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El Cristiano Y La Politica


Enviado por   •  16 de Agosto de 2014  •  1.954 Palabras (8 Páginas)  •  305 Visitas

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OBJETIVO:

Analizar lo que la Biblia dice sobre la política y contestar la siguiente pregunta: ¿debemos como cristianos incursionar en la política?

1. La Política y Platón

2. La Participación política del cristiano

3. Conclusión

El cristiano y la Política

1. La Política

La política es normal mente entendida como las actividades y acciones que intenta conseguir unos determinados fines, los cuales tiene como objetivo el dirigir los asuntos de un Estado. Como es visto con Platón en algún de sus obras “El Político” y “Las Leyes”, y “La República”, proponiendo un Estado basado esencialmente en la ética y la condición del hombre como un ser que solo puede vivir en una sociedad organizada, que para los griegos estaba representada por la Ciudad Estado.

Según el pensamiento platónico, ningún ser humano puede tener una vida normal si se mantiene aislado, dado que el hombre es un ser social; no como integrante de un rebaño sino como ciudadano activo, dispuesto a respetar y aceptar a la sociedad en que vive como un hecho inevitable, por esta razón, la preocupación de Platón era determinar cuál debería ser la verdadera naturaleza del Estado y su genuina función.

“Para Platón, la moral y los principios de justicia deben ser los mismos, tanto para el ciudadano como para el Estado, de manera que sirvan para hacer felices a todos, por tanto a Platón no le interesaba dedicarse a estudiar un gobierno en particular, sino que su interés se centraba en lo que deberían ser todos los Estados en general”. (Grube. G. M, 1.987. p.230)

Platón estaba convencido que todo gobernante de un Estado ideal debe saber en qué consiste el arte de gobernar y qué es lo que debe hacer, porque si no lo sabe, o no tiene la habilidad para ejercer eficazmente esa función, puede hundir tanto al Estado como a sus ciudadanos, Platón sabía por experiencia que los Estados que había conocido distaban mucho de ser perfectos; y su decepción lo llevó a ignorar la política imperante y a dedicarse a imaginar la mejor forma de gobierno posible para que los ciudadanos que confiaran en él pudieran ser más felices, por eso, en su libro “La República” trata de proponer un Estado ideal, como un modelo que todos los estados deberían imitar.

“La filosofía permitiría a un gobernante a evaluar lo que es mejor para la sociedad y para los ciudadanos; por lo tanto, las personas más adecuadas para gobernar, que podrán liberar a las comunidades del flagelo de los malos gobernantes, son los filósofos o bien, aquellos que ya tienen el poder y se conviertan providencialmente en verdaderos filósofos” (Hernández, M, 1995, p. 170).

El hombre debe vivir necesariamente en una sociedad organizada, porque necesita de la colaboración mutua para subsistir; de modo que la vida en comunidad tiene un propósito económico del que posteriormente emanará el principio de la división del trabajo, ya que los seres humanos tienen distintas habilidades y aptitudes, y por medio de ellas pueden brindar su aporte individual de diferentes formas a la comunidad en que viven el Estado necesitará que haya personas capaces de realizar todas las tareas que requiere una sociedad para cubrir todas las necesidades de sus miembros.

No solo de actividades rudas se nutrirá esa sociedad, sino que a medida que se haga más grande y compleja irá requiriendo también otras tareas más refinadas como las relacionadas con el arte, la música, la docencia, la medicina, etc.; y cuando sus territorios resulten insuficientes para sus cubrir sus necesidades deberán extender sus dominios a las ciudades vecinas, llegando a la causa de las guerras la cual es económica y a la necesidad de formar guardianes del Estado, tan sabios como sus gobernantes que puedan discernir quienes son los verdaderos enemigos.

Actualmente hemos dejando de lado la estructura platónica de estado llegamos a nuestro tiempo con la idea que solo el político es el que posee el poder de hacer cambios absolutos o importantes y con estos comenzaron a seguir los partidos o movimientos políticos los cuales compiten entre sí para llegar al poder y poner en práctica sus ideas y postulados, que conduzcan el rumbo económico, social y político de dicho país por la senda del excito según su punto de vista. Estas tendencias de pensamiento van de un extremo a otro, desde ultra izquierdistas hasta ultra derechistas, pasando por centristas, de línea moderada, ateos, ecologistas, religiosos, etc. Y es innegable que muchas tendencias que llegan al poder tratan por varios medios de influenciar en forma directa o indirecta sobre la población, a efectos de que sus postulados o convicciones sean inculcadas entre la población.

Dentro de la política está inmerso un ambiente en el cual reina la emoción, el humanismo, el control político, los intereses propios y de los distintos estratos de la sociedad, el nacionalismo, el extremismo, el tradicionalismo y una serie de pasiones y sentimientos que se conjugan debido a las distintas ideologías, pensamientos y corrientes políticas del país, las cuales transformadas en decisiones políticas pueden incidir directamente o indirectamente sobre la vida de una o varias personas dentro de la nación.

2. La Participación política del cristiano

“Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires.”. (Nueva versión Vulgata)

Muchos cristianos olvidaban que la lucha no es contra carne ni sangre sino que contra espíritus de maldad que controlan los corazones. Afectados en sus almas por los acontecimientos y problemas del país en que viven, piensan que la única solución para resolver los problemas es involucrarse en la política de la nación y por lo tanto se afilian a un partido político afín

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