Enseñanza De La Bioetica

ENSEÑANZA DE LA BIOETICA

A TRAVES DE UN ENFOQUE SOCRATICO

(Ensayo)

Por:

NORA AYDA BONILLA BRAND

INSTITUTO “JULIAN MENDOZA GUERRERO”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACION

ESPECIALIZACION EN ETICA Y PEDAGOGIA

GUADALAJARA DE BUGA

OCTUBRE DE 2013

ENSEÑANZA DE LA BIOETICA

La educación a través de la Bioética debe necesariamente rescatar el sentido etimológico de guiar, conducir, formar, instruir y por lo tanto implica un proceso bidireccional de aprendizaje, de transmisión de una cosmovisión específica, de aprehensión de conocimientos y costumbres, pero también de valores y formas de actuar. La enseñanza de la Bioética podemos concretarlo como un proceso de vinculación social y de concientización cultural, moral y conductual, dicho de otra manera, un proceso de socialización en el cual se aprenden e interiorizan formas de percibir la realidad y se aceptan o rechazan normas y valores que aseguran la interacción social de acuerdo a un modelo o enfoque determinado.

Según Gracia (1998, p. 185), en la enseñanza de la Bioética se distinguen dos enfoques denominados “enfoque pedagógico” y “enfoque socrático”. El enfoque pedagógico es el que aborda la educación desde el punto de vista de su diseño, implementación y evaluación, o sea que establece los objetivos, programas, contenido curricular, medios audiovisuales de apoyo, métodos de evaluación de los conocimientos y habilidades. Así que la educación en Bioética bajo éste enfoque, solo puede definir objetivos directos de conocimientos y habilidades y determina basicamente los objetivos de la educación Bioética en la actualidad.

El enfoque socrático busca inducir un cambio o una “conversión”, en el sentido existencial orientando la vida hacia lo trascenedental. Para dejar de ser un conocimiento externo sin interés vital verdadero, la educación debe buscar que se desarrolle y produzca esa conversión tan imprescindible en la ética en general. Y el mejor método para lograr esto es la Mayéutica socrática, porque en éste enfoque no se busca imponer nada al estudiante, sino ayudarlo a sacar lo mejor que él tiene en su interior, de tal forma que la conversión sea un proceso personal en la que el profesor solo hace de facilitador para que aflore lo mejor que llevan en el interior de sí mismos, provocando desde el interior un cambio o mejor dicho, una “conversión”, tal como lo hacía Sócrates cuando usaba ésta técnica inventada por él para posibilitar el alumbramiento en sus discípulos.

El método socrático no es entonces un enfoque que recurre a certezas sino a incertidumbres, tanto en el estudiante como en el profesor, que posibilita la conversión desde el interior de uno mismo, haciendo confesar una forma de vida que busca el “compromiso con la excelencia” (Gracia, 1998), como objetivo final del proceso formativo en la ética profesional.

Es innegable la decisiva función social que cumple la bioética en la educación, no sólo por la formación en los conocimientos específicos de un saber determinado, formación que atañe a los saberes científicos y técnicos propiamente, sino porque además se le pide que forme profesionales íntegros, que le permitan un correcto desempeño profesional en su más amplio sentido de la palabra, o sea que se le exige una buena formación humanística que haga personas virtuosas, lo que garantizaría una correcta toma de decisiones en su vida profesional. La enseñanza de la bioética entonces pierde su sentido si se limita solo a la transmisión de conocimientos y habilidades, y solo tendrá sentido si se busca el cambio y la transformación profunda de quien aprende, en su forma de percibir el mundo y por lo tanto de su forma de actuar, dicho en el contexto de Gracia (1998, p. 191): “la finalidad es el

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