ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El ateísmo contemporáneo


Enviado por   •  6 de Junio de 2015  •  Informes  •  2.043 Palabras (9 Páginas)  •  228 Visitas

Página 1 de 9

EL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO

Es un hecho palpable, "el fenómeno más grave de nuestro tiempo" (Pablo VI) que el mundo actual vive, en gran parte, sin Dios. Y no se trata solamente de los que profesan un ateísmo militante, sino también del espectáculo más doloroso de tantos creyentes que viven un ateísmo práctico y para quienes Dios no son siquiera "problema" ni "misterio".

La problemática de los ateos de hoy no es metafísica sino existencial (moral). El problema filosófico de la creación no les preocupa. Es el problema del mal en todas sus formas (miserias sociales e individuales) el que plantea en muchos la duda y lleva a una postura atea: "¿Dónde está mi Dios, mi Dios vivo?". En estos ateos no es la inteligencia humana la que se pone a prueba, sino la libertad humana.

Sin tener en cuenta los datos de la razón y de la fe, se acepta sin más como algo verdadero, el mito de la "muerte de Dios". Sin verificación se acepta como hecho el que Dios haya desaparecido de la historia, cuando esto sólo fue el anuncio sarcástico, lleno de odio y desespero de un hombre hace 100 años.

El ateísmo de hoy se presenta como un postulado "a priori" que no se lo justifica, sino que hay que aceptar ciegamente. No es la conclusión de una demostración filosófica o científica. Es una decisión que se toma libre y originalmente, antes de todo estudio. El ateísmo anterior exponía sus razones contra Dios. Era una hipótesis que se enfrentaba a la tesis de Dios. Ahora el ateísmo se propone como tesis y es a los creyentes a quienes toca impugnarla. Los ateos actuales no justifican su posición atea. Parten de ella y sus sistemas de ideas no son sino un esfuerzo por sacar de esa posición previa todas sus consecuencias, como ha confesado el mismo Paul Sartre.

Los ateos de hoy son más enconados en su negación que antes. No se contentan con negar a Dios, con declararlo como algo superfluo e inútil, del que no hay que preocuparse mucho en la vida... Consideran a Dios como una amenaza positiva que hay que combatir activamente, es Uno del que hay que desembarazarse... Dios es el Enemigo número 1 para los ateísmos contemporáneos. De ahí su voluntad o ganas de suprimir a Dios (ateísmo marxista) o de ausentar a Dios (existencialismo ateo).

Dios se antoja a los ateos de hoy el mayor Enemigo de su libertad. La libertad o autonomía —dicen —o es absoluta o no es libertad. Para que el hombre pueda ser el creador de sí mismo, para que pueda ser el Dios de su propio destino..., es preciso que Dios desaparezca... "Dios y el hombre no pueden coexistir".

Aunque se da una fisonomía común con ciertos rasgos fundamentales, el ateísmo contemporáneo reviste formas muy diversas, que podemos catalogar según las varias maneras como se entiende la alienación religiosa. "Alienación" viene del término latino alienus, que quiere decir: "pertenecer a otro", "ser cosa de otro". Ahora bien, la esencia del hombre es ser un "si-mismo". A juicio del ateísmo, la fe en Dios implica como una transferencia: el creyente transfiere al Otro (= Dios) lo que constituye la esencia misma de su ser como ser libre, existente por sí y para sí, puesto que se considera como criatura de Dios, hecha por Dios para Dios. Existirán, pues, tantas formas de ateísmo contemporáneo cuantas maneras haya de entender la alienación religiosa. Nos fijaremos especialmente en cuatro de ellas. En primer lugar, está el positivismo cientista, que sostiene que únicamente la ciencia positiva tiene valor de verdad. Todo lo que escapa al control de la experimentación científica es ilusión o ingenuidad pre-cientí-fica, propia de la mentalidad mítica. En segundo lugar, está el ateísmo marxista. Estrechamente ligado con el anterior, el marxismo pretende que la fe en Dios y en el más allá, siendo en la evolución de la conciencia humana una etapa explicable, debe sin embargo ser superada. La fe en Dios ha sido como la primera protesta del hombre contra la miseria física y social, ha sido una primera forma de decir "no" a su suerte, 11 Enrique Neira Fernández ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS proyectando ante si un porvenir de felicidad y de libertad (cosa que el simple animal no es capaz de hacer). Pero esta primera protesta —dicen los marxistas— se ha vuelto contra el mismo hombre, al tomar un sentido de evasión y de mistificación. De evasión, ya que la religión arrastra al hombre a una ideología idealista; y de mistificación, porque se sirve del temor de Dios y de una esperanza en un más allá mejor, para justificar y mantener las desigualdades sociales. En tercer lugar, está el ateísmo de inspiración existencialista (J. P. Sartre, Simone de Beauvoir, Fr. Jeanson y algunos pasajes de MerIeau-Ponty). La fe en Dios, se dice, aliena la libertad humana, libertad encarnada y situada. La fe en Dios conduce al creyente bien a divinizar las situaciones

(lo que equivale a entrar en una moral de la resignación y del fatalismo), o bien a divinizar el proyecto humano, como expresión de la Voluntad de Dios mismo (lo que equivale a caer en el fanatismo y en la intolerancia). De ambas maneras habría alienación. En cuarto lugar, está el ateísmo práctico o burgués, el ateísmo fácil de la sociedad de consumo, que no es otra cosa que la indiferencia religiosa erigida como sistema de vida.

"Muchos rebasando indebidamente los límites de las ciencias positivas pretenden explicarlo todo sobre esta base puramente científica"(Gaudium et Spes. 19). Para Bertrand Russell (+1970) y los neo-positivistas, la religión ha sido históricamente el principio con el cual se ha perseguido a quienes se atrevieron a usar la razón por los caminos de la ciencia. La ciencia siempre avanza, busca, progresa. La religión, por el contrario, se basa en principios inmutables, fijos, condenados al anacronismo. Entre esos dos términos no puede haber conjunción posible, ya que son contradictorios. El caso de Galileo —afirma Russell— es bien diciente: la ciencia decía claramente que el universo es helio-céntrico. Pero la verdad religiosa decía que geocéntrico. ¿Qué se hizo? Condenar la teoría científica en nombre de principios religiosos que debían permanecer intactos3. Por esto, para Russell y sus seguidores actuales, la religión y la idea de Dios es algo totalmente pernicioso. Solamente se la debe permitir —como un mal inevitable— pero con la condición de que no influya en la vida pública y se reduzca a la vida privada de algunos hombres. 12 Enrique Neira Fernández ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS Juicio: A pesar de la posición de algunos científicos, la ciencia de nuestro tiempo no es ya tan ingenua como lo fue en el siglo pasado. Ya no cree que ella va a poder explicarlo todo. Reconoce que el problema religioso es de orden distinto al suyo y que la razón última de las cosas escapa siempre a las meras verificaciones científicas. ¡Hoy en día, nada impide ser un eminente hombre de ciencia y un creyente sincero! Una encuesta cuidadosa acerca de los 300 sabios más notables ha llegado a la conclusión de que: 20 son indiferentes o incrédulos; 38 son de opinión religiosa incierta; 242 son creyentes sinceros. Razones muy distintas a las del progreso científico, son las que han determinado a algunos sabios a inclinarse hacia el ateísmo.

L.Feuerbach (1804-1872) suministra a Marx la base antropológica para su negación de Dios y de toda religión. Dios no sería sino una especie de objetivación y de proyección que haría el hombre de sí mismo, más allá de toda dimensión ultraterrena. Frases de Marx en la Crítica de la filosofía hegeliana del derecho: Introducción, hacen recordar inmediatamente frases de Feuerbach en su Esencia del Cristianismo (1841): 15 Enrique Neira Fernández ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS "Tal como el hombre piensa, como siente, así es su Dios. La conciencia de Dios es la autoconciencia del hombre, el conocimiento de Dios es el autoconocimiento del hombre…Dios es el eco de nuestros dolorosos gemidos. . . Este aire libre del corazón, este misterio expresado, este dolor anímico alienado, es Dios. Dios es una lágrima del amor vertida en la soledad más profunda sobre la indigencia humana…Dios es un gemido inexpresable que yace en el fondo de nuestras almas" (Feuerbach). K. Marx (1818-1883) es un ateo absoluto, fundamental y primario. La presunción conciliadora de que su ateísmo se hubiera producido por una legitima reacción suya contra un tipo de religión demasiado ligada al capitalismo, no tiene pruebas a favor. Para un buen conocedor de Marx como es Dognin, "Marx abrazó el ateísmo desde su juventud por razones principalmente filosóficas, aún mucho antes de conocer la miseria obrera y de chocar con el escándalo de la timidez culpable de los cristianos en materia económica y social... Este ateísmo sobrevivió al abandono que Marx hizo de esa filosofía, que lo había sostenido inicialmente, y que no es otra que la filosofía de Feuerbach" n . Habiendo sido ateo toda su vida, puede sin embargo hablarse de que el ateísmo humanista predomina en el período juvenil de Marx ("Manuscritos de París", 1844), mientras el ateísmo científico predomina en el período adulto de su vida ("El Capital", 1867). Sobre el supuesto de la crítica racionalista que Feuerbach hace de la religión ("la conciencia de Dios es la autoconciencia del hombre"), Marx construye una crítica práctica de la religión. La conciencia religiosa, esa conciencia alienada y falsa que el hombre produce. se debe en su raíz sociológica a las condiciones sociales y políticas injustas y absurdas. Marx comienza entonces a hablar de la religión como expresión de la miseria del mundo que la engendra con sus injusticias, y de la religión a la vez, protesta contra esa miseria, pero protesta ineficaz porque hace apartar la atención del mundo para ponerla en el más allá. Marx acuña entonces el fácil slogan que ha hecho carrera desde entonces: la religión es opio del pueblo, porque en lugar de curar la enfermedad que aqueja a la sociedad no hace sino aplicar lenitivo y sedante a la desdicha de la tierra con la referencia a una felicidad del más allá.

Este ateísmo apenas si se expresa en el plano doctrinal. Y en el plano práctico raras veces adopta formas militantes o agresivas. Quizás por ello este tipo de ateísmo es más insidioso y se infiltra más sutilmente en nuestros ambientes tradicionalmente creyentes, pero tocados de capitalismo burgués. Es además un fenómeno grave de total senectud y cansancio, pues la indiferencia hacia los valores religiosos suele ir acompañada de una indiferencia ante toda visión del mundo, incluso ante todo valor ideal simplemente humano. No se cree en los valores religiosos porque en último término, no se cree en nada. Sin llegar a esta actitud extrema de indiferencia, muchos son los que se dejan absorber de tal manera por las preocupaciones terrenas y valores simplemente "profanos", que pierden todo interés por los problemas religiosos. Ayuda también a la indiferencia religiosa de muchos contemporáneos, el hecho de la aparente ineficacia.

__________BIBLIOGRAFIA__________

1. NIETZCHE, Also sprach Zarathustra, 1883.

2. RUSSELL, Ciencia y Religión, cap. II.

3. Puede verse a este propósito la Tesis 4ª de Marx sobre Feuerbach.

4. Georges MOREL, "Un ateo absoluto: Karl Marx", en Dios: ¿alienación o problema del hombre?, Madrid-Barcelona, Marova-Fontanella 1970, pp. 73-99.

5. Véase Jean-Yves JOLIF, "El ateísmo marxista y la interpretación de la historia", en la obra colectiva El ateísmo contemporáneo. Madrid, Cristiandad 1971, vol. III, pp. 281-304. 7. Henri ARVON, L'Athéisme, París, Presses Universitaires 196". p. 90.

COMUNICACIÓN ESCRITA Y PROCESOS LECTORES

PSICOLOGÍA

ENSAYO EL ATEÍSMO CONTEMPORÁNEO

REALIZADO POR:

FRANCY LIZETH BOHÓRQUEZ PERDOMO

BOGOTÁ

21 DE FEBREDO DE 2015

...

Descargar como  txt (11.8 Kb)  
Leer 8 páginas más »
txt