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El método de la economía política


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2014  •  Tesis  •  3.706 Palabras (15 Páginas)  •  233 Visitas

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A. Introducción

3) El método de la economía política [24]

Cuando consideramos un país dado desde el punto de vista económico-político comenzamos con

su población, con su distribución en clases, la ciudad, el campo, el mar, las diferentes ramas de la

producción, exportación e importación, producción mercancías, etc. Parece correcto empezar por lo

real y concreto, con el presupuesto efectivo; y en consecuencia, empezar, por ejemplo, en la

economía con la población, que es el fundamento y sujeto de todo acto de producción social. Sin

embargo, ante un examen más detenido, esto se manifiesta como falso. La población es una

abstracción, si dejo, por ejemplo, de lado las clases de las que se compone. Estas clases son a su

vez una palabra vacía, si no conozco los elementos sobre las que descansan. Por ejemplo, trabajo

asalariado, capital, etc. Éstos presuponen cambio, división del trabajo, precios, etc. El capital, por

ejemplo, no es nada sin trabajo asalariado, sin valor, dinero, precio, etc. Si comenzara, por lo tanto,

con la población, esto sería una representación caótica de la totalidad y mediante una

determinación más precisa llegaría analíticamente a conceptos cada vez más simples; de lo

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concreto representado llegaría a abstracciones cada vez más sutiles, hasta alcanzar las

determinaciones más simples. A partir de aquí habría que emprender de nuevo el viaje a la inversa,

hasta llegar finalmente de nuevo ala población, pero esta vez no como una representación caótica

de un todo, sino como una totalidad rica de múltiples determinaciones y relaciones. El primer

camino es el que tomó históricamente la economía en sus comienzos. Los economistas del siglo

XVII, por ejemplo, comienzan siempre con la totalidad viva, con la población, con la nación, con el

estado, con varios estados, etc.;pero siempre acaban descubriendo mediante el análisis algunas

relaciones generales abstractas determinantes, como división del trabajo, dinero, valor, etc. Tan

pronto como estos momentos aislados fueron más o menos fijados y abstraídos, comenzaron los

sistemas económicos, que se elevaban de lo simple, como el trabajo, división del trabajo,

necesidad, valor de cambio, hasta el Estado, cambio entre las naciones y el mercado mundial. Este

último es evidentemente el método científicamente correcto. Lo concreto es concreto, porque es la

síntesis de muchas determinaciones, porque es, por lo tanto, unidad de lo múltiple. En el

pensamiento lo concreto aparece, consiguientemente, como proceso de síntesis, como resultado, y

no como punto de partida, a pesar de que es el punto de partida real y, en consecuencia, [25]

también el punto de partida de la intuición y la representación. En el primer camino la

representación completa se volatiliza en una determinación abstracta; en el segundo las

determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del

pensamiento. De ahí que Hegel cayera en la ilusión de concebir lo real como resultado del

pensamiento que se concentra en sí mismo, profundiza en sí mismo y se mueve a partir de sí

mismo, mientras que el método de elevarse de lo abstracto a lo concreto sólo es la manera que

tiene el pensamiento de apropiarse lo concreto, de reproducirlo como un concreto espiritual. Pero

en modo alguno se trata del proceso de génesis de lo concreto mismo. Por ejemplo, la categoría

económica más simple, como, por ejemplo, el valor de cambio, presupone la población, y la

población que produce dentro de determinadas relaciones; presupone también un cierto tipo de

sistema familiar, o comunitario o político, etc. El valor de cambio no puede existir más que como

relación abstracta y unilateral de un todo vivo, concreto, ya dado. Por el contrario, en cuanto

categoría el valor de cambio tiene una existencia antediluviana. Para la conciencia, por lo tanto -y la

conciencia filosófica está determinada de esta forma-, para la cual el pensamiento pensante es el

hombre real y, en consecuencia, sólo es real el mundo pensado en cuanto tal -el movimiento de las

categorías se presenta como el auténtico acto de producción-, el cual desgraciadamente sólo

recibe un impulso desde fuera cuyo resultado es el mundo; y esto sólo es correcto -pero es a su vez

una tautología la medida en que la totalidad concreta, en cuanto totalidad de pensamiento, es en

realidad un producto del pensamiento, de la concepción; pero, en modo alguno, es el producto del

concepto que se piensa y se engendra a sí mismo al margen de y por encima de la intuición y de la

representación, sino el producto de la elaboración de la intuición y de la representación en

conceptos. La totalidad, tal como se presenta en la mente como una totalidad de pensamiento, es

un producto de la mente que piensa, que se apropia del mundo de la única forma que le es posible,

una forma que es diferente de la apropiación artística, religiosa,

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