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Ensayo Del Metodo

juanrios16 de Enero de 2014

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EL METODO:

LA HUMANIDAD DE LA HUMANIDAD

Podemos iniciar con la disertación, ¿Que es el hombre?, una concepción concreta para describir la naturaleza del hombre en su complejidad, es imposible, pues si hacemos una analogía con el cosmos es muy semejante, pues al igual que este, esta en una evolución continua, con una multiplicidad de leyes y procesos que la regulan dando así, una explicación de su funcionamiento de manera científica.

Estamos inmersos en un mundo físico, que no obedece un orden sometido a leyes fijas, es aleatorio y esta en una contradicción continua entre orden- desorden- interacción – organización. Hechos como el proceso evolutivo de la tierra, cuyo origen fue el caos de la explosión solar, su enfriamiento, los primeros seres primitivos a los de mayor complejidad, temblores, erupciones volcánicas, entre otros muestran esta polarización del universo.

En el caso del hombre es semejante, como una aventura llena de desafíos de tipo ambiental, guerras, accidentes, vencedores y perdedores, que de una u otra manera han forjado la naturaleza actual del ser humano. Este ser humano cuya cualidad principal es la de ser un ente pensante, capaz de lograr grandes proezas de todo tipo tecnológico y científico, pero también grandes atrocidades y masacres humanas y ecológicas.

Todo lo logrado en la actualidad por el hombre, es parte de sus mas de 3 millones de estancia en este planeta, desde los primeros homínidos, hasta el hombre moderno complejo en su sociedad y cultura. Todo lo anterior va ligado al desarrollo del cerebro su habilidades, lenguaje, mente, cultura y sociedad. Pero no debemos olvidar la dualidad del hombre como ser animal y como ser pensante, con lo que conceptualmente lo podríamos describir como un ser biofísico, psico- social y cultural.

En este ultimo aspecto, es determinante para el desarrollo del humano en su devenir histórico la cultura, pues esta es de tipo dialéctico, en donde cada uno de los hechos, modificaciones, reorganizaciones, integraciones dan como hecho una transformación cultural de la sociedad en donde se inserte este cambio, inhibiendo o estimulando el ciclo de acción – reacción - cambio. De ello podemos decir que la cultura permite aprender y conocer, pero también lo puede reprimir. Ejemplo de ello es lo sucedido en el periodo de la edad media.

Un hecho que hace que nuestra cultura se cimiente, es el lenguaje, este nos permite diferenciarnos de todas las especies animales en la complejidad que tiene y su multiplicidad de formas en que ha existido en el tiempo, como una entidad biológica, sociocultural, que crece y se enraíza profundamente en el devenir de la propia humanidad, permitiéndole adaptarse y transformarse de acuerdo a las circunstancias en las que se encuentre viviendo.

Cada una de las partes que hemos descrito forman parte de una revolución mental del hombre actual, donde el trinomio cerebro- lenguaje -cultura , convergen en la mente e inteligencia y conciencia, que son actos que proyectan todas las habilidades humanas que conforman a su propia civilización, en su técnica y racionalidad.

Para ello, la cultura humana, ha recorrido un largo camino lleno de vicisitudes, mitos, creencias, explicaciones mágicas o religiosas de lo desconocido, que se han reflejado en la construcción de rituales, centros religiosos, libros y la de creer en un ser superior que premia o castiga, según su escala o normas morales, engendrando lo que se denomina una noosfera propia de cada cultura humana, guiadora y reguladora de sus sociedades, suscitando hechos, desde virtuosos hasta irracionales y terribles enmarcados en distintos periodos de la historia.

Dentro del recorrido del hombre en su ciclo biológico, el punto final del mismo, la muerte, marca para algunas culturas, la aniquilación, la destrucción, dolor, ruptura de lo material y paso a lo espiritual. Siempre la tenemos impresa en nuestra conciencia, pero no se nos ha preparado para ella, si no mas bien se nos induce a un temor hacia ella, en la culturas prehispánicas y actuales en México, se hace un culto con ella, no con temor, sino como una extensión de la vida, comunicándonos con ellos a través de ceremoniales ricos en folclor y manifestaciones culturales.

Así como en el cristianismo existe una trinidad regidora, en la naturaleza de la humanidad tiene su propia trinidad individuo – sociedad – especie, donde existe una existencia dialógica y a la vez antagónica, no pueden existir separadas y dependen unas de otras a pesar que pueden actuar y concebirse como opuestas entre si.

La unión de esta trinidad, no solo se remite a los espiritual y material, sino esta presente dentro de la sociedad misma, en sus relaciones mente, cultura y cerebro, que no pueden separarse en biológicas y culturales, sino mas bien en forma inmersa una en la otra, sin una dominancia o pasividad de alguna de ellas. De la misma forma están las áreas del saber humano, su lengua y otros aspectos, coexisten y dependen unas de otras para su clarificación conceptual de los hechos que estudien.

El mundo en su complejidad, cultural, étnica, lingüística y folklórica, da una multi- diversidad de expresiones morfológicas,, psicológicas, teológicas en cada una de las regiones donde vive el hombre, que nos remite a no poder catalogarlo de una forma simple, a pesar que desde el punto de vista genético compartimos el mismo código común, pero que se expresa en cada humano como un conciencia individual y cultural única, diferenciándonos como un ente único.

A pesar de ello existen similitudes entre los códigos morales y normativos que rigen a la sociedad humana, reflejándose en la cultura y en la sociedad, tal es el caso de las religiones, el amor, las clases sociales, el respeto a los símbolos entre otros. Con ello se da lo que considera una paradoja, de ser muy acordes y discordes a la vez, unidos por el lenguaje y separado por el mismo, unidos por la especie separados por el racismo, no es posible verlo con un enfoque simplista, sino como una unidad que integre cada uno de los aspectos de la cultura humana, a pesar de que desde su diáspora histórica la ha separado, pero le permitió mostrar la diversidad creadora del espíritu humano.

El hombre como parte de un todo (sociedad), posee su parte individual donde refleja las condiciones del medio en el que se ha desarrollado, con todas sus particularidades propias del mismo, irreducible y autónomo entrelazado con su propia trinidad y devenir histórico.

De hecho las concepciones individualistas del sujeto, como entidad única, universal e independiente de otros sujetos, ha hecho nuestra naturaleza humana egocéntrica, mostrando un lado oscuro, que no nos permite interactuar con los demás de manera abierta, limitando nuestros valores intrínsecos establecidos y regulados por nuestra sociedad. Este hecho lo podemos encontrar en la sociedad actual, donde el individualismo predomina sobre lo colectivo, lo superfluo sobre lo concreto y duradero, el consumismo desenfrenado sobre la regulación en base a las necesidades, lo fácil de obtener sobre el logro por un esfuerzo continuo.

Dadas estas situaciones, es comprensible el hecho de la dificultad de la relación con el otro, pues dentro del principio de inclusión tenemos una ambivalencia entre lo que somos como sujeto y las necesidades internas un vinculo originado desde el origen del ser y su evolución. Por otra parte cada sujeto entreteje una red de relaciones necesaria para convivir con la sociedad de la que forma parte, a esto se denomina intersubjetividad ( Jean Louis Vullierme): “ tejido de la existencia de la subjetividad, el medio de existencia sin el cual el individuo perece” emergiendo la necesidad

Como sujeto, para el ser humano es imprescindible ser notado y reconocido por la sociedad con la que convive, como parte del alter ego y del yo (Moi), pues sin ellos estaríamos incompletos, es una comunión de relación reciproca, sin relación de sojuzgación de uno sobre el otro, sino mas bien aceptación voluntaria de objetivarse así mismo, reconocerse así mismo como al otro. Que finalmente nos da la capacidad de sobrevivir y convivir en el mundo.

A pesar de que se ha comentado la individualidad del ser humano, se presenta la división del mismo por su genero, masculino y femenino, en sus consideraciones culturales, anatómicas y fisiológicas. Aunque hay que denotar que desde el punto de vista de la evolución de la cultura humana, siempre a cada genero le han instituido roles y actividades específicas a cada sexo, monopolios de poder, la fascinación de la mujer que con sus encantos de ser dominada pasa ser dominador, hecho que se ha rotó, cuando la sociedad actual permite al hombre expresar su feminidad con los sentimientos y algunas actividades que desarrollaba la mujer y viceversa con la autonomía e independencia de la mujer, su liberación e incorporación en todos los ámbitos, con lo cual se reconocen ambos sujetos como independientes, pero formando una unidad.

Otra cualidad del sujeto, es que con el paso de su edad cronológica va cambiando o tiene discontinuidades bien establecidas que operan con los años y los decenios, donde vemos bajo diferentes perspectivas a un niño, adolescente joven y anciano, cada uno de ellos con sus propias verdades, experiencias y secretos, valoraciones que al final de nuestra vida como adultos podemos revertirlas, pensando u actuando como niño, joven u anciano, mostrando una paradoja fundamental del individuo humano: la no identidad de la identidad.

De la misma manera

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