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Ensayo de Identidad y Filosofía


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2017  •  Ensayos  •  1.069 Palabras (5 Páginas)  •  253 Visitas

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Introducción[pic 4][pic 5][pic 6]

Desde los orígenes de la filosofía, el hombre se empezó a interesarse en averiguar en “¿Cómo ser felices?”, ya que es una cuestión que nos atañe desde los orígenes del hombre, debido al hecho de que el ser humano siempre ha estado en búsqueda de la felicidad; y que, desde tiempos de Sócrates, en la Era Antigua, hasta la Era Moderna nos hemos preguntado sin cesar: ¿Qué tenemos de hacer para serlo? En la Antigua Grecia, Aristóteles decía “todos estamos de acuerdo en que queremos ser felices, pero en cuanto intentamos serlo empiezan las discrepancias” (Cortina, 2013), y ciertamente ha sido así, ya que desde los filósofos de la Antigüedad se han generado distintas posturas con respecto al tema, desde Epicuro y Aristóteles hasta Nietzsche, unos basándose en la autorrealización (eudemonistas), otros en el placer (hedonistas) ,y unos cuantos en el hecho de probar la “fuerza vital”, pero podemos empezar diciendo que en la que nuestra postura estará basada en el eudemonismo de Aristóteles, puesto que nos muestra la felicidad como una actividad de acuerdo a la virtud, lo que convierte a la felicidad como algo trascendental en el ser humano.

Desarrollo

Tenemos que hace veintitrés siglos, Aristóteles llego a la conclusión de que lo que buscan principalmente hombres y mujeres, es la felicidad, ya que tenemos que cualquier otra meta la valoramos únicamente ya que esperamos que nos haga felices. Para Aristóteles “ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano (eudemonismo)” (Cortina, 2013); y dado que algo que es propio al hombre es ser racional, la felicidad consiste en perfeccionar esta facultad del hombre y vivir en base a la razón; y como muchas veces los sentimientos y los deseos no coinciden con lo que nos dice la razón, “debemos de ejercitar las virtudes y corregir los vicios, donde las virtudes son la práctica y búsqueda de la excelencia” (Saenz, 1985); y entiéndase como vicio al error por Exceso o por Defecto, en donde se debe de tener un justo medio (dependiendo de la situación), por lo cual tenemos que la virtud es producto de una práctica continuada. Y por todo lo anterior, la felicidad se logrará buscando el bien común, lo que la hace más ética que el resto de posturas con respecto a la felicidad y nos vuelve seres más productivos para la sociedad. En contraste con la postura anterior, para Epicuro “ser feliz es experimentar el placer y evitar el sufrimiento mental y físico” (Lledó, 2011), Epicuro consideraba la felicidad como el placer continuo, ya que muchos lo pueden confundir como algo que excita a los sentidos, pues aquellos placeres que excitan a los sentidos son los placeres sensuales; cabe destacar que él se refería a los placeres que refieren “a la ausencia de dolor o cualquier tipo de aflicción” (Lledó, 2011). Sin embargo, con respecto a la definición de felicidad de Epicuro, la felicidad propone a la ética al menos 3 problemas: 1) Como cada persona tiene sus propios ideales, cada quien tiene su propio ideal de felicidad, por lo cual es obvio que exista una gran variedad, entonces “los ideales de felicidad no son universalizables(Cortina, 2013). 2) Como puede que exista cierta gente que llegue a entender que su felicidad justifica el sufrimiento de otros, es decir, a ellos no les importa que sufran, con tal de mantener su bien. Este no es felicidad verdaderamente humana, a lo cual podríamos llamar bienestar, por lo cual el bienestar se opone muchas veces a la justicia” (Cortina, 2013). 3) Las personas y la suerte influyen en la felicidad, pues no solo depende de uno mismo, es decir “La felicidad es, pues conquista y don” (Cortina, 2013). Por lo anterior tenemos que los éticos actuales han llegado a distinguir la felicidad (placer) de la justicia. Ahora, confrontando las posturas anteriores con la de Nietzsche, el considera que vivir de forma placida y sin ninguna preocupación es algo propio de la persona mediocre, quien no le da un sentido mayor a la vida. Nietzsche opone conceptos como “placer” y “felicidad”, pues él considera que el placer es una especie de “estado ideal de la pereza”, y en cambio, ser feliz es ser capaz de probar la fuerza vital.

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