El origen de la obra de arte, por Heidegger
jocelynfuentesTarea17 de Abril de 2022
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Actividad experimental
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES PLANTEL VALLEJO
El origen de la obra de arte, por Heidegger.
Alumno: Fuentes Martínez Jocelyn
Número de cuenta: 32011355-4
Grupo: 613
Materia: Filosofía II
Ciclo 2022-2
“Por mi raza hablara mi espíritu”
6 de abril de 2022
EL ORIGEN DE LA OBRA DE ARTE, POR HEIDEGGER.
Heidegger inicia esta reflexión sobre el arte aclarando qué debe entenderse por la palabra origen y dice que origen “significa aquello a partir de donde y por lo que una cosa es lo que es y tal como es” (Heidegger, 1996). Pues el origen es la fuente de su esencia, por esta razón cuando preguntamos por el origen de la obra de arte no preguntamos por un origen temporal, sino que preguntamos qué es el arte y cuál es su esencia.
El artista se convierte en artista gracias a la obra de arte, pero la obra de arte es gracias al artista, ambos están relacionados gracias a algo que los hace ser: el arte. La pregunta por el arte nos lleva a indagar por su esencia desde la obra de arte; para saber qué es el arte debemos acudir a la obra de arte, y para saber qué es la obra de arte, debemos acudir al arte, lo cual implica un círculo en el que volvemos la inicio una y otra vez.
Heidegger nos hace ver la complejidad de la pregunta por el arte, pues uno puede mirar a la historia del arte y a partir de las obras indagar sobre la esencia del arte, sin embargo, este es un problema, pues no sabemos aun qué es el arte, por lo tanto, no podemos saber qué es una verdadera obra de arte.
Para esto avanza en el método fenomenológico, el arte lo encontramos en todos lados, nos vemos rodeados de él en el mundo que habitamos. Ahora bien, si vemos a las obras de arte desde una realidad cotidiana, el arte no es más que una cosa como cualquier otra que observamos.
Sin embargo, una obra de arte no puede ser simplemente una cosa, pues si bien la obra de arte posee el carácter de cosa, nos resulta incompleto verlo sólo como eso; la obra de arte debe ser vista desde la visión de quien la vive y la disfruta, aunque en esta vivencia no se puede pasar por alto ese carácter de cosa inherente a la obra de arte.
Heidegger menciona que la obra de arte es más que una cosa por su capacidad de ser alegoría y símbolo, sin embargo, no quiere dejar de lado el carácter de cosa de la obra de arte, ya que forma una parte de ella.
Ahora bien, Heidegger menciona que del hombre no decimos que es una cosa, ni de nada animado, sólo de lo inanimado decimos que es una cosa. Es decir, a los hombres y animales no los llamamos cosas, sólo a aquello que no tiene vida propia.
Por otro lado, Heidegger sume que el arte tiene que ver con lo que es bello y no con la verdad, y que se habla del arte a diferencia de la artesanía útil. Ósea, que una obra de arte es bella, pero siempre es verdadera y mucho menos útil.
Posteriormente, Heidegger afirma que ser obra significa establecer un mundo. Y para Heidegger un mundo no es algo físico o medible. El mundo no puede ser un objeto que se puede mirar o tocar, sino que, un mundo es algo que no puede ser un objeto, y de lo cual dependemos.
El arte no sólo debe establecer un mundo, sino que deberá mantenerlo abierto, lo que significa que todas las cosas adquieran su ritmo, su lejanía y cercanía, su amplitud y estrechez; y ocurra la mundialización.
Heidegger menciona dos rasgos esenciales en el ser-obra, que son el establecimiento de un mundo, y la hechura de la tierra. Esto podría estar emparentado con el tema del arte, la belleza, la verdad y la unidad, pues afirma que tanto establecimiento de un mundo y la hechura de la tierra pertenecen juntos a la unidad del ser de la obra, y buscamos esta unidad cuando reflexionamos en el estar en sí de la obra.
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