EPICTETO. Manual de vida. Versión de Sharon Lebell

EPICTETO. Manual de vida. Versión de Sharon Lebell.

RESUMEN

El filósofo Epicteto deja para la posteridad un manual que todo ser humano debería seguir. En ese manual, enseña principios básicos sobre cómo llegar a la libertad y la felicidad; saber que controlar y lo que no se puede controlar permitirán la tranquilidad interior y la eficacia exterior. Pero, qué podemos controlar, según el filósofo, se puede controlar mis opiniones, lo que se quiere en la vida, las proyecciones y los deseos. Por otro lado, lo que esta fuera de control son: la apariencia física (siempre y cuando, no se tenga los recursos económicos para hacer un cambio radical), el nivel económico, haber nacido en una familia acaudalada y las percepciones de los demás; siendo esto último, algo que se sale de control en nuestras vidas, y que genera preocupación por cosas que no podemos cambiar.

Otra enseñanza valiosa que nos deja el maestro, consiste en ocuparnos de nuestros asuntos. Dejar ir, lo que no corresponde a nuestras vidas, verás como la felicidad y la libertad se harán realidad en tu vida. Cuando te conoces a ti mismo, nada ni nadie te hará actuar contra tu voluntad.

Los seres humanos hemos sentido frustración por no conseguir lo que deseamos, y nos afligimos por obtener lo que no queríamos. Si evitamos ese tipo de situaciones estaremos ascendiendo escalones, rumbo a la felicidad y al bienestar interior. Busquemos y logremos todo aquello que esté bajo nuestro control, lo que realmente podamos alcanzar. Usa para ello, el discernimiento y la malicia que existe en el interior de cada ser humano.

Otro punto que el filósofo Epicteto dejó como enseñanza es “ver las cosas tal como son en verdad”; cuantas veces nos hemos sentido acongojados porque se rompe un objeto que apreciamos, y sacamos excusas como, por ejemplo, es que me acompañó desde que estaba niño hace 50 años, y me duele tirarlo a la basura. Ese objeto es sencillamente un objeto, es algo que mentalmente puedes, sí te educas y miras las prioridades en tu vida, un objeto insignificante que puede ser reemplazado. Cuando estás con un familiar, que amas, al cual le entregas tu amor, tu cercanía, debes verlo como un mortal, como un ser que en cualquier momento puede dejar de existir en el plano físico. Como seres humanos, es claro que estas situaciones dolorosas pueden resultar difíciles de abordar, uno no quiere dejar de pensar en ese ser querido que ya no está, pero cuando “echamos tierra” esa pérdida humana, nuestra vida, nuestro bienestar emocional sanará. No se trata de olvidar completamente a la persona, sino recordar las enseñanzas que nos dejó y lo que significó su presencia en nuestras vidas. “Darse golpes de pecho” y sufrir por el que no está, generará una descompensación en la salud física y mental.

Para lograr la felicidad en nuestras vidas, debemos crear nuestro propio mérito. Prescindir de la admiración y elogios de los demás. En un momento, tus amigos, familiares o jefes estarán de acuerdo con lo que hagas y pienses; pero la gran mayoría de veces, no compartirán tu opinión o lo que hagas. El mérito personal se logra con realizar lo que te han encomendado lo mejor que puedas hacerlo, no esperando la admiración de los otros, sino, el triunfo personal para ti y solo para ti.

“Vive la vida, como si fuera un banquete”, en todo evento donde se es invitado, la educación, los buenos modales y la moderación deben estar a la orden del día. De esa misma manera debe ser tu vida, vivir de manera moderada, sin pretender que tu vida sea igual a la persona que esté cercana a ti, sin propender que te va a pasar lo mismo que le sucede a tu compañera de trabajo o a tu vecino. Todo llega en el justo momento, “no hay necesidad de ansiar, envidiar o apropiarte de nada”. La paciencia es una virtud que solo los sabios entienden

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