El Cine En La Posmodernidad

Instituto Pbro. Antonio Saenz

Profesorado en Biología

El cine en la posmodernidad

Perspectiva filosofico-didactica

Brenda Senin

Primer año

Turno Noche

El cine en la posmodernidad

"No hay final. No hay principio. Es sólo la infinita pasión de la vida."

Federico Fellini

Introducción.

¿A qué se le llama Posmodernidad? El término ya presenta una contradicción: ¿existe algo posterior a lo moderno, a lo actual? Y, siguiendo con la paradoja: el séptimo arte, con apenas un poco más de un siglo de antigüedad, no puede considerarse sino moderno. Sin embargo, vamos a analizar los principales rasgos de esta era, en contraposición con la Modernidad, y cómo éstos se ven reflejados en el cine de estos últimos años.

I. Modernidad y Posmodernidad.

Si la Modernidad proponía novedad, transformación, libertad y progreso, la Posmodernidad se resigna un poco ante semejante tarea y se ve “agotada”. Se la conoce como: “la era del desencanto”. Podemos decir que la Modernidad es la búsqueda de la verdad y la Posmodernidad su agotamiento, la utopía resignada ante sucesivos fracasos. Surge en el siglo XX, en los años setenta, y ha sido llamada también “Crisis de los paradigmas” o “de los grandes relatos” (Lyotard). La idea de progreso, de que el mundo puede avanzar hacia un lugar mejor, ya no es vigente. No se habla, sin embargo, del fin del progreso, sino del fin del progreso como un beneficio al hombre.

Es por esto que en los tiempos que vivimos, la humanidad atraviesa una profunda crisis moral e intelectual. La pérdida de comunicación, de los valores, del respeto por el otro, de la familia como núcleo social, son algunos de los obstáculos que estamos atravesando. Aparecen la inmediatez, la sobreexposición a las pantallas y el individualismo como rasgos característicos de las sociedades de hoy. Pero por otro lado, no podemos negar que el foco se pone sobre transformaciones más localizadas, que intentan dar respuesta a problemas concretos, como la lucha de las minorías, el respeto por la diversidad y la ausencia de dogmas.

La Posmodernidad nos redefine como sociedad, Gilles Lipovetsky explica esto mediante un doble proceso: el “proceso de personalización” que se caracteriza por “una contradicción que se plasma en una universalización y una individualización simultáneas”. Universalización por la globalización, la liberación de la economía, la emancipación de la sociedad. Todo esto contribuye a una sociedad más tolerante, más homogénea, más inclusiva. Pero por otro lado, experimentamos como sociedad un proceso de individualización, de diferenciarnos de los otros y no asimilarnos a los demás. En este proceso surgen los llamados “nuevos movimientos sociales”: hippies, ecologistas, feministas, etc., en contra del sistema vigente pero inmersos al fin en la sociedad del consumo y la globalización. Como vemos, la posmodernidad está plasmada de aspectos contradictorios, partiendo desde su propia definición. Una era donde la esperanza se ha perdido en muchos aspectos; no así en la cultura, donde aún se vislumbra lo mejor que esta sociedad tiene para ofrecer.

II. Características del cine posmoderno.

El cine posmoderno, busca explorar emociones, temas, situaciones, caracteres, yendo más allá de las convenciones del retrato convencional de personaje y la lógica en la estructura en el tiempo y espacio narrativo. Se muestra una alteración de la estructura clásica temporal, por medio del “flashbacks”, simultaneidad de acciones, invirtiendo la relación causa-efecto, mezcla de formatos o efectos de montaje. Si bien uno de los primeros géneros del cine posmoderno es la ciencia-ficción, en general se observa, y cada vez más, una mezcla de géneros en las nuevas propuestas.

El pesimismo o desencanto en el tratamiento de la historia es un fiel reflejo de la era posmoderna, el “antihéroe” ahora toma protagonismo. Se observa una deconstrucción de los sistemas narrativos y de análisis de los esquemas sociales, familiares etc., así como de los convencionalismos y tradiciones culturales. La imagen toma un protagonismo extremo, por encima del contenido. El cine posmoderno es, sin lugar a dudas, un cine esteticista.

Observamos también un tratamiento excesivo del sexo y la violencia, mostrados sin tapujos. También hay tendencia a mostrar un vocabulario soez sin censura y no se ocultan las pasiones desenfrenadas, tabúes sociales como las drogas y las situaciones humanas más extremas. El director, sin embargo, no juzga las acciones ni a sus personajes. Elige un distanciamiento moral de su obra, y el espectador es el responsable de formar su propia opinión. El mensaje de la película está siempre abierto a la interpretación personal de cada espectador.

Fiel a su herencia posmoderna y resignada, se refugia muchas veces en el facilismo de la parodia del cine precedente (no siempre bien lograda), o bien la popularización de las “remakes”, secuelas y continuación de sagas y adaptaciones de obras de medios artísticos populares, como el cómic, la televisión y el videojuego.

La posmodernidad también se evidencia claramente en la elección de “pequeños relatos” que sustituyen al metarrelato o realidades absolutas”: (Dios, la patria, la razón, la ciencia positiva etc. que habían sido en épocas anteriores fuente de sentido para el hombre). Vemos planteadas, por el contrario, problemáticas de los tiempos que corren, como la multiculturalidad, la diversidad sexual, nuevos tipos de familia y la ecología.

A su vez, encontramos que este cine puede ser un cine muy crítico, ácido, un cine que constantemente nos anima (o nos fuerza) a tener una mirada más analítica sobre nuestra sociedad.

II. Nueva estética y montaje. Principales exponentes.

Uno de los puntos sobresalientes sobre el cine posmoderno, como ya lo mencionamos, es la preponderancia de la imagen y la estética. Algunas veces, incluso

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