El Impacto Tecnológico Y Sus Implicaciones En Las Sociedades Humanas
kheylor19 de Marzo de 2013
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“El impacto tecnológico y sus implicaciones en las sociedades Humanas”
Desde los mismos inicios de la humanidad la técnica aparece ligada al desarrollo humano en cuanto a la creación e invención de herramientas, mecanismos y procedimientos que han sido aplicados para resolución de problemas en el quehacer y ámbito cotidiano, transformando por ende la forma de vida cultural y social de los pueblos.
En la antigüedad especialmente en la civilización griega encontramos las discusiones entorno a la técnica donde pensadores como Platón y Aristóteles la definieron como el dominio de la producción de objetos materiales, separándola de las capacidades humanas superiores como la filosofía, la política que son de origen teórico y discursivo. Por lo que afirma Medina que esta división ha producido los prejuicios humanísticos y epistemológicos que giran en torno a la técnica alejándola de los estudios de índole filosófico.
Y es que en la antigüedad el hombre tenía como objetivo el conocer y comprender la naturaleza; pero esto fue cambiando especialmente con el proyecto moderno donde el interés pasó a convertirse en la manipulación, experimentación y dominio de la misma. Y es que el conocimiento científico es hoy por hoy la base estructural y eficiente de la tecnología que va a transformar la sociedad proyectando una cultura tecno-científica que culmina en una razón instrumental que se manifiesta como una nueva forma de control social y de dominación.
Así el cambio tecnológico tiene una cara oculta, pues tanto la ciencia como la tecnología se han convertido en un recurso que responde a las estrategias políticas y económicas de las grandes industrias a favor de la dinámica del sistema capitalista. Es decir la ciencia y la tecnología se han politizado volviéndose un arma de doble filo, ya que no responde a un verdadero desarrollo humano sino que nos engaña con las promesas de un futuro basado en el poder tecnológico que en la mayoría de los casos no es democrático pues solo favorece a ciertos sectores de la sociedad. Esta explicación se liga a que la tecnología ha adquirido el rango de mercancía, incorporándose hábilmente a la lógica capitalista de maximizar las ganancias al menor costo posible ocasionando injusticas y efectos colaterales que son desastrosos para el planeta y los mismos seres humanos.
Y es en torno a esta problemática han surgido distintas reflexiones críticas sobre la ciencia y el desarrollo tecnológico desde diferentes enfoques, económicos, sociológicos, políticos, ecológicos y filosóficos que buscan evidenciar y valorar el uso de la tecnología y su impacto en las sociedades humanas. Esto porque con los avances de la cibernética, la informática, la biotecnología, la ingeniería genética se producen múltiples interrogantes de cómo esta tecnología dominante en nuestras sociedades actuales está trasformando radicalmente nuestro entorno, nuestra conducta, nuestra sociedad para bien o para mal del mismo ser humano.
Por lo que los problemas originados por la tecnología son en gran parte por la incapacidad de predecir o valorar con anticipación los efectos negativos de la misma y de la poca actitud ética en torno a su aplicabilidad.
Así temas como la clonación en seres humanos, la manipulación genética, la cibernética, el impacto del internet en la sociedad, la realidad virtual, etc, son hoy más que nunca asuntos de importancia y de estudio por distintas ramas del saber como la bioética, la sociología, la economía, la ecología y en especial de la filosofía que puede lograr reunir las opiniones, discusiones y argumentos más relevantes de otras disciplinas o corrientes de pensamiento para formular una verdadera filosofía crítica de la ciencia y la tecnología.
Así tenemos que destacar que existe una actitud filosófica ante la tecnología y por ende también podemos encontrar una relación entre filosofía y tecnología. Carl Mitcham por ejemplo afirma que ha existido una aproximación filosófica inadecuada entorno al fenómeno tecnológico, esto porque se ha considerado la técnica como procedimientos de orden empírico para producir artefactos y la filosofía como teoría, discurso, razón y entendimiento.
Es por eso que autores como Carl Mitcham y Manuel Medina se remontan a la historia de la humanidad para demostrar las raíces y surgimiento de los prejuicios humanísticos y epistemológicos que encierra el problema filosófico- tecnológico. Y formulan que la tecnología debe considerarse como un problema especifico de la filosofía que involucra una aproximación epistemológica, antropológica y sociológica pues se manifiesta como un impacto existencial históricamente localizable.
Así Medida afirma que la Filosofía de la tecnología toma fuerza y debe buscar superar los prejuicios tradicionales.
“A mi modo de ver, la filosofía de la tecnología más libre de prejuicios tradicionales se encuentra en el campo de los nuevos estudios de ciencia y tecnología, donde se puede hablar de un giro tecnológico que invierte los antiguos presupuestos sobre las relaciones entre tecnología, ciencia y sociedad.”(Medina, 1995, p190).
De esta forma Mitcham estudia y analiza dos tradiciones o corrientes de pensamiento dentro de la filosofía de la tecnología que son la postura ingenieril o analítica y la escuela humanística y crítica. Ambas poseen argumentos contradictorios pero válidos y razonables, y de tomar en cuenta al hacer un análisis de la filosofía de la tecnología.
Por ejemplo la corriente ingenieril o pro-tecnológica corresponde a aquellos ingenieros que elaboraron una filosofía de la tecnología fundamentada en la mecánica de Newton y su idea del universo como una gran máquina con leyes naturales que nos permiten explicar el mundo. Es decir de esta idea se desprende que la tecnología responde a procesos mecánicos y reglas de investigación que permiten el dominio de la naturaleza y la trasformación de la sociedad. Donde las implicaciones tecnológicas dentro de la sociedad tienen un carácter de utilidad y trasformación por parte de los tecnócratas que encuentran en está su aplicabilidad al mundo social. Siguiendo esta línea de pensamiento podríamos afirmar que el científico y filósofo Mario Bunge comparte y defiende muchos de las proposiciones de esta postura más en algunos aspectos comparte algunas ideas con la escuela crítica. Bunge defiende la ciencia y su metodología postulando que la tecnología se manifiesta como ciencia aplicada. Para Bunge la ciencia es una herramienta valiosa para comprender y dominar la naturaleza y transformar la sociedad, es decir es buena en sí misma y es la clave para comprender la realidad.
Mario Bunge explica que existe la ciencia básica que es la que se hace con el único propósito de comprender la realidad que le rodea y a su vez enriquecer el conocimiento humano. En un segundo momento estos conocimientos básicos pasan a ser aplicados en posibles aplicaciones prácticas en un campo concreto y de interés social. Ahora bien cuando pasamos a los laboratorios industriales no se tiene la finalidad de producir conocimientos sino técnica, claro está que esta técnica toma hipótesis y conocimientos básicos de la ciencia, más las personas que encontramos en estos laboratorios no son científicos sino ingenieros que no buscan producir conocimientos sino artefactos útiles para la sociedad.
El problema seria cuando estos productos técnicos llegan a la fábrica industrial o de manufacturación en serie, pues la finalidad cambia ahora la meta última es la comercialización de los artefactos, el obtener ganancias para la empresa, accionistas o instituciones involucradas en dicho proceso. Es decir en esta etapa los ideales científicos de conocimiento o el artefacto meta del ingeniero pasan a un segundo plano ya que la finalidad responde a la comercialización y dicha aceptación de los productos en la dinámica del mercado.
Para Bunge es en esta etapa técnica industrial donde se refleja la ideología dominante que responde al triángulo técnica-industria-Estado. Es decir la técnica no es autónoma ni neutral responde a un sistema económico, político y de creencias que le dan a la técnica su rumbo o campo de acción.
Así la técnica implica o debería tener un conjunto de normas morales que regulen el ejerció y aplicabilidad de la misma en la sociedad, y que sea provechosa a la humanidad y no responda vagamente a intereses particulares.
Otro autor que al igual que Bunge defiende a la ciencia es Miguel Quintanilla quien propone tomar a la ciencia o el conocimiento científico como modelo o prototipo del conocimiento racional. Es decir busca instaurar la razón instrumental como paradigma de la razón humana estableciendo una racionalidad epistémica como práctica que sea conciliable con el desarrollo científico y tecnológico.
Este tipo de racionalidad que nos plantea Quintanilla esta basada en fines –medios y en los procesos, metodologías que muestran el criterio de eficiencia y utilidad que llevan al éxito al desarrollo tecnológico.
Ambas posturas tanto la de Bunge como la Quintanilla no son del todo descabelladas ni erróneas en su totalidad. A mi parecer Bunge destaca una acertada relación entre ciencia y filosofía, pues como él lo hace ver detrás de toda teoría científica existe una postura o argumento filosófico que la sustenta. Otro punto aceptable es que la técnica en su etapa industrial esta condiciona por una ideología impregnada de interés político y económico por lo que la técnica no es neutral. En mi opinión no solo
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