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El marxismo y la formación del hombre nuevo

ericagbInforme1 de Septiembre de 2013

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El marxismo y la formación del hombre nuevo

El pensamiento marxista, nutriéndose de toda la obra de creación humana que le antecedió, sitúa al hombre no sólo como centro de sus preocupaciones filosóficas, sino que propone las vías para lograr una verdadera existencia humana, y en ese sentido proyecta la formación de un hombre nuevo, un individuo superior, plenamente emancipado y desarrollado multifacéticamente en todos sus aspectos, es decir, perfeccionado espiritual, moral, físico y estéticamente.

El humanismo marxista no se basa en una concepción general abstracta del hombre, sino en una visión histórica y social, es decir concreta de lo humano; donde el hombre es, a la vez que creador, resultado de la sociedad en que vive.

Para Marx el hombre es ante todo el conjunto de sus relaciones sociales "... la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de sus relaciones sociales". Relaciones que no son puramente espirituales, entre conciencias, sino la unidad de lo espiritual y lo material, relaciones establecidas a través de la interacción del hombre con lanaturaleza en el proceso de producción y reproducción de su vida material y espiritual.

Por medio del trabajo el hombre transforma la naturaleza y crea objetos. El producto es obra humana, proyección u objetivación del hombre. Por medio del trabajo el hombre pone la naturaleza a su servicio, la humaniza, pero, al mismo tiempo el hombre se eleva sobre ella, se remonta sobre su ser natural; en una palabra, se humaniza a sí mismo. Si el trabajo es de este modo, la autoexpresión del hombre y el proceso de su autodesarrollo, debería ser pues, fuente de satisfacción para éste, pero pierde esta posibilidad en el proceso de su enajenación, en la conversión del trabajador en mercancía, efecto de la división social del trabajo, que en las condiciones de la propiedad privada, lo reduce a una fracción de hombre.

Marx analiza la relación existente entre propiedad privada y trabajo enajenado. El trabajo enajenado se vincula con la naturaleza esencial de la propiedad privada y con su desarrollo, por lo que la liquidación de la propiedad privada en un estadio dado del desarrollo social- a través de la revolución social del proletariado- implica simultáneamente la eliminación del trabajo enajenado.

Ya Hegel, en la Fenomenología del Espíritu, había tratado el problema de la enajenación, visto como un recurso de negación dialéctica que permite un autoconocimiento del Espíritu Absoluto, en tanto desaparece la relación sujeto-objeto, para nivelarse en la relación sujeto-sujeto. Para Marx, la enajenación es el concepto que permite explicar aquellas relaciones que conducen a una forma de trabajo en la cual queda anulada la libre actividad humana, sustituyendo la función social del trabajo, orientada hacia el establecimiento de vínculos humanos entre los hombres, por la cosificación de esas relaciones.

El hombre se afirma como ser humano cuando realiza la actividad de forma libre, capaz de proporcionar placer y no una actividad forzada. En el capitalismo, donde la actividad humana se realiza en los marcos de la propiedad privada, la explotación del trabajo asalariado se convierte en un medio de obtención de riquezas. Las relaciones entre los hombres pierde su carácteresencialmente humano y se potencian las necesidades no satisfechas y la descomposición de los valores espirituales.

En el devenir histórico, la propiedad privada limitó el proceso natural de desarrollo del individuo, quedando frustradas las posibilidades de revelar libremente sus capacidades creativas, y el propio proceso del trabajo, dejó de ser un elemento de reafirmación del hombre en la sociedad. Es por ello que en la sociedad burguesa el hombre se ve impedido de desarrollar plenamente sus potencialidades humanas.

Un elemento importante de las reflexiones de Marx, lo constituye la idea acerca de la necesidad de superar la propiedad privada como causante de la deshumanización. Feuerbach consideraba la exteriorización de la esencia humana únicamente como alienación, Marx ve en ella la forma en que se concretan las fuerzas creadoras del hombre, fuerzas que se alienan sólo en condiciones determinadas y por tanto de forma transitoria.

Mientras que Feuerbach no toma en cuenta la práctica transformadora del hombre, Marx define al hombre no sólo en su aspecto genérico, sino esencialmente en su determinación social, como resultado del medio y como fuerza esencial de su transformación. Asume de Feuerbach, la idea de que la alienación constituía la característica de la sociedad deshumanizada, y que la supresión de ella resultaba una condición necesaria para devolver al hombre sus condiciones de ser humano, superándolo al sustentar el criterio de que la transformación de la sociedad exige la supresión del trabajo alienado y esto se logra con la revolución del proletariado, con el cambio del carácter de las relaciones de propiedad. En Marx se presenta la definición de la actividad, como modo específicamente humano de relación entre los hombres, y de éstos con la naturaleza, en el curso de la cual se forma el hombre y se transforma el mundo.

El hombre creador es analizado por Marx no como un ente abstracto, aislado y dotado de propiedades innatas, sino como individuo concreto, que encuentra la medida y el grado de realización de su esencia en el carácter del régimen socioeconómico en que vive y se desenvuelve.

En la sociedad en que está establecida la división del trabajo (basada en la propiedad privada), "las actividades espirituales y materiales, el disfrute y el trabajo, la reproducción y el consumo, se asigna a diferentes individuos, y la posibilidad de que no caigan en contradicción reside solamente en que vuelva a abandonarse la división del trabajo" ; por lo que ello generadistribución desigual del trabajo y de sus productos; o lo que es lo mismo la propiedad, "... división del trabajo y propiedad privada -escribió Marx- son términos idénticos: uno de ellos dice, referido a la actividad, lo mismo que el otro, referido al producto de ésta". Marx hace este planteamiento en el sentido de que la división del trabajo es la que sirve de base a la división de la sociedad en clases. Quiere decir, que la base material de la producción mercantil es la división social del trabajo, pero no su causa, puesto que la causa de la producción mercantil es la propiedad privada sobre los medios de producción, en tanto aislamiento de los productores.

De esta forma, la división social del trabajo provoca que cada hombre cree con su trabajo, sólo un fragmento de la cultura humana, el resto de la riqueza de la humanidad se mantiene para él como algo ajeno, situado fuera de él y que se le contrapone como una fuerza ajena. Lo que significa que la enajenación del hombre aumenta en la medida que aumentan las riquezas que él mismo produce y reproduce con su trabajo, que crea fuera de sí y contra sí.

La división social del trabajo y el nivel de desarrollo logrado por las fuerzas productivas, a la vez está enlazada estrechamente con el carácter del régimen social y es un indicador de las relaciones sociales en cuyo ámbito se realiza el trabajo. Bajo el capitalismo, la división del trabajo se desarrolla de modo espontáneo, las industrias y producciones se desenvuelven de manera desigual y no dejan de surgir desproporciones entre ellas. El ahondamiento de la división del trabajo imprime al proceso de producción un carácter cada vez más social, mientras que la apropiación de los resultados del trabajo sigue siendo cada vez más privada. Sólo al cambiar el carácter de esa división se crean las condiciones para el completo desarrollo del hombre.

Al analizar el planteamiento de Marx y Engels acerca de la eliminación de la división social del trabajo, aspecto que tratan en varias de sus obras, entendemos que el mismo está encaminado no a la eliminación de la división del trabajo, sino al carácter enajenante que le imprime a ésta la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción. Es necesario analizar la división social del trabajo como dos lados de un mismo proceso: por un lado el desarrollo de las fuerzas productivas, su desarrollo, genera el aislamiento de los productores, condicionada por la existencia de la propiedad privada, por el otro, genera un mayor nivel de especialización de los productores, lo que hace que cada vez más, para producir un producto se necesite del trabajo de un mayor número de productores. De todos modos en el comunismo el individuo tendrá que atender una parte del trabajo productivo, pero el empleo de forma social y planificada de los medios de producción y el desarrollo de la ciencia y la técnica, brindarán la posibilidad de desarrollar todas sus capacidades. Quiere decir que lo que cambia es el carácter enajenador de la división del trabajo.

La sociedad se adueña de todos los medios de producción y los emplea de forma social y planificada, de esta forma acaba con el sojuzgamiento a que se ha visto sometido el hombre bajo el dominio de sus propios medios de producción, y como condición, debe desaparecer la vieja división del trabajo. Al respecto Engels plantea:

Su lugar debe ocuparlo una organización de la producción en que, de un lado, ningún individuo pueda desatenderse de su parte de trabajo productivo, que es condición natural de toda existencia humana, cargándola sobre otros y en la que, de otra parte, el trabajo productivo se convierta, de medio de esclavización, en medio de emancipación del hombre, que brinde a todo individuo la posibilidad de desarrollar y ejercitar en todos los sentidos todas sus capacidades, tanto físicas

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