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El Destino Humano, Muerte Y Religión

isrpunks9 de Febrero de 2014

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El destino humano: muerte y religión.

a) ¿Cuál es la diferencia entre occidente y oriente en relación con la visión sobre el ser y la nada?

Esta aparente oposición entre dos estados que se niegan el uno al otro, es también uno de los problemas filosóficos más antiguos. Y es también uno de los más serios porque al discutirlo, lo que está en juego no es tan sólo la refutación de algún sistema filosófico o de alguna idea más o menos convincente; al hablar de la vida y la muerte lo que está en juego es la propia existencia de los hombres. El esto y lo otro, es decir, la vida y la muerte, entendidos como contrarios, constituye un rasgo característico de la cultura occidental. En occidente tenemos miedo de lo otro, o en otras palabras, si tenemos vida tememos a la muerte. El pensamiento oriental no ha padecido el horror a lo otro, como afirma Octavio Paz. El mundo occidental es el mundo del "esto o aquello", el oriental, en cambio, el del "esto y aquello" y, más aún, el del "esto es aquello". Los budistas, los exégetas del hinduismo, parten de un principio enunciado ya en uno de los más antiguos Upanishad que afirma la identidad de los contrarios: Tú eres mujer. Tú eres hombre. Tú eres el muchacho y también la doncella. Tú, como un viejo, te apoyas en un cayado... Tú eres el pájaro azul oscuro y el verde de ojos rojos... Tú eres las estaciones y los mares.

b) ¿Cómo se vincula el destino y la muerte con la vida? ¿qué opinas al respecto?

Si es la muerte quien viaja en todo momento con la vida y, de hecho, vivir es ir muriendo, ¿por qué vivir, si nuestro destino es morir? Aquí están ya presentes nuestras dos primeras ideas acerca de la vida: destino y muerte. Desde los estoicos, la idea del destino juega un papel fundamental en la vida de los hombres. Ellos pensaban que había que vivir conforme a la naturaleza, es decir, atenerse al principio que opera en la naturaleza. En otras palabras, había que atenerse al destino, había que asumir el orden divinamente impuesto por Dios en el mundo. Y por esta misma creencia, Cleantes, el estoico, sostenía que el ser humano sigue necesariamente la senda que le marca el destino, y, por su parte, Séneca sentenciaba que Ducunt volentem fata, nolentem trahunt.

c) Explica las tres dimensiones desde las que se puede abordar la muerte. ¿Con cuál de ellas estás de acuerdo? ¿Por qué?

La muerte como fin de la vida humana

La primera de ellas se entiende como el cese de la vida. En efecto, si el principio que constituye la realidad natural es la materia, es decir, los cuerpos, luego, la vida humana se agota en la corporeidad. La muerte no es otra cosa que el agotamiento y acabamiento natural de la materia.

La muerte como parte de la existencia humana

En segundo término, entender la muerte como parte de la existencia humana es relacionar la muerte como parte de la vida: vida y muerte van siempre unidas. Lo anterior se sintetiza si entendemos la muerte como una posibilidad siempre presente en la vida humana.

La muerte como trascendencia de la vida humana

Que la muerte trascienda la vida no es algo evidente. Creemos que la muerte es dejar de vivir, pero si alma y vida superan la muerte, entonces la muerte es el medio para alcanzar una nueva vida. Morir es, pues, volver a vivir. Y así lo muestra el cristianismo y muchas otras doctrinas que creen que los hombres constan de un cuerpo y un alma inmortal.

Yo estoy de acuerdo más con la primera porque si vemos la muerte como fin de la vida humana y en realidad entendemos lo que es eso, creo que valoraríamos, disfrutaríamos, aprovecharíamos más esta vida.

d) ¿Cuál es tu respuesta ante la muerte desde una visión religiosa, específicamente cristiana? ¿Compartes dicha visión? argumenta tu respuesta.

Morir

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