El criterio

EL CRITERIO (Jaime Balmes)

La Atención

La atención nos conduce al conocimiento de la verdad, por lo tanto, sin ponemos la atención necesaria, es como si estuviéramos presentes, pero nuestra mente no y a causa de esto no podemos procesar la información o el conocimiento que nos está proporcionando.

Muchas veces nosotros mismo tenemos la culpa de no prestar atención, ya que al estar poniendo atención, la mayoría de la veces nosotros detenemos ese proceso haciendo preguntas, con acciones que nos distraigan o simple de hecho voltear a cualquier lado esto impide que la información que se nos esta dando se completamente absorbida por nosotros y llegar al conocimiento real que nos estén otorgando se mas difícil de entender, y con esto nos quedan esos huecos de ideas incompletas con otras cosas que nos distrajeron con lo que no se podría tener una información completa para dar nuestros juicios u opiniones.

Quien presta atención tiene su mente clara y ordenada para retener con claridad la información proporcionada, y todo esto se puede recoger por la antes mencionada “atención”, ya que con las distracciones solo se nos queda lo indispensable, pero la atención puede llegar a confundirse con la acción de prestar atención a un punto o cosa por un tiempo indefinido, con lo que una verdadera atención no debe de causar un cansancio, pero tampoco se puede tomar con un tiempo libre porque ahí vuelven a entrar los ya antes mencionados distractores por lo que será el equivalente a no entender, por lo que se debe llegar a un equilibrio entre estos dos para que la atención sea paciente y también las interrupciones no se signifiquen nada para nuestra retención de la información como lo es para todo debe de haber un equilibrio.

En otras palabras, la atención debe estar fuertemente atenta y también tiene que ser flexible, que podamos parar a tomar un descanso sin perder el hilo de lo que está pasando, para que al final del proceso de analizar, razonar y entender, no haya ideas incompletas y el conocimiento se ha el que debemos adquirir completamente.

La Buena Percepción

El autor nos describe la percepción como un acto interno en el que nos hacemos cargo de un objeto y de cómo percibimos las ideas.

Para pensar de manera correcta no es necesario saber si la idea es distinta de la percepción, ni tampoco de responder a cada situación en como nosotros los percibimos, ya que pues quien piensa no puede pensar en lo que piensa o como se piensa, pues de esta forma estamos perdiendo el objetivo de nuestro entendimiento y solo no estamos ocupando de nosotros mismos.

De esta forma solo podremos recibir de manera correcta si prestamos atención a lo que se nos esta dando, percibiremos toda la información de manera correcta tomando todas las ideas y definiciones que mas se acerquen a lo que se está dando.

El autor trata de demostrarnos como diferenciar las percepciones, ya que hay unas ideas que solo se pueden percibir por definición y hay otras que entran en juego con la imaginación hasta que llegan a toparse con el entendimiento.

También nos dice que para dar precisión y claridad a una percepción puede ser útil una descomposición de ideas para entender todo desde cero, pero tampoco debemos de olvidar que nuestra mente capta una idea y no va captando cada parte que constituye esa idea.

Otra cosa que nos menciona el autor es que con la percepción rápida se debe tener en cuenta que podemos caer en una exactitud si no tomamos el tiempo necesario para pensar bien las cosas, en otras palabras esto quiere decir que se obtiene mejor la información cuando las personas se concentran completamente en entender de pies a cabeza la información dada en diferencia a los que solo se quedan con la idea que recogen sin analizarla solo les basta la primera impresión sin la necesidad de buscar más allá y esto puede ser peligroso para las personas que se detienen a analizar esas ideas, por que al tratar con esas personas tienden a comunicar cosas superficiales o cosas sin sentidos, pues solo se basaran en la primera impresión.

En conclusión una

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