El Fracaso De La Educaion En Mexico
Esteban201213 de Febrero de 2015
4.535 Palabras (19 Páginas)174 Visitas
¿HA FRACASADO LA EDUCACIÓN EN MÉXICO?
Esta es una pregunta que muchos maestros se deberían hacer una vez que empiezan a ejercer su profesión. La pregunta en cuestión se lleva a cabo en algunas lecturas que los alumnos en preparación para ser profesores, leen, si no muy seguido, sì al menos en algún semestre de la carrera.
Es una pregunta que se debe analizar bien, ya sea de forma teórica leyendo a diferentes pedagogos y su opinión al respecto sobre el tema, como también leyendo a personas un tanto ajenas a la educación oficial que se dan un tiempo para analizar si la forma en cómo se educa a los niños y jóvenes en las escuelas tanto públicas como privadas es en verdad una educación o una simple memorización de conceptos.
Si bien, los grandes pedagogos que son estudiados en la licenciatura han fomentado diferentes tipos de enseñanza, como por ejemplo Skinner y el conductismo, Montesori y su método humanista, Piaget y Vigotsky y el constructivismo; estas a su vez suelen ser olvidadas o simplemente, no llevadas bien a cabo una vez que los maestros en formación comienzan a ejercer de manera profesional. Ya que, la mayoría de estas teorías educativas deben ser realizadas con grupos que no superen los veinticinco alumnos por clase, pero que en nuestro país y el sistema educativo que maneja la SEP, el número de alumnos en los niveles básicos en escuelas públicas supera este cifra incluso a veces al doble.
Pero, como podemos darnos cuenta, la culpa no es del maestro al cien por ciento, sino más bien del sistema educativo que fomenta este tipo de estructura educativa en la que se crean salones con números de hasta cincuenta alumnos hacinados en un solo lugar, creando un ambiente no apto para desarrollar estrategias de aprendizaje personalizadas o significativas para los alumnos y fomentando a su vez, que los alumnos se distraigan con facilidad y generen sentimientos de indiferencia tanto para la materia que están recibiendo como para el maestro que no les hace caso o toma en cuenta como debería ser en la educación.
El siguiente es un pequeño extracto muy significativo al respecto de que los alumnos se distraigan y muestren indiferentes en el salón de clases, sacado del libro La era del vació del filósofo y sociólogo Gilles Lipovetsky:
“La indiferencia crece. En ninguna parte el fenómeno es tan visible como en la enseñanza, el prestigio y la autoridad del cuerpo docente prácticamente han desaparecido. El discurso del maestro ha sido desacralizado, banalizado situado en el mismo plano que el de los mass media. La enseñanza se ha convertido en apatía escolar, mezcla de atención dispersada y escepticismo. Es ese abandono del saber lo que resulta significativo, mucho más que el aburrimiento de los escolares.
De manera que hay que innovar a cualquier precio: siempre mas liberalismo, participación, investigación pedagógica y ahí está el escándalo, puesto que cuanto mas la escuela se dispone a escuchar a los alumnos, mas estos se deshabitan sin ruido ni jaleo a ese lugar vacío como desierto.”1
Ahora, analicemos un poco sobre qué significa la palabra educar mediante su etimología:
La palabra educar proviene de dos raíces latinas: e o ex, que significa ir hacia fuera, salir; y duc,, de donde derivan pro-ducir, con-ducir, pro-ducto, via-ducto, acue-ducto…Su significado original es “hacer salir”. Aplicada a la escuela y a los maestros, se refiere a la labor de hacer aflorar las potencialidades de los educandos, pero si alguna palabra se ha deteriorado en su significado es esta.2
“Hacer salir las habilidades de los educandos”. Una de las cosas que menos propone la enseñanza en las escuelas publicas y en algunas escuelas privadas, es precisamente ésta; la de hacer que aflore en los alumnos el gusto por la escuela, por aprender y adquirir conocimientos de forma autónoma y no sólo por ser un requisito que hay que cumplir en horas de escuela, ya que esto sólo condiciona al educando a pensar en que la educación es solamente un requisito que debe cumplir durante cerca de veinte o mas años para obtener un reconocimiento en papel que le haga ver a la sociedad que es un ser humano que está “preparado” para ser un “profesional” en el área que haya elegido estudiar como carrera y que haga también a su vez, creer a los alumnos que el trabajo es también un requisito que hay que cumplir para que la familia y la sociedad no los vea como unos desobligados parias sociales.
Analicemos el significado etimológico de la palabra escuela:
Escuela: palabra griega que significa ocio. Su uso metafórico nació de una época en que trabajo significaba actividades de tipo manual, pesadas e ingratas: hacer adobes, construir paredes, sembrar, regar, cosechar, convertir árboles en troncos y luego en tablas, vigas y muebles. Cuando unos pocos privilegiados se pudieron dar el lujo de “no trabajar” y dedicarse a discutir sobre temas abstractos y remotos de la existencia del quehacer diario, el pueblo los vio como “los del ocio”, y por tanto a sus actividades se le llamó “la escuela”. Esto fue hace dos mil años en Grecia. La palabra Escuela expresa mejor el clima de creatividad (libertad, ocio creativo) que se requiere para educar.3
“Libertad, ocio creativo” Palabras que difícilmente entran en la concepción que la mayoría de nosotros tenemos sobre lo que es una escuela. La vemos más bien como un lugar en donde deberemos cumplir un determinado número de horas cada día y años simplemente para obtener un título que nos hace quedar bien ante una sociedad a la que no se tiene contenta con nada.
Como se mencionaba con anterioridad, la escuela se ve como un lugar en el que hay que cumplir un horario, tanto de entrada como de salida, y en las escuelas publicas de nivel básico y medio superior, es obligatorio el obedecer estrictos regimenes autoritarios como son: el uso de uniformes, traer el pelo corto, las uñas cortadas, el uniforme limpio al igual que los zapatos, el uso de faldas (a las rodillas) para las niñas y pantalón “azul marino” para los niños y más y mas reglas por demás absurdas y asfixiantes que tratan de fomentar una disciplina militarizada en los educandos, como si fueran pequeños soldados que sólo deben obedecer y acatar todo lo que diga el maestro-general sin cuestionar nada, porque si lo hacen, entonces deben ser reprendidos severamente con castigos como: no dejar que entren a la escuela a recibir clases o expulsarlos si continúan con su “actitud negativa” y “antisocial”. Como vemos, para nada se aprecia la libertad y el ocio creativo en esto, ¿verdad?
Las escuelas privadas tampoco están exentas de cometer estas barbaridades con los alumnos, que algunos conocedores suelen llamar como fascismo (ideología y movimiento político que trataba de instaurar un régimen totalitario y una economía dirigista y que se suele identificar mucho con las figuras de Adolfo Hitler y Benito Musolini según la wikipedia) ya que algunas de estas instituciones educativas privadas, son, en algunos casos, escuelas manejadas por religiosos con un sistema aun más estricto que las escuelas públicas, pero eso sí, incorporadas a la SEP con todas las de la ley y sin que figuren como escuela religiosas.
¿Qué es lo que fomenta este tipo de sistemas militares-autoritarios de las escuelas tanto públicas como privadas en los alumnos? Pues gente que odia la escuela y la ve como un lugar al que hay que evitar ir a toda costa o tratar de sobrellevar la estadía ahí sin perder la dignidad ante maestros profesionistas autoritarios que en su vida han leído sobre pedagogía y tratan al alumno como recuerdan fueron tratados cuando eran estudiante también.
La libertad y el ocio creativo deberían ser lo fundamental en las instituciones educativas, pero vemos con tristeza que esto no es así. Se fomenta en el alumno el miedo al fracaso sino asiste a la escuela, se le dice y hace creer que no será alguien de provecho cuando sea mayor y tenga que mantener una familia. Se le hace creer que sin un título técnico o universitario no tendrá oportunidad de tener un buen empleo que le ayude a ser una persona con solvencia económica para consumir las porquerías que la televisión le dice debe tener y comprar para que se sienta feliz. Se le obliga a aprender idiomas extranjeros (cuando con dificultad conoce el suyo y lo modifica de modo escrito) con la condición de que entre mejor preparado esté, mas puertas se le abrirán en el futuro. Se le obliga a tener conocimientos en computación y equipos tecnológicos que hagan de él una persona inmersa en la globalización y a estar “a la moda” con los nuevos celulares para “mantenerse comunicado con sus seres queridos” porque sino, la sociedad lo verá como un analfabeta tecnológico incapaz de interactuar con la aldea global en la que se ha convertido nuestro planeta. Se le dice que debe ser “competente” ante un mundo que exige cada vez más y más de su sociedad para que no sea un mediocre más, en el país de los mediocres, mejor conocido como México. Se le obliga a que las carreras que elija para estudiar, sean carreras bien remuneradas a futuro en las que se desarrollará como un “profesional técnico altamente capacitado” ya sea para manejar maquinaria, instrumentos o teorías (pedagógicas, psicológicas, sociológicas, antropológicas, etc.) creadas o pensadas por mentes brillantes extranjeras de países desarrollados a los que “hay que ver como nuestro modelo a seguir para hacernos ricos y poderosos”.
Lo que nunca se le dice al alumno es que en nuestro país no se desarrolla ni se crea la infraestructura necesaria para que nosotros seamos esas mentes brillantes capaces de crear cualquier tipo de aparato tecnológico o teoría que
...