro de Deleuze y Guattan, Anti-Edipo. Hace referencia que Edipo desempeña un papel enteramente diferente.
La tragedia de Edipo (apunta el expositor) es, fundamentalmente, el primer testimonio que tenemos de las prácticas judiciales griegas. Como se sabe, se trata de una historia en la que unas personas -un soberano, un pueblo- ignorando cierta verdad, consiguen a través de una serie de técnicas, descubriremos una verdad que cuestiona la propia soberanía del soberano. La tragedia de Edipo es, por lo tanto, la historia de una investigación de la verdad: es un procedimiento de investigación de la verdad que obedece exactamente a las prácticas judiciales griegas de esa época. Por esta razón, el primer problema que se nos plantea, es el de saber en qué consistía la investigación judicial de la verdad en la Grecia arcaica.
Respecto al desafío que se lanza por una disputa, entre dos contendientes de una carrera, se ejemplifica un ejemplo interesante de las contiendas jurídicas de ese tiempo, y en especial con esta contienda, se produce la verdad, de establecer la verdad jurídica: no se pasa por el testigo sino por una especie de juego, prueba, por una suerte de desafío lanzado por un adversario al otro. Uno lanza un desafío, el otro debe aceptar el riesgo o renunciar a él. Si lo hubiese aceptado, si hubiese jurado realmente, la responsabilidad de lo que sucedería, el descubrimiento final de la verdad quedaría inmediatamente en manos de los dioses y seria Zeus, castigando el falso juramento, si fuese el caso, quien manifestaría con su rayo la verdad.
Respecto a la historia de Edipo, en esta se refleja como una vieja y bastante arcaica práctica de la prueba de la verdad, en la que ésta no se establece judicialmente por medio de una comprobación, un testigo, una indagación o una inquisición, sino por un juego de prueba. La prueba, una característica de la sociedad griega arcaica, aparecerá también en la Alta Edad Media. Es evidente que cuando Edipo y toda la ciudad de Tebas buscan la verdad, no es éste el modelo que utilizan: entre la disputa de Menelao y Antíloco y la historia de Edipo pasaron muchos siglos. Sin embargo, resulta interesante observar, que en la tragedia de Sófocles, encontramos uno o dos restos de la práctica de establecer la verdad por medio de la prueba.
PRIMERO: En la escena de Creonte y Edipo, cuando Edipo critica a su cuñado por haber truncado la respuesta del Oráculo de Delfos, diciendo: “Tú inventaste todo esto simplemente para quitarme el poder y sustituirme”. Y Creonte responde sin intentar establecer la verdad, valiéndose de testigos: “Bien, juremos. Yo juraré que no he conspirado contra ti”. Esto se dice en presencia de Yocasta, que acepta el juego y se hace responsable de su regularidad. Creonte responde a Edípo según la vieja fórmula del litigio entre guerreros.
SEGUNDO: Podemos decir que encontramos en toda la obra este sistema del desafío y la prueba. Edipo, al enterarse de que la peste que asola a Tebas, era la consecuencia de una maldición de los dioses, caída como castigo por la falta y el asesinato, responde diciendo que se compromete a enviar al exilio, al autor del crimen sin saber, naturalmente, que es él mismo quien lo había cometido. Queda así implicado por su propio juramento, como ocurría en los litigios entre guerreros arcaicos en los que los adversarios, se incluían mutuamente en los juramentos de promesa y maldición. Estos restos de la vieja tradición reaparecen algunas veces a lo largo de la obra. Sin embargo, toda la tragedia de Edipo está fundada, en verdad, en un mecanismo enteramente diferente. Este es el mecanismo de establecimiento de la verdad que expone el autor.
La conclusión a la que se llegan en dichos hechos resultado peculiar, ya que lo que se decía en forma de profecía, al comienzo de la obra reaparecerá en forma de testimonio en boca de los dos testigos. Y así como la obra pasa de los dioses a los esclavos, los mecanismos enunciativos de la verdad o la forma en que la verdad se enuncia cambian igualmente. Cuando hablan el dios y el adivino, la verdad se formula en forma de prescripción y profecía, como la mirada eterna y todopoderosa del dios Sol, como la del adivino que, aún siendo ciego, es capaz de ver el pasado, el presente y el futuro.
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