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ETICA JIRIDICA


Enviado por   •  9 de Agosto de 2012  •  19.636 Palabras (79 Páginas)  •  399 Visitas

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INDICE

ARISTÓTELES Y LA ÉTICA……….……………………………………………..2

PLATÓN Y LA ÉTICA……………………………………………………………...4

LA ÉTICA DE SANTO TOMAS DE AQUINO…………………………………….6

LA ETICA SEGÚN KANT…………………………………………………………11

LA ETICA PARA HEGEL……………………….………………………………...13

LA ETICA PARA MAX………………………………..………………………….15

LA ETICA SEGUN SASTRE………………………..……………………………..16

LA ETICA SEGUN FREUD………………………..………………………………17

EL CRISTIANISMO………………………………………….…………………….21

FILOSÓFIA Y SUS CARACTERÍSTICAS………..………………………………28

FE PUBLICA…………………………………………..……………………………37

CLASIFICACIÓN DE LOS VALORES…………………………………..…………41

CONCLUSIONES………………………………..…………………………………..50

ARISTÓTELES Y LA ÉTICA

Con respecto a la ética Aristóteles propone que todo lo que conduce al hombre a su propio bien y al logro de sus verdaderos fines es una acción buena y todo lo que lo desvía de ese objetivo es una acción mala.

Existen distintas clases de bienes; y según la actividad que realice cada uno será el bien que desea conseguir. Y también diferentes fines, que pueden ser parciales y que están subordinados a otros de carácter último.

Por ejemplo un médico que cura una herida como fin inmediato para recuperar la salud del enfermo como fin último.

Aristóteles trata de explicar el Bien como fin último. Para ello cree necesario remitirse a la ciencia ética individual y luego a la ciencia ética política.

El objeto de la ética individual o moral, son las obras humanas y se parte de los juicios morales para establecer principios generales, con el supuesto que existen en el hombre tendencias naturales innatas hacia la armonía, la coherencia y el equilibrio, sabiduría que constituye la base de la ética natural.

Por lo tanto para Aristóteles existe una naturaleza humana, una forma “a priori” de ser del hombre con valores absolutos.

Para Aristóteles la felicidad es el fin al que aspira todo hombre, relacionada con la actividad virtuosa no transitoria sino durante toda la vida, entendiendo por virtudes la moral y el intelecto, reconociendo que para lograrlo es necesario contar con medios externos.

Para ser bueno, dice Aristóteles, se necesita desarrollar un buen carácter, el cual se desarrolla por medio del accionar virtuoso, ya que el hombre tiene ya una predisposición habitual hacia la virtud.

El accionar virtuoso crea un hábito y a medida que avanza la educación el hombre se puede dar cuenta que esa actitud le reporta únicamente beneficios, por lo tanto la adopta para siempre y así de esa manera se convertirá en un virtuoso moral.

La virtud tiene que encontrar su justo medio, ni caer en excesos ni en defectos.

La virtud es la disposición a elegir en base a las reglas del hombre virtuoso, con capacidad de discernimiento moral al tomar decisiones, o sea que posea la sabiduría práctica esencial para saber que es lo que tiene que hacer según las circunstancias.

Para Aristóteles, el hombre prudente es aquel que pueda ver el bien del hombre en todas las circunstancias.

La virtud no es extremista, constituye una síntesis entre los opuestos. Ni tan malo ni tan bueno. Es en la síntesis donde disminuye la parte peligrosa de los valores absolutos.

La conducta moral exige libertad para poder ejercer la acción por propia voluntad. No se puede ser responsable si una persona actúa por ignorancia, por miedo o por presiones de alguna clase.

Para distinguir un acto moral hay que hacer la distinción por ejemplo, entre lo que considera Aristóteles el valor de la valentía, que sería el término medio entre la cobardía y la temeridad o imprudencia, siendo ésta la verdadera naturaleza de ese valor.

En cuanto al valor de la templanza, que representa el dominio de si mismo con respecto a los placeres del tacto, no significa tener una actitud puritana hacia ellos sino una capacidad de cordura intermedia que no se puede estimar matemáticamente.

Con respecto a la justicia Aristóteles considera que la legalidad se asemeja a la justicia universal, o sea que quien respeta a la ley está obrando según la ley universal.

Las acciones que provoquen daño intencional a otro son materialmente injustas, ya que si no se había deseado ni previsto perjudicar a los demás esta acción es muy distinta.

Se puede decir que existe una sola virtud de la cual derivan todas las demás y ésta es la prudencia. Sócrates también sostenía que no existe ninguna virtud sin prudencia.

Conocer las virtudes no significa ser justo, sólo los actos determinan las virtudes.

Las actividades placenteras no son malas en si mismas sino que lo que puede ser objetable es lo que las producen, o sea el modo de obtener el placer, cuidando los extremos.

Con respecto al egoísmo y el altruismo, Aristóteles sostiene que puede haber una clase de amor propio que sea lícito y valioso distinto al que se considera egoísmo, ya que nos tenemos que amar también a nosotros mismos tanto como al otro, que es como un segundo yo.

Aristóteles identifica la virtud con la felicidad ya que considera que sin virtud moral la felicidad verdadera es imposible y que para poseer visión moral y saber lo que es bueno, pone énfasis en el acto del entendimiento más que en la acción de la voluntad.

Con respecto al Estado, Aristóteles nos dice que un Estado sólo se puede mantener y ser próspero si impera

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