El Capitalismo Es El Egoísmo Natural Del Ser Humano

El capitalismo es el egoísmo natural del ser humano

El bienestar es una necesidad y un fin para el hombre, sin embargo cuando la búsqueda de este bienestar va por encima de los intereses de los otros, el egoísmo empieza a aparecer y se desencadena una serie de acciones a favor de intereses privados. En la actualidad el capitalismo y el consumismo lideran el mundo a través de la influencia de las grandes multinacionales y transnacionales que controlan no solo el precio de sus productos, sino también cambian tendencias, gustos, hábitos, formas de pensar e incluso logran crear necesidades en la sociedad. Ésta capacidad de dominio e influencia sobre las mentes del consumidor es motivada por los intereses privados que buscan primordialmente la multiplicación de capital para el selecto grupo de inversionistas, dueños, directores, CEOs y presidentes de cada compañía, es decir que los beneficios se concentran en un pequeño porcentaje respecto a la totalidad de personas trabajando en la misma compañía.

Con lo anterior podemos englobar al egoísmo como la acción repetitiva en el panorama actual donde el fin justifica los medios. El hombre es capaz de pasar por encima de cualquier obstáculo y de hacer todo lo que sea necesario para lograr el poder y obtener mayor captación de dinero.

Sin embargo estas acciones egoístas en busca del interés propio no son un tema de reciente percepción, desde hace siglos se ha estudiado e interpretado el comportamiento humano en esta materia. Por ejemplo para el filósofo inglés Thomas Hobbes los hombres necesitan de un contrato social bajo el cual renuncian a su capacidad de gobernarse solos para ser gobernados por una persona (soberano) puesto que su naturaleza egoísta no permite el desarrollo de los intereses colectivos. Este gobernante debe encargarse de mantener el orden de la comunidad (incluso por medio de la fuerza) para garantizar la buena convivencia. Según Hobbes (1651) en su libro Leviathan “El hombre es un lobo para el hombre” busca su propia satisfacción puesto que esa es su condición humana y la vida en ese estado es solitaria, pobre y brutal.

Cuatro siglos después de su vida esta interpretación de la naturaleza humana se puede evidenciar en la sociedad actual donde las empresas concentran esfuerzos en la generación de dinero sin tener en cuenta consecuencias negativas o impactos colaterales de sus acciones como la desigualdad económica y su impacto social. La mejor representación de esto se evidencia en uno de los pilares importantes del sistema social de este siglo: la propiedad privada. La propiedad privada es un concepto subjetivo que se define como el derecho de gozar y disponer de una cosa sin más limitaciones que las establecidas por las leyes (Art 348. Código Civil español). Es decir que el dueño de algo (entiéndase algo como un terreno, construcción, objeto, o espacio físico, entre otros) limita su dominio y dispone de él siempre bajo el marco de la ley (Maria del Pilar, 2014). De esta manera las personas con poder protegen sus bienes o propiedades y se preocupan cada vez por la generación de más riqueza sin compartir sus excesos de capital con personas o comunidades en situaciones de pobreza. La propiedad privada ha logrado que las personas se preocupen por trabajar con el objetivo de poseer y ser dueñas de la mayor cantidad de objetos y terrenos, puesto que la cultura consumista actual así lo dictamina. Serios problemas se pueden desencadenar de este fenómeno, por ejemplo Carlos Goñi escribió un artículo en el año 2012 sobre el brand bullying (término acogido por los ingleses) el cual “es una nueva forma de acoso que consiste en el temor a ser rechazados por su grupo (o círculo social) porque no visten ciertas marcas o porque no tiene el último modelo de celular”. La propiedad privada ha logrado que las personas pierdan el sentido de sensibilidad frente a situaciones convirtiéndose en un sinónimo de éxito y prosperidad.

El egoísmo se evidencia en todos los ámbitos, inclusive también en los altos mandos directivos de grandes compañías trasnacionales y multinacionales donde se deben tomar decisiones importantes que afectan el curso estratégico de la empresa, puesto que también pueden tomar decisiones insensibles con gran impacto negativo en la sociedad como lo es el dumping social. Ésta es una practica empresarial en la cual gracias a la globalización, a la facilidad de la logística internacional y a la extinción de fronteras, la fabricación de los productos se hace en países donde el costo de mano de obra es muy bajo (América latina, Asia, India, entre otros) con el fin de que los trabajadores ofrezcan sus servicios a cambio de un salario mensual degradante o inclusive solo a cambio de comida. Esta falta de ética profesional degrada la dignidad de las personas y corta las oportunidades de crecimiento para el país tercermundista mientras que por otro lado genera mayores márgenes de rentabilidad, mejora las tasas de retorno de la inversión y aumenta el valor de las acciones de la empresa. Otras compañías se han visto también involucradas con casos de trabajo infantil y trabajo forzado en países con índices de pobreza altos. El consumismo logra interconectar al mundo mediante los negocios, sin embargo es un intercambio desequilibrado que genera mayores beneficios en una contraparte que en la otra.

Las anteriores no es las únicas maneras en las cuales el capitalismo genera desigualdad a nivel económico, también tiene alcances en otros horizontes. El capitalismo busca la generación de capital y la maximización de utilidades para las empresas, lo cual exige de sus directivos y altos cargos un alto compromiso y disponibilidad de tiempo para atender las necesidades o problemas de la empresa. Sin embargo en el plano social, las mujeres son articuladas con el hogar y en especial con los hijos que demandan una gran cantidad de tiempo y atención continua. Por tal motivo existen preferencias e inclinaciones en las empresas en contratar una mayor cantidad de hombres que de mujeres para ocupar altos cargos y gerencias, para no interrumpir las actividades laborales por temas del hogar. Es un acto discriminatorio teniendo en cuneta que todos los seres humanos tienen las mismas capacidades o habilidades para crecer en el campo laboral y desarrollarse profesionalmente.

Luego de tener en cuenta las facetas del capitalismo en los ámbitos de la sociedad, es importante como influye en el Estado. A lo largo de la historia varios pensadores han expuesto sus posturas frente al papel que debe jugar el gobierno con el comercio. Por un lado esta por ejemplo la fisiocracia, una escuela de pensamiento creada para el siglo XVIII cuyo ideología se opone a las restricciones gubernamentales que pretenden controlar la actividad económica (Luis Fernando Gamboa, 2010). Por su parte también, Adam Smith (padre de la economía), expone en sus libros una metáfora que caracteriza al mercado con una capacidad auto reguladora que no requiere de la intervención del Estado para su funcionamiento (La riqueza de las naciones 1776), es decir que el mercado solo se mueve entre dos límites, alta demanda baja oferta y baja demanda alta oferta, donde los mismos productores y consumidores son capaces de controlar hacia donde se dirigen las tendencias. A pesar de que Adam Smith no tuvo en cuenta muchos otros aspectos que influyen en la dirección del mercado, ambos pensamientos (Smith y los fisiócratas) proponen separar el poder del estado del poder de la economía para que el mercado pueda funcionar libremente.

Ahora, teniendo en cuenta que la economía se mueve por los intereses particulares y privados de los grandes inversionistas que no contemplan el beneficio para la sociedad y que la tarea primordial y fin del Estado es precisamente el beneficio social, se cuestiona hasta qué punto el egoísmo y la codicia debe ser intervenida o controlada. Para esto los gobiernos establecen políticas macroeconómicas (bien sean efectivas o no) que buscan disminuir las brechas entre estratos sociales y desigualdades para mejorar la distribución de las riquezas, sin embargo el capitalismo es tan fuerte que logra tener influencia en las políticas de carácter nacional. Por ejemplo los tratados de libre comercio son el producto de años de negociaciones que buscan intercambios bilaterales de productos, divisas y materia prima con menores restricciones arancelarias y no arancelarias. Para los países con industrias fuertes, los TLC facilitan tanto la compra de materia prima y commodities a precios bajos, como el acceso de sus productos terminados a otros mercados para venderlos a precios competitivos. Pero para los países que no tienen industrias fuertes o desarrolladas, esta apertura comercial representa una amenaza puesto que los nuevos productos que ingresan han sido fabricados bajo procesos optimizados con un alto grado de tecnificación, y llegan a un costo muy competitivo afectando la decisión de compra del consumidor y por lo tanto a la industria local también. Entonces por qué los gobiernos de países con empresas nacionales que presentan este riesgo acceden y acuerdan la firma de tratados con países desarrollados? El consumismo y la presión capitalista es alta. Es inevitable el cambio y no es posible ser un país con restricciones proteccionistas en un mundo cuya tendencia es la globalización. Por esta razón los Estados abren sus fronteras y dejan que el comercio internacional fluya su curso apoyando el consumismo.

El éxito del capitalismo en el mundo actual se debe a la codicia y al instinto natural egoísta de las personas y está presente en todos los ámbitos cotidianos: político, económico, social y demográfico. Su importancia radica en que se volvió el motor de movimientos y campañas en busca de capital, dinero y poder de empresas, compañías, gobiernos y personas.

BIBLIOGRAFÍA

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Goñi, C., & Guembe, P.(2012) Consumidos por el consumismo. Revista de Negocios del IEEM. Universidad de Montevideo. Uruguay.

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