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El AMOR NO VIENE EN LATA


Enviado por   •  10 de Enero de 2015  •  1.052 Palabras (5 Páginas)  •  167 Visitas

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El Amor No Viene en Lata

He perdido la cuenta de las veces que dije “Te Amo” y sin embargo no esperaba de que esta ves fuera tan sincero…

Mi nombre es Javier tengo dieciocho años y este es el diario de mi vida desde que me enamore, que comenzó casi a la par con mis primeros pasos, asi que en primera instancia podría ser el diario de mi vida.

He tenido amores desde los primeros años de mi existencia, algunos fugaces como el que tuve a mis escasos tres años y otros muy extensos como el que me alcanzó trece años antes de abandonar la escuela, mi incansable vida amorosa ha sido imparable desde que un veintinueve de julio llegara a mi vida Malena, a quién por alguna extraña razón no pude llamar por su nombre sino hasta mucho después de que se alejara de mi, por esas fechas aún vestía la camisa blanca y la chompa a cocos que no entraba por mi cabeza, realmente usaba pantaloncillos cortos, hechos naturales en un mocoso bien, de cabello ondeado, brazos rechonchos y la sonrisa pícara de un diablillo en los labios. Mi familia siempre fue reconocida en Torata, hecho que llevo a mis mejillas de paseo por las rugosas manos de cuanta anciana se cruzaba con mi madre, sin darme cuenta ese fue el hecho que me llevo a la popularidad entre la pandilla, mi familia siempre ofrecía suculentos ágapes, estaba el día de la virgen de la candelaria, el día de todos los muertos, el día de la cruz en nuestra chacra, navidad, año nuevo y uno que otro onomástico.

Como decía, era un veintinueve de julio cuando a la casa de Marcos, el niño mas llorón de la pandilla, llego un camión de mudanza, al parecer su tía venía del Cuzco huyendo de algún problema y traía con ella a su hija, Malena. Quizás fue Marcos quien colaboró con la mala dicción cuando me dijo que su nueva prima se llamaba Manila a lo que yo entendí como Mamila y es asi como la llame el tiempo que estuvimos juntos.

Mamila peinaba de dos colas casi siembre, ha excepción de los domingos en que solo usaba una vincha, la primera ves que la vi llevaba un overol de jean y zapatillas. Nos conocimos realmente luego de que se bajo el ultimo mueble del camión de la mudanza, cuando salió a pasear y sin miramientos se dirigió hacia mi pequeña tribu, estaba Carlitos Parras, Manuel Acero y Roger Quispe, es muy probable que en aquel tiempo yo fuese el líder, sin embargo la me memoria es esquiva y la vanidad muy entrometida, Mamila me causo curiosidad desde que la vi, era extraño que una niña se acerque a nuestro grupo, quizás ese fue nuestro primer contacto con el genero opuesto.

Casi puedo asegurar que nos encontrábamos tendidos en la vereda en la fachada del Padrino Vidal, nos encontrábamos con algunas canicas y pequeños soldaditos verduscos, además cada uno masticaba torpemente un kikecosas, continuábamos en nuestras cavilaciones, cuando la pequeña intrusa se presento, merodeaba como si fuéramos su presa, quizás en esos momentos

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