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El Realismo Aristotélico


Enviado por   •  3 de Abril de 2014  •  1.129 Palabras (5 Páginas)  •  651 Visitas

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Platón ha considerado las ideas como entes reales, que existen en sí y por sí, que constituyen un mundo inteligible, distinto y separado del mundo sensible; que constituyen un mundo del ser contrapuesto al mundo sensible que es el mundo del no ser, de la apariencia. Las ideas son, pues, para Platón “trascendentes” a las cosas. La palabra “trascendente” tiene en la técnica filosófica ese sentido de ser la designación de algo que está separado de otra cosa. Platón ha construido, con los elementos que tomó de Parménides y Sócrates, una gran filosofía, cuya influencia en el pensamiento humano nadie puede disminuir en lo más mínimo.

Sin embargo, Platón, como Parménides, sigue uniendo indisolublemente la existencia y la esencia. Sigue, pues, en Platón la confusión parmenídica. Lo único que ha hecho Platón ha sido multiplicar esos seres que para Parménides era un solo ser. Otra crítica grave hacia la teoría de las ideas, de Platón, se refiere a la relación en que Platón coloca el mundo inteligible de las ideas con el mundo de las cosas sensibles. Platón decía las ideas y las cosas tienen algo en común. Participan las cosas de las ideas, y porque participan de las ideas podemos de ellas predicar algo; tienen un pequeño ser, un ser aparente, fenoménico; y ese ser aparente y fenoménico que tienen lo deben a su participación en las ideas.

Estos reparos fundamentales que han sido frecuentemente hechos a la teoría de las ideas, lo fueron a en tiempos de Platón pos su discípulo más ilustre: Aristóteles.

Las objeciones que Aristóteles formula contra la teoría de las ideas de Platón se pueden reducir a seis grupos característicos:

En primer lugar, la duplicación innecesaria de las cosas. Aristóteles muestra que ese mundo de las ideas, que Platón construye metafísicamente con el objeto de “dar razón” de las cosas sensibles, es una duplicación del mundo de las cosas que resulta totalmente innecesario.

El segundo grupo de objeciones es el de que el número de las ideas tiene que ser infinito, porque, si dos cosas particulares, semejantes, son semejantes porque ambas participan de una misma idea, entonces, para advertir la semejanza entre una cosa y su idea hará falta una tercera idea; y para advertir la semejanza entre esta tercera idea y la cosa, una cuarta idea; y así infinitamente.

El tercer argumento contra Platón, es que si hay ideas de cada cosa, tendrá que haber también ideas de las relaciones, puesto que las relaciones las percibimos intuitivamente entre las cosas. A este argumento añade otro: que si hay ideas de lo positivo, de las cosas que son, tendrá que haber ideas de lo negativo, de las que no son, de las cosas que dejan de ser.

La quinta objeción que Aristóteles formula es que la doctrina de las ideas no explica la producción, la génesis de las cosas. Las ideas en Platón son conceptos, y a lo más que pueden llegar es a dar razón de lo que las cosas son, pero en ningún momento a explicar cómo las cosas advienen a ser.

Y la última y quizás más importante objeción que Aristóteles opone a Platón es la de que las ideas son trascendentes. El trascendentismo de las ideas le parece insostenible. No ve Aristóteles la necesidad de escindir y dividir entre las ideas y las cosas.

Pero a pesar de esto, recordemos que Aristóteles

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