Educar En Competencias

Educar en competencias

1. ¿ Por qué educar en "Competencias" ?

1.1. Razones Culturales.

Breve introducción para la reflexión y el estudio:

La antropología nos ha hecho ver que lo que caracteriza y diferencia al ser humano de otros seres vivos es su capacidad de acción inteligente. Dicho de otra manera, la diferencia está en su capacidad racional (zona cortical del cerebro) al servicio de la transformación de la naturaleza y la producción de bienes y servicios, mediante el trabajo. Es “homo faber”.

Cada cultura elige su propio catálogo de competencias, demanda de sus miembros competencias propias, que le posibiliten la acción transformadora y creativa. Son las competencias las que garantizan la subsistencia y la posibilidad de la calidad de vida para su población. Si la cultura es nómada y sus pobladores viven de la caza y de la pesca, obviamente dicha cultura exigirá que sean competentes, capaces de cazar y pescar. Si la cultura es agraria, desarrollará competencias para la agricultura. En términos generales podríamos decir, por ejemplo, que las culturas orientales han desarrollado más las competencias del hemisferio derecho del cerebro, mientras que las culturas occidentales y científicas han desarrollado preferentemente las competencias del hemisferio izquierdo.

Pero en todas las culturas son necesarias las competencias para la interpretación y comprensión de la realidad, que supone la capacidad de observar y traducir dicha realidad en lenguajes simbólicos; así como son necesarias las competencias para la comunicación humana.

¿Qué competencias son las características de cada una de nuestras culturas en Paraguay?

Dados los fines esenciales de la educación que son el posibilitar a la niña y el niño el desarrollo de su persona e introducirles en la cultura de su comunidad, ¿qué competencias debemos promover en la educación de nuestras niñas y niños?

Reflexione sobre las dos preguntas. Con respecto a la primera, reflexione, al menos, sobre las competencias características de las culturas predominantes en la mayoría de la población paraguaya. Llegue a alguna conclusión. Concrete cuáles han de ser, según su visión cultural, las competencias básicas que debemos promover en nuestros educandos.

¿POR QUÉ EDUCAR EN “COMPETENCIAS”?

Reflexión desde la perspectiva cultural.

J. Montero Tirado.

Hay razones culturales para educar en competencias.Las razones culturales tienen su historia.

Durante las últimas décadas, los diseños curriculares venían simplificándose cada vez más en sus objetivos, poniendo el acento en la adquisición de contenidos de las disciplinas (asignaturas) y creyendo que, al nutrirse de conocimientos prioritariamente científicos, las alumnas y alumnos se formarían en su desarrollo personal, para su responsable integración en la vida y su capacitación para el trabajo.

Esta manera de entender la educación formal y el curriculo entró en crisis. Según algunos analistas la crisis empezó con las profundas y angustiadas reflexiones que provocaron las explosiones de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. ¿Tiene sentido una ciencia que destruye a la humanidad y el mundo?

Está vigente el cuestionamiento sobre el valor de la ciencia en sí, cuando se independiza del escenario de valores en que se inserta. Da lo mismo que sea la ciencia física de las partículas, la ciencia biológica de la ingeniería genética o cualquier otra.

Ahora no dudamos de que el desarrollo científico no tiene sentido por sí mismo, si está desvinculado del sistema de valores que la sociedad necesita para ser cada vez más humana y humanizadora.

Las ciencias deben estar al servicio de la humanidad, y el sistema curricular de las escuelas debe apuntar a que educadores y educandos logren la síntesis entre ciencia y vida, desarrollo científico y crecimiento humano. El servicio y la síntesis no se alcanzan solamente con conocimientos, requieren, sobre todo, competencias.

Es pertinente recodar que este enfoque de la escuela orientada casi exclusivamente a la adquisición de conocimientos científicos es relativamente muy reciente. La educación organizada buscó desde el principio el desarrollo de las competencias. Ya en el famoso “Trivium”, es decir, en el currículo básico de la Grecia Clásica con la Lógica, la Gramática y la Retórica, se pretendía la capacitación para saber vivir en la “polis”, la formación del ciudadano. Después, al final de la Edad Media en las puertas de la Ciencia Moderna, con el nombre de Filosofía Natural, se incorporan las Matemáticas y la Física como ciencias instrumentales para la formación básica, que juntamente con las Letras y la Retórica, buscan el cultivo del espíritu. Hasta la segunda mitad del siglo XIX, las ciencias tratadas disciplinarmente en las distintas modalidades de escuelas, nunca tuvieron tratamiento de interés por sí mismas, estaban al servicio de la adquisición de competencias.. A partir de entonces, poco a poco se empezó a pensar que la ciencia tendría valor por sí misma en los procesos educativos.

Es obvio que detrás de estas distintas concepciones de las ciencias y su utilidad para la educación hay distintas concepciones de antropología.

Hoy, la aceleración vertiginosa en la producción de conocimientos y consecuentemente la rápida caducidad de los mismos hacen poco útil identificar educación con apropiación de conocimientos. Hoy, mucho más importante que cargar las mochilas mentales de los alumnos de conocimientos superados es ayudar a desarrollar competencias, para que los educandos sean capaces de aprendizajes autónomos y permanentes, y de producir por sí mismos nuevos conocimientos.

Cada cultura tiene su escala de competencias. En las culturas nómadas es prioritaria la competencia de la caza. Es posible que algunas competencias sean demandadas coincidentemente por muchas culturas, pero los contextos, los modos de entenderse, el sentido de la vida y el estilo de vivirla, sus relaciones con los demás, con la naturaleza, consigo mismos y con lo trascendente son evidentemente distintas y requieren diferentes competencias para su realización.

...