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El problema del Ser y la Diosa en el poema de Parménides


Enviado por   •  10 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  1.608 Palabras (7 Páginas)  •  744 Visitas

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El problema del Ser y la Diosa en el poema de Parménides

Parménides es un importante antecesor del distinguido filósofo Platón, a quien hace referencia en uno de sus principales diálogos¹. Platón toma en cierta forma El Ser de Parménides para desarrollarlo a través de sus obras.

Parménides es un importante antecesor de la búsqueda de la sublevación del intelecto humano. Es considero uno de los primeros en desarrollar de forma lógica y coherente una filosofía encaminada al desarrollo de la razón. Utilizando un lenguaje lógico y metafórico en su poema, hace alusión al ser y sus principales características.

A continuación se hará mención de una interpretación mínima del poema de Parménides, así como de un enfoque sobre las principales características del ser, basándose en un artículo de Stefano Arduini de la Universidad de Urbino.

PROEMIO

El poema de Parménides encierra en sí muchos símbolos y metáforas es una alegoría del camino a la verdad que, como bien lo describe a través del todo el poema, consiste en la búsqueda insaciable de los mejores métodos para llegar a la certeza de un acontecer en la vida. Para hacer un interpretación del poema de Parménides es considerable abarca la primera parte o proemio.

“Las yeguas que me transportaban me llevaron tan lejos cuanto mi ánimo podría desear, cuando en su conducción, me pusieron en el famosísimo camino de la diosa, que guía al hombre que sabe a través de todas las ciudades”²

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¹ Platón, Diálogos, V(Parménides, Teeteto, Sofista, Político)

² Parménides, Fragmentos, Pág. 45

Parménides hace referencia principalmente a cómo es dominado el joven a través de su ánimo, anhelo y deseo, conducido a través de un carro tirado por yeguas que lo llevan al camino de la diosa; es decir, a través de un trote y de un caminar tranquilo y suave de las yeguas que son animales que se pueden formar a través del adiestramiento- traen consigo jalando un carro. Las yeguas son símbolo de formación o educación en el joven, lo cual le hace merecedor de ser conducido rumbo al camino de la diosa. Aunque el camino al que se enfrenta en realidad no es un camino fácil, más bien quien pueda transitar aquel camino podrá transitar cualquier otro. Es su deseo insaciable quien le ha permito trascender e ir tras el camino de la diosa, la conducción hace referencia a su guía, misma que llevará consigo hasta la casa de la diosa.  

Además, nos dice el poema:

Por este camino era yo llevado; pues por él me acarreaban las hábiles yeguas que tiraban del carro, mientras doncellas mostraban el camino³

Aquellas doncellas que dirigían el carro, por el que era conducido el joven, pueden representar, más que cualquier otra cosa, la guía que depara el destino para aquel hombre que está dispuesto a conocer algo más de lo que están habituados a conocer todos los demás; puede representar la necesidad de ser conducido por alguien más, pero quizás no por cualquier persona que quiera dirigirte, no cualquier persona que se encuentre en el camino, pues, ante todo, son doncellas.

Y el eje rechinaba en los cubos de las ruedas ardiente, pues lo presionaban fuertemente a uno y otro lado dos ruedas bien torneadas, cuando las hijas del Sol, después de abandonar la morada de la Noche y quitado los velos de sus cabezas con sus manos, se apresuraron a llevarme a la luz. 4

Quizás a través de algunos de los sentidos podemos percibir o recibir lo que la diosa quiere regalar, es así que las ruedas ardientes puede representar la disposición de

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³ Idem. Pág 45

4 Idem. Pág. 45

saber del joven sobre la Aletheia; estando, así, sus oídos así sus oídos dispuestos a escuchar lo que la diosa emane. El des-velar es apocalíptico, pues es así como las hijas del sol al presentarse bajo el día necesitan des-velarse, en la noche no requieren abrir sus ojos ya que no hay luz, todo es oscuridad, es tinieblas; pero una vez que llega la luz, debemos tener presente que: al terminar ella inician las tinieblas, y al culminar el ser de la tiniebla aparecerá, de nuevo la luz. Es un acto cíclico el que hacen la luz y las tinieblas, para ello requieren des-velarse las hijas del Sol, pues el Sol es la omnipotencia, el ser sagrado, la divinidad. El acto de des-velarse que realizan las doncellas, hace referencia directamente a despojarse del velo que les cubre el rostro y no les permite ver en la totalidad a las cosas, más bien, sólo permite ver una mínima noción de las cosas existentes. El acto cíclico del día y la noche, puede considerarse que es el tipo de movimiento consecuente, que para que exista el día se requiere de la noche y así viceversa, pues complemente su existencia una de otra.

Allí están las puertas de los caminos de la noche y del día, que sostienen arriba un dintel y abajo un umbral de piedra. Elevadas en el aire, se cierran con grandes puertas y la justicia, pródiga en castigos, guarda sus llaves alternativas. 5

Las puertas del camino de la noche y del día, hacen referencia quizás a los contrarios que forman la unidad, lo uno del ser. Como antes lo mencionaba: cuando entra la noche sale el día, y cuando el día sale la noche culmina. La noche engendró al día es por ello que se menciona que los caminos del día y de la noche, pues hace referencia a la necesidad de la una por la otra. Hacen combinación de la necesidad de la una y la otra. Por otra parte, menciona que sostienen arriba el dintel y abajo un umbral de la tierra, pues el dintel representa así como el éter representa a lo divino, al cielo, al día, mientras que la piedra representa la noche, lo terrenal, lo sensible, lo que el hombre puede percibir por sus sentidos. La justicia, o Dike, es la portera, espera a quién podrá acceder a las aras del conocimiento, pues se trata de un filtro para poder acceder a la 

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