El origen de la tragedia resumen

Fechas: 28- enero-2018

En los parágrafos cuatro, cinco y seis de la obra del alemán Friedrich Nietzsche, el nacimiento de la tragedia, el autor empieza por aclarar las diferencias entre lo que abarca el momento apolíneo y el dionisiaco. Recalca entonces, que se trata de fuerzas creativas, con el término “fuerzas creativas” se refiere a la potencia o el ímpetu que motivan a producir imágenes.

El alemán en estos apartados se centra en la capacidad de producción artística desde dichas fuerzas creativas. Gracias al estado de embriaguez, representado por Dionisio, los entornos de los objetos se disuelven al igual que nuestras inhibiciones. Es decir, el principio de individuación, al cual se refiere en los parágrafos anteriores, colapsa y debido a esto, todas las barreras entre el hombre y si mismo y él y la naturaleza a su vez se disuelven. El ser humano se vuelve uno con su entorno, y también con aquellos con quienes lo comparte, lo inunda una sensación de armonía, estado que combinado con los efectos de la fuerza apolínea del sueño propiciará la producción artística. Para esclarecer esto, el autor toma la música, el lenguaje, la poesía y la lírica como aspecto fundamental en los parágrafos y también acude a filósofos y estetas tales como Schiller, Homero y Arquilio

Ahora bien, dichas fuerzas hacen referencia a aspectos de la vida humana ya mencionados, el sueño y la embriaguez, pero también a aspectos del mundo. Lo dionisiaco en el mundo alude a la voluntad que es tomada desde el concepto Schopenhaueriano de la misma.  Se trata de una fuerza ciega e infinita que es la que constituye el mundo, es potente, primordial e indiferenciada; Es la energía que recorre todo lo existente. En cambio, el papel de la fuerza apolínea en el mundo es el de configurar individual y temporalmente dicha energía dionisiaca.

Ambas fuerzas se necesitan mutuamente, pues, aunque parecen contrarias, no lo son del todo, sino que logran complementarse entre si para dar paso a la tragedia.  En otras palabras, la naturaleza del todo puede entenderse como la manifestación de alguna de las fuerzas, sea la apolínea o la dionisiaca, sin embargo, si se trata de la combinación de estás, no se irá a ninguno de los extremos, no hablaremos de embriaguez o de sueño, sino de tragedia.

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