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El Hombre Moderno, Resumen


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  2.233 Palabras (9 Páginas)  •  978 Visitas

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II El desarraigo

El hombre de hoy es un hombre que ha perdido sus arraigos. Es un hombre individualista (producto de la revolución moderna) y absolutamente colectivista (producto de la revolución soviética). Conclusión de esto: no es un ser orgánico, que es cuando el hombre se integra en un organismo como miembro de un cuerpo, cuando tiende puentes que lo trascienden y enriquecen. El hombre inorgánico es un ser aislado, al que hay que sustentar y darle vida. Las dos revoluciones disocian al hombre de sus religaciones, de sus familias, de su profesión, de su Patria, de Dios...Algunas manifestaciones de dicho desarraigo:

•La pérdida de la formación doctrinal, de la intuición. Se perdieron los valores, el sentido íntimo, intuitivo. Todo esto hace percibir el fin, lo cual hoy no se puede. Ejemplo: en el pasado las construcciones se integraban al paisaje, hoy se procede al revés.

•Hoy el hombre mira el futuro olvidándose del pasado, de la herencia recibida. Goethe: “sólo es grande quien se considera heredero”

•Exaltación desmesurada de la libertad.

•La pérdida de raíces hace que el hombre se encuentre desorientado, que se mueva en la oscuridad, sin puntos de apoyo, sin metas, sin planes. El hombre fugitivo que siempre está de viaje. Ya no hay amores permanentes.

•El hombre moderno se olvida de lo que está a su alcance. Esto lleva a que el hombre viva en el lejano abstracto, lo cual lleva a que se inserte al mundo de las utopías.

•El hombre tiene que llenar esta brecha: con lo abstracto y lo que no tiene memoria: la vida solo es una sucesión de acontecimientos, una acumulación de hechos inconexos e incomunicados.

•Cuando el hombre sale del estado orgánico, pasa al estado mecánico y no hay comunicación, sino soledad.

•Hace una analogía entre el hombre moderno y el antiguo y la planta natural y la artificial.

•Dato expresivo del hombre moderno: la aparición de lo descartable, (hasta la mujer en el matrimonio se convierte en descartable).

III La masificación.

La masificación es una forma de homogeneidad, que forma al hombre-masa, el cual es un hombre hecho de prisa e idéntico al otro. La masa designa a un modo de ser hombre que se da hoy a todas las clases sociales .Masa: lo que vale solo por su peso. Realidad que se manifiesta por ausencia y no por presencia. Ausencia de formas, de colores, de cualidades. Masa en lo social: se da cuando un grupo de personas se agolpan en basa idénticos sentimientos, deseos, actitudes, perdiendo, por esto, su personalidad. La persona se convierte en u conglomerado de individuos uniformes e indistintos, que al hacerse bloque no se multiplican sino que se adicionan. Dos tipos de masificación:

•TRANSITORIA: cuando los hombre en algunos momentos pierden su capacidad de pensar libremente y tomar decisiones, adhiriendo al conglomerado.

•CRÓNICA: cuando la gente pierde de manera casi habitual sus características personales. Se adhiere al conglomerado. El hombre masificado ha renunciado a la vida autónoma, se encuentra cómodo en ello. Adhiere a las opiniones mayoritarias sin pensar. Es un hombre sin carácter, sin compromiso, sin responsabilidad. Es más, odia a todo lo que “huela” a personalidad. La conducta masificada es la renuncia al propio yo. El individuo no tiene ya que elegir. Es fruto del hombre-masa, fruto de su envidia y resentimiento, la minusvaloración y el descrédito de la palabra nobleza, porque las personas nobles se exigen, asumen deberes y obligaciones, cosas que no hacen los hombre masas. El hombre-masa se ha perdido en el anonimato del SE. Ya no es “Juan dice”, sino “Se dice”... De esta manera se esconde la responsabilidad. Peculiaridad del hombre-masa: la DESPERSONALIZACIÓN, la ausencia de interioridad. El hombre-masa no tiene vida interior: aborrece el recogimiento, huye al silencio, necesita del ruido, la calle, la TV (hay veces que se prende todo el día, aunque ni se le preste atención). Nuestra época masificante prefiere la cantidad a la cualidad (ejemplo, ha hecho del número el árbitro del poder político). De esta forma el individuo, se vuelve cosa, en su ser uniforme y sin subjetividad, en una cifra, en materia de encuesta. Los medios de comunicación constituyen el principal alimento del hombre-masa. Lo peor es que al hombre masificado le hacen creer que por su unión con la multitud es alguien importante.

IV El igualitarismo.

Es una consecuencia de la inmersión en la masa. Se nivelan los estados sociales, los sexos y las personas. Hay hombres y mujeres estandarizados en todas las partes del mundo (mismo peinado, lenguaje)

Uno de los signos de nuestros días es el triunfo de lo Idéntico, del mismo, del formidable poder de la moda. Estos y muchas más cosas parecidas contribuyen a la “intercambialidad” de los seres humanos. La identidad de los miembros de una sociedad resulta siempre antihumana. Porque es propio del hombre la variedad. Si no se desorbita, la diversidad se vuelve enriquecedora, posibilita el despliegue de las distintas personalidades y su mutua complementación. Cuanto más elevada es una civilización, más se diversifican las funciones sociales, políticas y religiosas...Cuando es distinto molesta a los “igualados”. Este tema se conecta con el de la masificación: lo que iguala es la inserción en la masa. La pretensión de igualar a los que son desiguales constituye una injusticia. “Libertad, igualdad y Fraternidad”, es contradictoria: donde hay libertad no puede haber total igualdad. Tampoco hay que confundir igualdad con Fraternidad, ser igual a otro consiste en “no ser menor que él”, lo cual implica comparación (Marcel).La tendencia al igualitarismo está unida con el vicio de la envidia (“sereis como dioses). También está ligado con el facilismo. Lo propio de una sociedad ordenada es la unidad en la diversidad y la diversidad en la unidad. Pero eso es ahora una caricatura. La unidad se convierte en uniformidad, similitud, copia y la diversidad en individualismo, dispersión, anarquía. Aquí brota la rebelión. Este hombre-masa se cree que tiene el derecho de afirmar el “derecho ala vulgaridad” y trata de imponerlo a los demás. Así también, anhela ejercer dominio político, se cree capaz de opinar deomne re scibile, juzgando, diciendo, pronunciándose dogmáticamente y sin información alguna, sobre las más delicadas cuestiones del orden moral y social. El hombre logró la conquista del mundo de las cosas a costa de su propia cosificación. (Sábato)

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