Etica a nicomaco.

Civilización Contemporánea.

Ética a Nicómaco.

Aristóteles.

Ensayo crítico.

J, García.  

La “Ética a Nicómaco es escrito por Aristóteles  en el siglo IV A.C. nos habla, sobre lo que los griegos denominaban “eudaimonia” que se traduce como ser feliz, medrar o la buena vida todos son  caminos que nos llevan hacia el bienestar humano. La finalidad del texto es exponer la manera en la que el hombre puede vivir plenamente. Son capítulos cortos, y que hacen referencia a discusiones o diálogos que Aristóteles habría sostenido con sus estudiantes. En el capítulo dos del primer libro nos encontramos con el siguiente pasaje: “Si existe un fin de nuestros actos querido por sí mismo, y los demás por él; y si es verdad también que no siempre elegimos una cosa en vista de o t r a —sería tanto como remontar al infinito, y nuestro anhelo sería vacío y vano—, es claro que ese fin último será entonces no sólo el bien, sino el bien soberano. Con respecto a nuestra vida, el conocimiento de este bien es cosa de gran importancia, y teniéndolo presente, como los arqueros el blanco, acertaremos mejor donde conviene.” Aristóteles. Ética a Nicómaco. PDF. P.279.

De esta forma nos da a entender que existe una meta a la que todo hombre debe apuntar en su vida, la cual llamaremos el bien mayor, y que solo puede alcanzarse por medio de una virtud superior a las otras.

Primero debemos encontrar la diferencia que se hace sobre los dos tipos distintos de virtudes, los cuales pueden ser clasificados bajo dos conceptos: las virtudes morales y las virtudes intelectuales. Aristóteles plantea sobre las virtudes morales que “la virtud moral es fruto de la costumbre, de la cual ha tomado su nombre por una ligera inflexión del vocablo.” Y que en esta categoría entran virtudes como la justicia, la valentía  y la templanza, ya que, no son naturales al hombre, si no que se adquieren por medio de la práctica de las mismas de forma repetitiva  y a base de impulsos. Con respecto a las virtudes intelectuales, Aristóteles dice que se entienden como un hábito selectivo determinado por la razón y la aplicación de la prudencia para llegar a un término medio, como lo son la prudencia y la contemplación.

Una vez aclarado esto, se podrá relacionar el fragmento anterior con la virtud intelectual de la prudencia. Dice el filósofo que la prudencia se halla referida esencialmente al propio individuo; de tal manera que quien sabe lo que le conviene y actúa en consecuencia, es prudente.  “Parece propio del hombre prudente el ser capaz de deliberar rectamente sobre lo que es bueno y conveniente para sí mismo.” Ética a Nicómaco, VI.

Si vinculamos el planteamiento aristotélico sobre la virtud de la prudencia, se puede decir que esta posee el resto de las virtudes, no es posible ser bueno sin ser prudente y retóricamente no es posible ser prudente sin ser bueno. La virtud es aquello que es conforme a la prudencia, esta virtud es la base de las virtudes éticas, un ser humano no puede adquirirlas sin poseer la prudencia.

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