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El nacimiento del Estado (Hobbes y Butler)

blipsichEnsayo11 de Septiembre de 2016

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Trabajo Práctico de Filosofía:

Las bases del estado político

(Hobbes y Butler)

Bruno Lipsich Binstock y Agustín Chao

5°1ra

Prof. Javier Freixas

Las bases del estado político dependen pura y únicamente de las construcciones sociales del yo y del otro, y cómo éstas se interrelacionan. Thomas Hobbes, que supone al hombre, en su estado de naturaleza, como un ser individual que para convivir con los demás tiene que armar una comunidad, un “nosotros”. Judith Butler, por el otro lado, presenta una idea claramente opuesta ya que para ella, desde el comienzo, el hombre es con otros, depende de otros, tiene relación con otros y luego de eso, llega a ser un individuo.

 La “vulnerabilidad frente al otro” de la que refiere Butler expresa la idea que nuestros cuerpos nunca son lo suficientemente nuestros, dado que contienen una dimensión invariablemente pública, la cual hace esta vulnerabilidad un factor principal en la construcción del Leviatán. De las relaciones sociales, sostiene Hobbes, de la expectativa de alcanzar un objetivo en común, surge la discordia entre los individuos, y esta discordia terminará tarde o temprano en violencia. Siguiendo este análisis existen tres razones por las que nos peleamos: la competición, la inseguridad y la gloria.Si se vive constantemente con desconfianza con el otro y existe siempre la necesidad de atacar para defender la propia existencia, el hombre no llegará a desenvolverse exitosamente como un ser social: no se puede vivir eternamente en estado de guerra. Reconoce entonces esta vulnerabilidad frente a otros de la que habla Butler, la forma de “pertenencia” que los demás tienen sobre su ser físico y admite que es necesario un acuerdo, algo que le asegure la vida. Debe dejar de depender de la ley de la fuerza. Será movido entonces por sus pasiones y su razón hacia normas y leyes consensuadas para asegurar la paz y a su vez, su comodidad dentro de la sociedad.

     El duelo también juega un papel importante en esta construcción. La pérdida  y lo que causa en nosotros nos da a entender lo ligados que estamos con los demás y la influencia que tiene en nuestro ser la existencia de otro. Al morir un ser cercano, muere una pequeña parte de nosotros, comprendiendo entonces que nuestra configuración personal dependía de la existencia de éste segundo individuo. En algún nivel, dejamos de ser nosotros. El “yo”, desde el comienzo, en su identidad está atravesado por otros.  La intersección entre el yo y los otros da origen a un nuevo concepto, en búsqueda de un equilibrio:el Estado, el Leviatán.  Porque como sostiene Hobbes,  la competencia, la desconfianza y la gloria siempre interferirán en la estabilidad social, que debe ser sostenida con manos de hierro por un árbitro, un intermediario.

   

Los hombres renuncian a vivir movidos por sus pasiones naturales para darle forma a el estado, persona que ha sido instituida para usar toda su fortaleza en garantizar la defensa común y la paz general. El poder que previamente era poseído por cada uno es otorgado y cedido a un tercero, representando los intereses de todos. Entonces, el titular de ese poder pasa a ser el soberano. El Estado, de este modo, dirige a un grupo de individuos bajo el mismo criterio. Y cuando esto no es así se desencadena una guerra civil, resurge la violencia y las inseguridades acerca de quién tiene más poder, más sabiduría. Y es entonces donde aparece nuevamente la competencia entre el un individuo y otro, de la que nos hablan Butler y Hobbes. La importancia de las comparaciones, resaltar sobre el resto, querer que el otro lo valore del mismo modo en que uno se valora a sí mismo. Sin embargo el Estado tiene una sola función, y es la de organizar un grupo de individuos para el bien común. El Estado no es vital, es un mero producto de la desconfianza hacia el otro, de la competencia, y de una glorificación de él mismo; y es por eso que necesitan de un tercer personaje que intervenga entre las relaciones con sus pares. Sin embargo esta paz que establece el Estado no es constante en el tiempo y se puede romper, ya que el mismo Estado somos nosotros y por más de nuestras diferencias o similitudes, en nuestro conjunto a la vez tratamos de resaltar sobre otros grupos de individuos.

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