Educacion Liberadora V/s Aushwitz

¿Es posible una educación liberadora después de Auschwitz (considerando el rol que tuvo la educación en el Holocausto?

Para responder la pregunta planteada, es necesario entender dos conceptos fundamentales para entender a que apunta, en primer lugar, la pregunta y, en segundo lugar, como responderla correctamente de una forma clara y comprensible.

En primera instancia, es necesario saber qué es lo que se entiende por “educación liberadora”. Este concepto no es algo antiguo, fue acuñado por Paulo Freire, uno de los grandes precursores de la pedagogía actual y autor de numerosos libros que sirven de guía para muchos docentes y futuros docentes en diversas universidades. Para Freire (1975), la educación liberadora es dejar la formación que conocemos como tradicional, basada en el traspaso de información, para generar un nuevo tipo de educación donde el profesor no es un ente diseñado para entregar conocimientos, sino que se postula al profesor como un guía para el educando, para ayudarle a desarrollar un pensamiento crítico, en función a los hechos ocurridos, de forma que pueda realizar un análisis y una crítica a los conceptos.

En segundo lugar es importante comprender un concepto que es utilizado por los judíos (Melich, S/F) como Formación Anamnética, que habla de un tipo de enseñanza que no permite el olvido de las situaciones. Este término hace referencia a no dejar en sin sentido o borrar de la memoria ciertos episodios que han marcado la historia de alguna forma u otra, así como la Guerra del Pacifico para los chilenos, o Auschwitz para los judíos y alemanes.

Luego de haber explicado estos términos, es necesario señalar que sí, es posible una educación liberadora como lo propone Freire, pero más allá de eso, es total y completamente necesaria este tipo de enseñanza, al igual que lo es la formación anamnética, puesto que es necesario crear una conciencia crítica frente a situaciones como las acaecidas en Alemania y Polonia con los campos de fuerza y de concentración.

Este tipo de formación resulta esencial de la forma en que se analice, puesto que, si bien es cierto, la educación jugó un rol fundamental en el proceso de popularización y aceptación del genocidio que se produjo en Alemania, nuestra preocupación, en función a la formación anamnética, debe ser preocuparnos de que esto no se olvide y además, no se vuelva a repetir.

La educación liberadora puede y debe generar un cambio en la forma de pensar del educando, de forma que éste pueda desarrollar por sí mismo, con la guía del profesor obviamente, un pensamiento crítico que le permita cuestionarse la realidad y las situaciones que le rodean, de forma que no acepte ni de por sentado lo que se le está impartiendo, sino que se cuestione y cuestione a los docentes, para ampliar su pensamiento crítico.

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