El grupo de teatro Camino

Pamplona, junio de 2001. Camino, una preciosa niña de once años, vive sus últimos momentos en la habitación de un hospital rodeada de familiares, amigos, sacerdotes y personal clínico, dando a todos un ejemplo de muerte serena y feliz mostrando su infinito amor por Jesús.

Pocos meses antes Camino era una niña llena de vida como las demás, que deseaba apuntarse a teatro y a clases de baile con sus amigas pese a que su madre acude regularmente al círculo de damas del Opus Dei donde es un ejemplo de vida para las demás, porque, a pesar de haber perdido a un hijo, da gracias a Dios cada día y está muy orgullosa de que su hija mayor, Nuria, "Nené" esté en una casa del Opus.

En el grupo de teatro Camino conoce a Jesús, el primo de su amiga Bego, del que se enamora y al que va a ver desde el escaparate de la pastelería de la madre de este.

Pero de pronto comienza a tener grandes dolores y, le descubren una vértebra rota, por lo que deciden operarla antes de que degenere en una lesión de columna, permaneciendo mucho tiempo hospitalizada, pese a lo cual no mejora, por lo que consultan a un amigo médico que descubre la existencia de un tumor que le presiona las vértebras.

Su madre sufre, pero trata de ver en todo ello la mano de Dios y le pide a su hija que ame a Dios sobre todas las cosas y que pida protección a su Ángel Custodio, aunque para la niña forma parte de sus pesadillas.

Viendo la ejemplar vida de la madre y la religiosidad de la niña, entregada al amor de Jesús, un sacerdote del Opus les propone trasladarla a un hospital privado de Pamplona, que pagará una tía que tienen allí y que es una gran benefactora de la Obra, y que, gracias a ello es la única persona de la familia que puede ver a Nuria a la que le inculcaron la necesidad de olvidarse de todo amor terrenal, no permitiéndole siquiera viajar para ver a su hermana.

José, el padre de Camino debe volver a Madrid por su trabajo, descubriendo en una de las ocasiones que su mujer ocultó deliberadamente las cartas que Nuria esperaba con tanta ansiedad de su novio, y por cuya falta de respuesta decidió ingresar en el Opus y dedicar su vida a Dios. José tratará de hacérselas llegar, aunque se lo impide la encargada de la casa en que vive.

Camino pese a encontrarse tan mal sueña todavía con la posibilidad de protagonizar la Cenicienta con Jesús como príncipe, y le pide a su padre que la lleve a Viena poco antes de que descubran que tiene metástasis en las meninges.

En otro de sus viajes, y antes de ir a Pamplona José va a comprar pasteles a la pastelería de la madre de Jesús, al que ve allí y que le pregunta por ella, comprendiendo entonces José que Camino es una niña como las demás y no la Santa del Opus Dei, que ama a Jesús, sí, pero al muchacho de la pastelería "Viena".

Con una carta de este para su hija regresa contento a Pamplona,

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